“No me gusta que desvirtúen la Constitución de 1978”
Abogado especializado en temas sociales y expresidente de SOS Racismo, apoya plataformas como Ganemos e invita a Podemos a que aclare su orientación ideológica
José Antonio Moreno (Madrid, 1968) luce la bandera republicana en la muñeca “y en el corazón” y además luce en la solapa —en la izquierda, cómo no— el triángulo rojo símbolo de los presos políticos que sufrieron el tormento de los campos de exterminio nazis. Abogado y expresidente de SOS Racismo, se presenta “como un renovador” a las primarias abiertas de Izquierda Unida de las que saldrá el candidato que lidere a la coalición en las elecciones autonómicas de mayo de 2015.
Pregunta. ¿Es usted el candidato del aparato?
Respuesta. Es irónico que haya quien piense eso, es más bien al contrario. Ahí está mi biografía: he sido toda la vida un militante de base de Izquierda Unida desde su fundación en 1986, y anteriormente fui militante de la Juventud Comunista y del Partido Comunista de España. Nunca he tenido representación institucional, jamás he sido cargo público, de hecho compagino mi trabajo como abogado con mi activismo en los movimientos sociales. Tan solo tuve un ligero paso por la Ejecutiva de IU Madrid en 2013 como responsable de Memoria Democrática e Inmigración. No tengo ni aparato mediático ni aparato institucional, como lo tienen otras candidaturas, que parten en esta carrera política desde estructuras de poder y de Gobierno tanto de la propia IU Madrid como de la Asamblea de Madrid. Mi candidatura representa a la renovación real, de la gente que viene de la base, de la normalidad. Represento a la infantería de IU. Nuestro fuerte es el cuerpo a cuerpo.
“Estoy a favor de plataformas como Ganemos en las regionales”
P. No tiene un pasado público.
R. Pero sí tengo un pasado político. Yo empecé a militar a los 14 años en la Juventud Comunista de Madrid, cuando todavía estudiaba en el instituto Cervantes, en la glorieta de Embajadores, donde tuve una ferviente adolescencia política. Había mucha actividad en ese momento en la lucha contra la entrada de España en la OTAN y la articulación de los consejos escolares democráticos en aquel momento. En la universidad seguí militando en el PCE y formé parte del Movimiento Asociativo Estudiantil y ahí ya empecé a trabajar en el ámbito de los derechos humanos. Fundamentalmente, en la perspectiva antifascista. Soy nieto de un asesinado por la dictadura, Joaquín Moreno Tormos. Siempre me gusta hablar de mi abuelo. Julia Conesa, una de las trece rosas, decía “que mi nombre no se borre de la historia”.
P. ¿Qué le pasó?
R. Trabajaba como técnico de telecomunicaciones en Telefónica, en la Gran Vía. Cuando estalló la guerra él era militante anarcosindicalista y se fue a defender su puesto de trabajo. Y se puso en la puerta de acceso a su lugar de empleo, en la calle Valverde. Se le visualizó mucho, y además ese era un centro de comunicaciones imprescindible… Cuando el Gobierno de la República se traslada a Valencia, a mi abuelo le trasladan a Tarancón para mantener las comunicaciones. Después de la guerra volvió a Madrid, creyendo que sí iba a sufrir represalias de carácter laborar e incluso algún periodo de estancia en prisión… Fue detenido en mayo de 1939 y fusilado el 31 de octubre de ese año. Tengo el expediente completo, conseguí hacerme con él. Con la aplicación de la Ley de Memoria Democrática conseguimos la declaración de ilegitimidad de la condena a muerte de mi abuelo. No sabemos dónde está su cuerpo, suponemos que lo enterraron con otros compañeros en la fosa común que hay en el cementerio del Este de Madrid. Mi abuelo es un ejemplo de compromiso. De quienes se dejaron la vida y la arriesgaron para recuperar la democracia, ya en la Transición.
