La defensa negocia rebajar las penas por el accidente mortal del Tibidabo
La condena de los técnicos a cuatro años de inhabilitación dificulta el acuerdo
La primera sesión del juicio por el accidente mortal de la atracción El péndulo del parque de atracciones Tibidabo concluyó ayer con el acuerdo de las partes a seguir negociando el próximo viernes las responsabilidades penales de los 12 técnicos encargados de la ensamblar y mantener la instalación. El ministerio fiscal les acusa de una “cadena de errores consecutivos” en el diseño, instalación y mantenimiento de la atracción, que facilitaron su caída y la muerte de una joven de 14 años. La fiscalía solicitaba para ellos tres años y medio de prisión y cuatro y medio de inhabilitación, por un delito de homicidio imprudente y otro de lesiones.
De llegar a un pacto las partes, la pena de cárcel quedaría entre un año y medio y dos años. Sin embargo, las negociaciones para alcanzar un acuerdo están encalladas porque los acusados no están de acuerdo con la condena de inhabilitación. En caso de fracasar las conversaciones, el juicio seguirá el 2 de febrero.
El juicio se celebró en el Juzgado de la Penal número 22 de Barcelona. Defensa, fiscalía y acusación, sin embargo, sí pactaron indemnizar con 1,8 millones de euros a las víctimas del suceso. La mayor cuantía, 1,2 millones, se dedicará a compensar la familia de Laia T., de 14 años, que sufrió heridas de gravedad en una pierna. El monto restante se repartirá entre las familias de las otras tres víctimas. Una de ellas, de 14 años, falleció en el suceso. Sus allegados serán compensados con 500.000 euros.
Como parte del pacto, acusación y fiscalía acordaron renunciar a las acciones de responsabilidad civil contra las empresas aseguradoras. También se retiraron los cargos a Far Fabbri, la compañía italiana que vendió la instalación al parque de atracciones, al Ayuntamiento barcelonés y a la sociedad gestora del parque.
El 17 de julio de 2010 el brazo articulado de la atracción El péndulo se desprendió con cuatro pasajeros a bordo. La instalación se precipitó sobre una atracción vecina, La mina de oro. Una de las pasajeras murió a causa del accidente, Laia T. sufrió heridas graves, y dos usuarios quedaron heridos leves.
El informe pericial apuntaba a la debilidad de los anclajes de la instalación como una causa del suceso, junto con una mala mezcla del hormigón que conformaba su base. La atracción, además, contaba con una estructura de acero inadecuada, según el documento. De unos 40 metros de altura, la atracción contaba con un brazo articulado de 25 metros de longitud del cual colgaba una góndola a la que subían los pasajeros. El brazo balanceaba a los visitantes describiendo un movimiento pendular, que alcanzaba los 100 kilómetros por hora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.