El naval ferrolano pide la dimisión del alcalde por su “sumisión al PP”

Los dos mil trabajadores de Navantia en la ría de Ferrol volvieron ayer por la tarde a la calle. Caminaron desde un astillero semivacío, con un solo barco (el flotel) en la grada, hasta la puerta del Ayuntamiento donde se celebraba un pleno, para pedirle al regidor que dimita. “No quiso defender la comarca y se desdijo para justificar su sumisión al PP”, reprueban. No es el único reproche que le dirigen a José Manuel Rey Varela. Es uno más de los que el Comité de Empresa Fene-Ferrol expone en una carta de dos páginas dirigida al “Señor Alcalde” que hoy repartieron entre los 25 concejales del grupo de gobierno y de la oposición. “No nos queda más camino que exigir su dimisión”, termina el escrito. Fue el punto y final a un día de protestas que comenzó al finalizar la jornada ordinaria, que empataron con un encierro de cuatro horas dentro de la factoría y desembocó, a las 18.30 horas, en una marcha a pie hasta el consistorio de Ferrol cruzando la calle Real.

Es la enésima protesta del naval ferrolano desde 2011 con 3.500 empleados menos en la red de compañías auxiliares que se había tejido en torno a los astilleros públicos de Navantia en la ría, que son el único motor de una comarca duramente castigada por el paro (30%). Los sindicatos acusan a la cúpula de la compañía, que depende directamente del Gobierno central a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), de estar implantando con “nocturnidad y alevosía” un nuevo modelo de empresa que varía el marco laboral y no recoge ninguna de las exigencias de la parte social, que pasan por el dique flotante, inversión en el área de reparaciones, carga civil y militar para Ferrol y la antigua Astano y un buen empujón al sector eólico marino y offshore (fuera de costa). “Esto no se consigue con un alcalde que calla y consiente cuando no alienta las propuestas inconsistentes y populistas del PP que, tratando de quitar rédito electoral, se aprovechan sin pudor de la necesidad de empleo y las penurias que su partido generó en la comarca”, afea el Comité a Rey Varela.

Aunque no mencionan explícitamente, el Comité entiende por “propuesta inconsistente” el que plantea la corporación Gestamp -potente en el mercado automovilístico- para ocupar parte de los terrenos de Astano y fabricar molinos eólicos marinos. El proyecto ya tiene el amparo de la Xunta, que lo definió como una “buena oportunidad” y anunció, sin mayor concreción, que supondría 700 empleos por 100 millones de inversión.

Las protestas de la plantilla directa de Navantia tienen doble fondo. Detrás están las denuncias de los trabajadores de varias empresas auxiliares que denuncian que la crisis le sirve de excusas a sus patrones para recortarles derechos laborales ya adquiridos. Un ejemplo es Maessa, una de las dos subcontratas que tienen parte de la obra del flotel en la ría. Sus operarios votaron esta semana – en urna con voto secreto- y aprobaron movilizarse por la igualdad salarial. Ocurre, la CIG, que los trabajadores veteranos cobran su nómina por las condiciones fijadas en los pactos del 2001 entre Navantia y sus contratas, mientras que los recién llegados pueden cobrar “unos 400 euros menos” por los mismos cometidos.

En Ainair, la otra firma subcontratada para el buque hotel de Pemex, denuncia el sector crítico de CCOO, los obreros están cobrando unos 11 euros brutos por hora incluyendo el prorrateo de las pagas extra y las vacaciones. “Es sangrante”, lamentan. La traducción salarial que resulta es una nómina de 1.200 euros mensuales para un operario de primera. “La degradación en las condiciones laborales de Navantia va a ritmo acelerado”, insiste la facción más contestataria del sindicato. A la manifestación del naval se sumaron hoy las empleadas de Cleanet. Tienen el encargo de limpiar las dependencias militares de Defensa en la ciudad pero no cobran desde septiembre y hace un mes que iniciaron una huelga indefinida que no ha desbloqueado los pagos pendientes.