RTVV no está muerta, está en la UCI
Extrabajadores del ente público recuerdan su cierre este viernes, un año después
-¿Quién tiene el mejor móvil aquí?
-No sé, alguien que tenga un iPhone...
-¿A ver el tuyo? Sí, con este mismo.
El cámara Manolo Ortiz toma el teléfono, impone silencio (“¡Prevenidos!”, dice) y empieza a grabar con pulso firme. Primero una calabaza, un campo de boniatos y una gorra de la extinta Canal 9. Se para en un aparato de televisión minúsculo, de juguete, que solo sirve para dar un par de segundos de nieve y ruido y luego apagarse. Después, Manolo enfoca a siete extrabajadores de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV). "Canal 9 tornarà!", proclaman todos a una. “I tu ho saps, moniato!”, apostilla uno de ellos.
Quieren que el escenario luzca “desnudo”, “que recuerde a un desahucio”
La primera toma no es buena (demasiado serios), ni la segunda (se parten de risa). Pero al final sale. Es el improvisado vídeo de promoción de un acto conmemorativo que están preparando para este viernes los extrabajadores de RTVV agrupados en el colectivo Mildenou. Previsto inicialmente en la explanada frente a las antiguas instalaciones, en Burjassot, el pronóstico de lluvia ha obligado a trasladar la convocatoria al Auditorio de la Casa de Cultura de la localidad. Esperan la participación de otros muchos movimientos sociales. No en vano, el sábado se cumple un año desde que la Comunidad Valenciana se convirtió en la única autonomía de España con lengua propia que no tiene ente audiovisual que la difunda. Algo más de 1.600 profesionales se quedaron sin trabajo, aunque la situación de muchos no está aún resuelta. “Nos seguimos sintiendo periodistas, técnicos y productores, aunque muchos no trabajamos desde hace un año o dos”, dice la antigua locutora de Ràdio 9 y presidenta de Mildenou Reis Juan.
La resistencia organizada
El centro desde el que planean todo es un desvencijado local que Esquerra Unida les ha cedido en Godella. En las paredes, rodeando los paneles con los nombres y números de teléfono de los voluntarios (entre 50 y 60) hay una bandera tricolor, una senyera y también unos retratos de Lenin, la Pasionaria y Marx. “A mí, que soy marxista, me falta Groucho”, bromea Lluís Gallent, que trabajó durante años como guionista de Canal 9.
De repente, Reis Juan pide atención. Acaba de recibir un correo de Delegación de Gobierno, en el que se les advierte de que, durante el acto, deberán observar lo que digan las “fuerzas del orden”, así como las limitaciones propias al ser un acto nocturno —tendrá lugar de nueve a dos de la madrugada—. Por último, que son responsables subsidiarios de los incidentes que pueda haber.
Aseguran que no han dejado ningún cabo suelto. Se han dividido en cuatro grupos: producción, equipo técnico, comunicación y contenidos e intendencia. Un mes de trabajo y organización, mucha solidaridad y, si hace falta, la cuota que pagan los miembros de Mildenou, les será suficiente para desplegar 6.000 vatios de sonido y 12.000 de luz. El escenario tendrá nueve metros de largo por cinco de profundo. No lucirá adornos. Quieren que luzca “desnudo”, “que recuerde a un desahucio”.
Reivindicaciones, muchas. Celebraciones, ninguna
No querían hacer ningún gran acto, ni mucho menos una fiesta. No tienen nada que celebrar. Eso sí, habrá música, con actuaciones de Aspencat, Manolo Tarancón, Rafa Xambó o Skattutipresto, y una pantalla de vídeo para exhibir vídeos que han preparado.
Aunque durante un tiempo hicimos la peor tele pública posible, funcionábamos como vertebradores de la sociedad valenciana. Imagínate cómo podría ser si se hiciese como corresponde Reis Juan, presidenta de Mildenou
Harán acto de presencia otros colectivos de carácter reivindicativo, como la Asociación de Víctimas del Accidente del Metro de Valencia, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Escola Valenciana, asociaciones en defensa de la sanidad pública, Salvem el Cabanyal o Ca Revolta. “Los del jupetí roig [chaleco rojo, símbolo de la lucha de los trabajadores de RTVV] vamos a ser solo un color más. También estará el verde de la educación, el blanco de la sanidad, o el negro de las víctimas del metro”, asegura Jorge Carretero, que fue productor televisivo antes de las vacaciones que el Consell de Alberto Fabra le fuerza a pasar.
Reis Juan compara el estado de ánimo de su colectivo con una noria, por lo contradictorio y cambiante: “Hay momentos en que estás muy mal, pero luego nos juntamos para algo como esto, o para hacer algún tema para Internet, y te subes. Por ejemplo, la cantidad de artistas interesados en participar ha sido un gran subidón”. En cualquier caso, zanja que no va a ser “una ocasión para lamerse las heridas”.
“Vamos a dar voz a algunos ciudadanos que lo necesitan. Es lo que hacíamos en RTVV. Aunque durante un tiempo hicimos la peor tele pública posible, aún así, funcionábamos como un actor vertebrador de la sociedad valenciana, que normalizaba el uso de nuestra lengua. Imagínate cómo podría ser un medio de comunicación autonómico como corresponde”, dice Reis, para luego advertir que ella y los suyos siguen al quite: “RTVV no está muerta, está en la UCI”.
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