El Gobierno constata el consenso imposible con los grupos de víctimas
Nuevas críticas de Covite y la Asociación de FSE deja el Consejo de Participación
El Gobierno de Iñigo Urkullu encalla con más de una de las asociaciones de víctimas del terrorismo y constata la imposibilidad de llegar a un consenso que visualice una imagen de entendimiento. Ni siquiera la idea del lehendakari de ofrecer una recepción conjunta a los representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo de todo el Estado, posiblemente en el mes de junio, merece unanimidad. Algunas asociaciones prefieren, de hecho, que se convoquen reuniones de trabajo donde se alcance una exigencia política de condena, a la que instan de manera expresa a la izquierda abertzale, así como de homenajes públicos a las víctimas condenas explícitas.
En este clima de desencuentro, el Consejo Vasco de Participación de Víctimas del Terrorismo, recibió este miércoles la renuncia irrevocable de la Asociación Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo al entender que la presencia de este colectivo en las políticas del Gobierno vasco es “meramente simbólica y decorativa”.
Ni siquiera la recepción conjunta que idea Urkullu tiene unanimidad
La Secretaría para la Paz y la Convivencia sigue sin encontrar el eco suficiente de su trabajo entre algunos sectores de víctimas. “La situación ha empeorado y la presencia de víctimas, además de escasa, es meramente simbólica y decorativa”, dijo este miércolesla Asociación Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo. Además, Covite, mayoritaria en Euskadi, descalificó el Plan de Paz del Gobierno vasco al considerarlo “reduccionista” ya que “limita al ámbito ético la actividad terrorista y elude abordar las cuestiones políticas relacionadas con el terrorismo”. Con elmismo tono crítico, este colectivo insta al Ejecutivo del PNV a retirar el apoyo público a los verificadores internacionales, debido a “la falta de legitimidad y de profesionalidad que ha quedado probada en sus actividades”.
No obstante, el Gobierno pretende que se visualice su relación con el conjunto de las víctimas y así rescata con la recepción una idea que propició Txema Urkijo en la oficina que dirigía Maixabel Lasa. A su vez, pretende impulsar gestos hacia la convivencia de las víctimas y en junio se abrirá el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.
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