P. Hay quien se refiere a esa etapa como el régimen de 1978.
“Llevamos toda la vida promoviendo escenarios de convergencia”
R. La Constitución tiene defectos y errores, como en la articulación territorial del Estado. IU y el PCE en su momento proponíamos un Estado federal, y evidentemente el Estado autonómico no colma las aspiraciones territoriales; la Constitución tiene que ser reformada en ese sentido. Y es anacrónica en la jefatura del Estado. No entendemos cómo en el siglo XXI puede haber una monarquía. Del tipo que sea. Optamos claramente por un modelo republicano… Sería un ejercicio de ética democrática que se pudiera elegir al jefe del Estado. Dicho esto, la Constitución tiene un montón de cosas que tienen que ser puestas en valor. Los valores esenciales son la libertad, la justicia y la igualdad de un Estado democrático y de derecho. No me gusta el discurso de quienes desvirtúan la Constitución del 78 e incluso la califican como régimen. Nuestros mayores, nuestros veteranos en la lucha antifranquista, contra la dictadura, que se batieron el cobre en la conquista de las libertades en la Transición, nos enseñaron que el único régimen que había era el dictatorial de Franco. Con la Constitución se instaura un modelo democrático. No comparto el discurso antirégimen o antisistema que plantea que la Constitución debe ser tirada como si no valiese nada. Me molesta muchísimo el revisionismo histórico. Nos consideramos los herederos de la gente que luchó contra el fascismo en la Guerra Civil, contra la dictadura en el franquismo, que peleó por conseguir para España un régimen de libertades. Esa generación fraguó y negoció para conseguir la Constitución de 1978. Me ofende que, reconociendo errores en la Constitución, sus carencias y deficiencias, desde la visión cómoda de 2014 comparada con la situación de España en 1976 y 1977, cuando se mataba a la gente en las manifestaciones, torturaban en las comisarías y había políticos de izquierdas en las cárceles. Semejante discurso es ventajismo político y una falacia.
P. ¿Izquierda Unida peligra?
R. No. Rotunda, absoluta y convincentemente, no. IU es imprescindible a día de hoy para la articulación de una izquierda real y transformadora en la sociedad española en su conjunto y la madrileña en particular. Tenemos el bagaje y la trayectoria, nuestros hechos nos confirman. Nos debemos a una memoria democrática de lucha por las libertades en este país, somos herederos de ese hilo rojo. Nos hemos caracterizado desde nuestra fundación por estar siempre al lado de la clase trabajadora. En las mareas ciudadanas, la verde, la blanca, por los servicios sociales, en las luchas estudiantiles y sindicales, en las huelgas generales, en los centros de estudios, en las colas del paro... Donde ha habido conflictividad hemos estado defendiendo a la clase trabajadora. ¿Que está cambiando sus perfil? Sí, pero no deja de ser clase trabajadora. Desde IU nos reclamamos como referente de esa clase trabajadora. Cualquier articulación política de izquierdas en este país tiene que pasar por IU, es necesario que pase por IU. IU tiene que ser lo suficientemente flexible, dicho sea de paso, para entonar la autocrítica, como en aquellos aspectos en los que no hemos sabido ser ágiles para captar determinado discurso social. Pero evidentemente nuestro bagaje lo tenemos que poner en valor.
“Converger es como bailar agarrado, y por eso hay que saber si los demás quieren”
P. ¿Converger o vencer?
R. Converger convenciendo. La convergencia no es un fin en sí misma y esto es un matiz muy importante. Estamos ante un desafío político de unas magnitudes inabarcables. La responsabilidad política que tiene la izquierda en su conjunto y la izquierda madrileña en particular es muy grande. Tenemos al alcance de nuestra mano un posible cambio político en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento por la izquierda y desde la izquierda. Por tantos sobre nuestras espaldas recae la responsabilidad de generar espacios amplios de convergencia social que desde la izquierda den lugar a mayorías políticas de cambio que en las elecciones del año que viene generen el vuelco político que la Comunidad de Madrid merece y sin duda va a tener, que es gobiernos de izquierda, desde la izquierda y para la izquierda. Por lo tanto, nuestra perspectiva, nuestra estrategia, es la convergencia. La convergencia es un medio para un fin, no un fin en sí mismo. No es, venga, vamos a converger. Hay que ver para qué vamos a converger. Para nosotros ese para qué es conseguir gobiernos de izquierda, de progreso en la Comunidad de Madrid que apliquen políticas de izquierda transformadoras. Ese es nuestro modelo de convergencia. ¿Cómo? Aportando un programa electoral de izquierdas para la izquierda y desde la izquierda, un programa que los hombres y mujeres de IU elaboraremos en lo colectivo, en lo participativo y que, como siempre hemos hecho, generosamente abriremos a las aportaciones de otros colectivos, fuerzas políticas de la izquierda madrileña en su conjunto para enarbolar un nuevo programa electoral donde IU, su gente, militancia, simpatizantes, locales e infraestructura, sepan hacer valer su trayectoria y programa electoral. Debemos poder ofrecer espacios de discusión y de reflexión colectiva para dar lugar a una convergencia política desde la izquierda.
