“Llegan a decirte que dibujas bien porque pareces un tío”

El cadáver de un conejo le cuenta un cuento a una mariposa. Un sangriento disparo hace saltar al lector al típico pueblo de película del oeste de Sergio Leone. Las viñetas las traza la dibujante gallega Emma Ríos (Vilagarcía de Arousa, 1976). Es la tercera página del cómic Bella Muerte, un western gótico que mezcla poesía y mitología para seguir, a galope, a la hija de la muerte. Este trabajo llevó a Ríos a ser nominada al premio Eisner (el Oscar del cómics) por partida doble. El cómic llega a España de la mano de Astiberri.

Tras cuatro años en Marvel, dibujando en Spiderman o Dr. Extraño, Ríos ha probado las mieles del cómic independiente y está encantada. “Congenié a la primera con Kelly Sue [DeConnick, la guionista] y en nuestro primer trabajo hicimos el plan para este, tratando de huir de los estereotipos de mujer que nos daban”. A ambas les unió el “cine macarra explotaition de los setenta” y las películas japonesas de venganza femenina. “Mi línea suave se adapta a ese aire entre belleza y violencia”. A DeConnick los editores le habían prohibido hacer un western porque “los dibujantes no hacen caballos”. Ríos, que hacía hípica de niña, fue “lo primero” que dibujó. “Es casi instintivo”. Era el dúo perfecto.

Su obra

• APB: A prueba de balas (coguionizado con Pablo Pérez; fanzine, 2001, cómic-book, 2003, Polaqia)
• Hexed (con Michael Alan Nelson; 2008, Boom!)
• Amadís de Gaula (con Ricardo Gómez Gil, 2009, SM)
• Strange (con Mark Waid, 2010, Marvel)
• Osborn (con Kelly Sue DeConnick, 2011, Marvel)
• The Amazing Spider-Man (Varios, 2011, Marvel)
• Spider-Isla: Capa y Puñal (con Nick Spencer, 2011, Marvel)
• Capitana Marvel (Con Kelly Sue DeConnick, 2012, Marvel)

La colaboración va mucho más allá. Ríos trabaja en su casa de A Coruña, y la guionista en EE UU. “Las tormentas de ideas ocurren por email”. Ambas aportan personalidad, cambian detalles y adaptan. “Es un proceso orgánico”. Si no hay acuerdo usan una mediadora. “Emma me enseñó a caer”, cuenta “Kelly Sue” en su agradecimiento. Todavía emociona a la española.

Juntas optaron por la aventura independiente y arriesgada. Está “encantada” y sin ganas de volver al mercado de las editoriales grandes, donde “los personajes no son de los autores”. Pero muchos allí no se tomaron su salida demasiado bien. Bella Muerte vendió 60.000 copias en un mes. “Calculamos que serían 11.000. Me caí de la silla. Si esto sigue no vuelvo al trabajo de encargo”. Es un cómic adulto, “sin finales sorprendentes y difícil de leer, pero mi madre se lo leyó del tirón y es un éxito”. Eso fascina a esta arquitecta que siempre quiso estudiar Bellas Artes.

“Dejé los cómics de superhéroes y me aficioné al manga con Akira y Alita. Comencé a mandar cartas a los correos pidiendo tebeos y me llegaron toneladas gratis”. Así, se formó un grupo en A Coruña. Juntos comerciaban con cómics y VHS de importación. “Llamaba a andaluces para hablar de tebeos”. De eso tiempos sin Internet, y con 16 años, pasó a escribir fanzines. Hoy lo tiene claro: “Cuesta llegar hasta aquí y vivir de ello”.

“La editorial Image es como una cooperativa. Sin interferencias y con copyright”. No reniega del mercado estadounidense pero es tajante. “Solo trabajo con Kelly Sue”. Protege mucho su obra. Lo próximo: hacerse con el guion de sus cómics en inglés.

Y ¿sobre ser mujer en un mundo de hombres?: “Al principio me cansaba hablar del tema, pero hay hay un montón de machismo. Llegan a decir que 'dibujas muy bien porque dibujando pareces un tío'. Yo siempre me sentí sola”.

“Nadie quiere ir con la bandera, pero necesita visibilidad. Una chica se puso a llorar dándome las gracias porque hubiera tantas mujeres en los tebeos”. Pero por toda cal hay una de arena, reconoce Ríos que este fin de semana ha firmado en el Salón del Cómic de Getxo. “Un francés me pidió, en Bélgica, que me dibujara desnuda y lo mandé a la mierda”.