El Pastelero sale de la cárcel tras pagar 200.000 euros de fianza

La Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra acordó ayer la libertad con fianza de 200.000 euros para el empresario de Vilagarcía Óscar Rial Iglesias, El Pastelero, un mes después de ser detenido junto a otras siete personas por varias operaciones sospechosas de blanqueo de dinero del narcotráfico en una redada policial dirigida por el juzgado número 3 de Vilagarcía.

La misma Sala también aceptó el recurso contra el auto de prisión del abogado de Madrid Juan Ramón García Crespo para el que fijó la misma fianza. El letrado está imputado por blanqueo en la investigación de la unidad de delitos económicos de la policía y de haber creado un holding empresarial desde el que daba cobertura y asesoramiento a Rial Iglesias en el que figuraban como administradores varios jubilados.

A Rial, de 41 años, se le vincula con la compra de una nave industrial en Caldas de Reis que figura a nombre de un presunto testaferro, Unai Loureiro Babarro, otro de los imputados, y que está valorada en 300.000 euros. También se le relaciona con un chalé en la urbanización de El Rial, en Vilagarcía, valorado en 800.000 y en el que habría realizado obras de reforma que se están tasando. Ambas propiedades fueron adquiridas a través de las sociedades Escota, SL y Construcciones Orvieto, SL, ambas creadas por el letrado García Crespo.

En el origen de esta investigación patrimonial de la policía está la compra de una mina de cobre en el Congo por al menos 1,5 millones a través de Mhineralts and Metal SPRL. La operación la cerraron dos de los detenidos en Caldas, el empresario Ernesto Otero Cascallar y su mujer María del Mar B.G., a través de una transferencia bancaria, dinero que justificaron como “ahorros y préstamos” según sus declaraciones judiciales. Ambos están en libertad con cargos.

Para El Pastelero —oficio al que se dedicaba en una empresa familiar— esta ha sido la primera vez en pisar la cárcel pese a estar considerado por la policía como uno de los presuntos jefes del narcotráfico al que se le relaciona con los mayores alijos que entraron en Galicia desde mediados de la pasada década. Uno de ellos, de 3,4 toneladas de cocaína y valorado el 300 millones de euros, fue intervenido por Aduanas en junio de 2008 a bordo del pesquero San Miguel y fue el único por el que llegó a estar procesado.

Pero el juicio se vino abajo cuando el testigo protegido de la fiscalía logró zafarse de sus escoltas y dio plantón al tribunal al que envió una carta en la que pedía perdón a El Pastelero y declaraba que todas las acusaciones eran mentiras para librarse de la cárcel. De los 25 acusados la mayoría salieron absueltos.