P. Estamos en un momento en el que incluso se está hablando de la posibilidad de que IU se vaya a disolver…
R. Converger no es un invento de ahora, se hizo entonces, en 1986. Por eso planteaba antes lo del revisionismo histórico. Oyendo determinados discursos da la sensación de que entre 1978 y 2014 no ha pasado nada. Antes del 78 pasaron muchas cosas y luego pasaron muchas más. Antes del 78 el PCE apostó por una política de reconciliación para converger con escenarios políticas antifranquistas en el exilio… La memoria democrática es vital. Gracias a ella algunos sabemos de dónde venimos y por lo tanto sabemos dónde estamos. Es imprescindible saber dónde estamos para saber dónde queremos ir. IU, cuando el PCE valora que solo no puede seguir adelante, cuando valora nuevos escenarios de convergencia política, de confluencia, en los que yo participo, se plantea la confluencia con otras fuerzas políticas en el año 86 que son resultado de las movilizaciones ciudadanas contra la entrada de España en la OTAN. Pero es que, a día de hoy, tenemos experiencias en Cataluña, Andalucía, en las elecciones europeas, donde IU converge con otras fuerzas políticas de izquierda a nivel territorial. Sin ir más lejos, el grupo municipal de la Comunidad de Madrid es IU-Los Verdes y en el Ayuntamiento es IU-Los Verdes. Por lo tanto, me parece un poco pretencioso que me vengan a hablar ahora de escenarios de convergencia cuando IU ha sido vanguardia en promover espacios de encuentro desde la izquierda y para la izquierda.
P. ¿Por qué lo encuentra pretencioso?
R. ¡Porque es algo que lo hemos hecho toda la vida! ¿Qué evidentemente los resultados no han sido los esperados? Para eso está la autocrítica, la crítica es el método para elaborar política. Nos lleva a la dialéctica y a analizar. Pero no nos quedemos solo en el análisis. Ahora todo el mundo analiza, analiza, analiza… La población madrileña quiere propuestas, acciones, realidades de transformación de un modelo social que nos está asfixiando. IU ha hecho siempre el análisis. Es imprescindible articular mayorías sociales de progreso. ¿Por qué si no IU confluye en las mareas ciudadanas a título personal? Porque decide no capitalizar políticamente las mareas. Opta por que nuestra militancia, nuestros afiliados, vayan a esas mareas como gente de base, con la generosidad que IU ha sabido demostrar siempre, con la que va a demostrar.
P. IU aprobó integrarse dentro de Ganemos con fuerzas como Equo. Sin embargo, surgieron dudas ante un riesgo o amenaza de disolución. ¿A qué se debió?
“Desconocemos cuál va a ser la orientación ideológica de Podemos”
R. A Algunos compañeros y compañeras de IU nos da la sensación que tras los resultados electorales en las europeas de mayo algunos análisis no han sido correctos. IU multiplica por tres sus resultados electorales anteriores. Esto es un resultado excelente, espectacular. Sin embargo hay un interés mediático en poner en valor la aparición de otra fuerza política emergente, de manera espontánea además, de Podemos, generó en algunas instancias de IU determinada situación de confusión e incluso me atrevería a decir que pánico. Ese discurso se articula de una manera quizás improvisada de cara a lo interno e incluso de cara al externo, generando confusión. ¿Por qué digo esto? Porque nosotros estamos a favor de la convergencia con estas dos premisas: convergencia desde la izquierda para la izquierda por la izquierda, convergencia para obtener mayorías sociales que converjan en escenarios políticos que permitan vuelcos electorales para la izquierda, y sobre la base de la elaboración programática colectiva de carácter transformador desde la izquierda. Es aquello de vístete despacio que tengo prisa. Decía Vladimir Ilich, Lenin, que el espontaneísmo nunca fue revolucionario. Estamos en un momento histórico tan complejo que no nos podemos permitir la veleidad de improvisar nada. Todo debe ser reflexionado. Que sí, que los tiempos nos imponen premura, que el discurso mediático nos impone prisas, pero nosotros tenemos que estar en pautas de reflexión, de elaboración colectiva. Cohesionemos Izquierda Unida, elijamos nuestros candidatos y candidatas, elaboremos nuestro programa y cuando tengamos esos tres elementos volquémonos en escenarios de convergencia con total generosidad como siempre hemos hecho. Pero con los deberes hechos.
