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Ingresa en prisión una tarotista por el asesinato de una mujer en 2004

El cadáver fue hallado en Lloret, dentro de un bidón lleno de cemento en junio de 2013

El Juzgado de Instrucción número 4 de Blanes ha mandado a la cárcel a una tarotista argentina como presunta autora del asesinato de una vecina de Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat). Ana María Martos Nieto, de 32 años, fue vista por última vez el 20 de enero de 2004 en su localidad. Tras 9 años de desconcierto, en junio de 2013 la Policía Nacional halló su cuerpo dentro de un bidón metálico enterrado en una finca a las afueras de Lloret de Mar. Se detuvo a tres personas por este crimen, el antiguo dueño de la finca, a una tarotista y a su hijo. Como estos dos últimos se encontraban en Argentina se dictaron sendas órdenes internacionales de detención por delitos de homicidio y de estafa. Finalmente, el viernes la mujer fue extraditada y ayer, tras pasar a disposición judicial, ingresó en prisión.

En enero de 2013 se recibieron varias llamadas en la Fundación Inter SOS de personas desaparecidas que informaron de que Norma Beatriz Kuike había secuestrado, estafado y asesinado a Ana María Martos y que su cadáver estaba enterrado en una finca de Lloret Residencial. Con esta información, la policía empezó a reconstruir los últimos días antes de la desaparición de la mujer. Con un georradar se registró palmo a palmo la parcela boscosa contigua a la casa indicada por el denunciante anónimo. Finalmente, de madrugada, bajo 180 toneladas de tierra, se localizó el bidón relleno de cemento, que contenía los restos de la chica.

La policía detuvo al exdueño del terreno, Josep Maria Tarraguell, de unos 70 años de edad, y dictó dos órdenes internacionales de detención por delitos de homicidio y de estafa para Kuike y su hijo, de aproximadamente la misma edad que la víctima. En su declaración, Tarraguell, aseguró que fue a buscar a las dos mujeres a la estación, que Ana María estaba como drogada, que tras sopesar si la llevaban a un hostal se las llevó a su casa, las dejó en el coche dentro del parking y que cuando volvió a bajar ya vio a la chica en medio de un charco de sangre alrededor de la cabeza. Entonces, relató cómo la tarotista le dijo que dejara el cuerpo allí en el suelo que ya le diría qué hacer más tarde. Al día siguiente le habría llamado y ordenado que pusiera el cadáver en un bidón y lo enterrara. Le amenazó con hacer daño a sus hijos si contaba algo a la policía. El juez mandó a prisión a Tarraguell, sin embargo al cabo de unos meses la Audiencia de Girona le dejó en libertad provisional por considerar que en todo caso actuó de encubridor.

Norma Beatriz Kuike, que ayer contestó por videoconferencia desde Madrid sólo a las preguntas del juez

 Por su parte Norma Beatriz Kuike, que ayer contestó por videoconferencia desde Madrid sólo a las preguntas del juez, se desvinculó de la muerte de Martos. Explicó que ella tiraba las cartas en La Rambla de Barcelona, que se conocieron paseando el perro, y que se tiraban las cartas mutuamente. Según ella, el día de los hechos, que no recuerda cuál era, estuvieron en casa de Josep María Tarraguell. La cronología de los hechos es parecida a la declarada por Tarraguell y Kiuike relató cómo ambas pasaron por la estación de Blanes, por un motel y como él las llevó a su casa. Sin embargo, el final es notablemente distinto. La tarotista aseguró que vio a la chica muy deprimida y pensó que quizás se querría suicidar, por eso no la dejó en el motel. Fueron a casa de Tarraguell y cuando llegaron al parking ella subió un momento al baño. Al bajar se la encontró con una jeringuilla clavada en el pecho. Entonces dijo que empezó a llorar y que "le entró un pánico absoluto”. Cogió un autobús hasta la estación y se fue a su casa de VIlassar en tren.

Según Kuike, al cabo de unos días llamó a Tarraguell para ver cómo estaba Ana, y él le dijo que la había metido en un bidón y la había enterrado. La tarotista ha asegurado que no le creyó “porque no le veía capaz”, por lo que pensó que se había recuperado y estaba viva, aunque no sabía nada de ella porque cuando la llamaba no le constestaba el teléfono.

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La policía sospecha que la muerte de la vecina de Sant Feliu de Llobregat podría haber tenido un móvil económico. En el último semestre de 2003, tras separarse, Ana María Martos vendió su piso, su coche, pidió dos préstamos al banco y dinero a su exmarido. Descontando el pago de la hipoteca, tuvo unos ingresos de más de 110.000 euros de los que no quedó ni rastro en sus cuentas bancarias.

Tras escuchar su declaración, el juez dictó ayer orden de prisión para Norma Beatriz Kuike por el asesinato de Martos. El delito de estafa del que inicialmente le acusaba la policía no se la ha podido imputar porqué las autoridades argentinas no concedieron la extradición por este hecho.

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