La militancia de Podemos apuesta por la confluencia en las municipales
Los afines a Pablo Iglesias se hacen con el control de las principales ciudades
La tesis del acercamiento a las plataformas ciudadanas ante las elecciones municipales de mayo ha convencido a los militantes de Podemos que del 26 al 30 de diciembre participaron en la votación electrónica para elegir a los secretarios municipales y los consejos ciudadanos. Los resultados del proceso, dados a conocer este viernes según el calendario previsto, arrojaron una participación inferior al 50% y un espaldarazo a todas las candidaturas avaladas en las ciudades por la dirección estatal, que se presentaron con la etiqueta Claro que Podemos en A Coruña, Vigo y Ourense. En Ferrol, la sospecha de un intento de pucherazo informático ha obligado a revisar la votación.
“Las diferencias más grande estaban en decidir la manera de plantearnos el siguiente proceso electoral”, indica Isabel Faraldo, flamante secretaria municipal en A Coruña tras lograr más de la mitad de los apoyos en una competición con otros tres candidatos. “Apostamos sin ninguna duda por confluir con los movimientos sociales ya existentes”, señala en referencia a la Marea Atlántica. Sobre el descenso en la participación, argumenta que era previsible. “Era una cuestión de organización interna, que la gente no se sienta excesivamente involucrada está dentro de la normalidad de un proceso como este”.
Con 1.961 inscritos, A Coruña es la segunda ciudad en militantes tras Vigo, que tiene 2. 251. El nuevo líder local es José Manuel Prieto, que considera “muy buena” la participación: votaron el 34,4%, de los cuales más de tres cuartas partes lo apoyaron. Las diferencias más notables con la otra candidatura eran nuevamente el apoyo a las asambleas. La opción derrotada reclamaba que el 50% de los nombres de una lista ciudadana saliesen de Podemos. El proceso ha dado muestra de la heterogeneidad de la militancia, aun dentro de la crítica compartida a los grandes partidos y la apuesta por reformar en profundidad el sistema político. Los documentos organizativos propuestos eran en algunos casos muy esquemáticos y otros exhaustivos, como las cinco páginas de la segunda opción en A Coruña y las más de 70 de la lista ganadora en Pontevedra, Pontevedra Pode, que se refiere expresamente a la Marea local como opción preferente ante las elecciones de mayo. En la ciudad del Lérez, como en Lugo, la participación no llegó al 30%. Marcos Cal, uno de los portavoces pontevedreses, cree que las fechas festivas no ayudaron a la participación pero sí a “meter a Podemos en las cenas de Navidad”.
En la capital gallega el ganador, con el 55% de los votos, fue Víctor Casas, que encabezó la lista Podemos Gañar, avalada oficiosamente por la dirección estatal. “Fuimos los últimos en presentarnos y de entrada no estábamos al tanto de que era posible”, comenta sobre un apoyo del grupo dirigente de Pablo Iglesias sobre el que no incidieron “para hacer un proceso un poco más amable”. De nuevo, la candidatura ganadora fue la que planteó menos condiciones a integrarse en una plataforma ciudadana en las municipales. “Si las listas no sirven para ganar es que no sirven”, indica Casas, politólogo de 30 años, en la línea con la idea de Podemos que reitera habitualmente Iglesias sobre “ocupar la centralidad del tablero”.
Lugo solo tuvo un candidato en Javier Folgueira, de Agora Lugo, que consecuentemente recabó todos los votos válidos, pero se encontró con un 37% de sufragios en blanco, mientras que Ourense rubricó a Alfonso Víctor Ferreiro, también de Claro que Podemos. Los ganadores se dan un mes de plazo para negociar una colaboración con la plataforma Ourense en Común.
El calendario no da descanso y tras la configuración de la estructura municipal se abre ahora el proceso autonómico, que arranca después de Reyes y termina el 14 de febrero. Sobre si el debate será más o menos cruento y si abordará finalmente la definición de Galicia como ente político, las opiniones son diversas. Desde A Coruña, Isabel Faraldo cree que la discusión será más plácida que hasta ahora. “En las municipales siempre se cruzan más las pasiones personales”, razona. Respecto a la identidad de Galicia, indica que “no hay que escapar del debate” pero que “sin restarle ninguna importancia, si se pregunta por la calle no es el primer problema”. En términos similares se expresa el vigués José Manuel Prieto. “No le tenemos miedo al debate, pero no es prioritario”, señala, y pone el foco en “solventar las situaciones de emergencia” en campos como la sanidad o la educación pública. Discrepa ligeramente Víctor Casas, tanto sobre la complejidad de la nueva fase como sobre la necesidad de definirse sobre Galicia. “En los municipios pueden darse rencillas, pero para la estructura autonómica hay muchos criterios que debatir”, y señala como ejemplo el reparto del peso entre lo urbano y lo rural. Ante la lengua propia, se muestra contundente: “No debemos dar pasos que contribuyan a limitar la presencia del patrimonio inmaterial que tenemos en Galicia. El uso del gallego no debería estar a debate, sería un error crucial”.
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