P. ¿Está a favor de una plataforma estilo Ganemos para las autonómicas?
R. Sin duda. La apuesta de IU es la convergencia y la confluencia porque es imprescindible, porque está en nuestra responsabilidad. La ciudadanía no entendería que las fuerzas de transformación fuésemos divididas a las próximas elecciones, porque ya sabemos, y hemos escarmentado, que la ley electoral castiga la dispersión electoral. La ley electoral está promocionando el bipartidismo de España. La única manera de romper eso es aglutinar fuerzas de izquierda. ¿Cómo? Convergiendo. Y la formación, ya lo ha dicho la dirección federal de IU, como coalición de partidos. Frente a nuestra postura, tan clara, a otros actores políticos habría que exigirles definición ideológica porque todavía no sabemos dónde se definen en el espectro ideológico y eso a algunos, y es mi caso concreto particular, nos resulta preocupante… Converger es como bailar agarrado, es entre dos o entre tres, pero tenemos que saber si los demás quieren converger. Esa voluntad de determinados actores emergentes no se ha puesto de manifiesto.
P. ¿Lo dice por Podemos?
R. Evidentemente. Nosotros estamos trabajando en Madrid ciudad con los compañeros de Equo y otros escenarios pero esta pregunta habría que hacérsela también a esos actores. ¿Están ustedes dispuestos a generar espacios desde la izquierda para volcar los resultados electorales de la Comunidad de Madrid el año que viene? Nosotros asumimos la responsabilidad de lo que nos toca.
P. ¿Qué le parece que no se pronuncie Podemos, que esté alargando ese momento?
R. Podemos no es el enemigo, de hecho no caigo en el error político y estratégico básico de otros responsables de IU y la obsesión que tienen con Podemos. No voy a valorar lo que hagan otras formaciones políticas, me preocupa la mía. Desde una perspectiva nítida de izquierdas, nuestra candidatura es una candidatura de IU para IU y por IU. Nosotros somos una candidatura de izquierda, nítida, sin complejos y sin tapujos.
P. Pablo Iglesias propone asaltar el cielo sin desdeñar al voto del centro.
R. La coherencia es un elemento imprescindible en política. Me fastidian mucho las injusticias y casi más la falta de coherencia. Y en política la coherencia es parte del todo. Por lo tanto, si nos pretendemos enarbolar como bandera regeneración en este momento político, la regeneración solamente pasa por la izquierda. O se articula un espacio de convergencia de la izquierda real transformadora, en el cual IU tiene necesariamente que estar con sus siglas, o la historia nos juzgará por nuestras omisiones. A cada cual su responsabilidad. IU lo tiene claro. Generar espacios de convergencia social para volcar políticamente los resultados electorales del año que viene con todos los actores que quieran compartir con nosotros esos escenarios con una base programática. La derecha española, campeona de desempleo, corrupción y desmantelamiento del Estado constitucional del año 78, empezando por los servicios públicos, no puede enarbolar bandera alguna. Y nos da la sensación de que al PSOE le quedan todavía algunos elementos para establecer cotas de transparencia y de regeneración como pretende.
P. ¿En qué se diferencia IU de Podemos?
R. IU tiene una trayectoria, una elaboración, una responsabilidad adquirida y demostrada con la clase trabajadora de este país. No desde ahora, desde 1986. IU tiene una definición ideológica: somos izquierda, no tenemos vergüenza en decirlo. No nos cuesta reconocer que somos de izquierdas, por lo menos a algunos. No pretendemos ser otra cosa, nada más y nada menos que ser una fuerza de izquierdas transformadora. Tenemos un programa contrastado que se ha presentado a las elecciones en numerosas ocasiones, unos cargos públicos y una base, una militancia, una estructura orgánica que nos facilita la intervención social. Eso es lo que en este momento nos diferencia. Podemos está en una fase embrionaria en la cual desconocemos cuál va a ser finalmente su orientación ideológica. Entendemos que Podemos está llamado a ser nuestro compañero de viaje y nosotros el suyo, pero le falta también una elaboración programática. No nos valen los eslóganes ni los titulares mediáticos, los discursos espontáneos. La política es mucho más seria. Para IU la política es una política con mayúsculas. No compartimos el discurso de la antipolítica. Entendemos que en una sociedad capitalista es un discurso que pretende la desmovilización, preconizar el individualismo. Nosotros creemos en la política con mayúsculas porque para la izquierda la política siempre ha sido un arma cargada de futuro. La política es el elemento de transformación a mejorar las condiciones de vida de la gente. Negamos el discurso antipolítico porque eso es meter a todos en el mismo saco y eso no es justo porque no es verdad. IU no es igual que el resto de fuerzas políticas que se han manchado hasta ahogarse en lodos de corrupción. IU siempre ha estado con la gente que sufre, siempre ha estado en los tajos.
P. La corrupción, aunque sea de refilón, también ha afectado a IU.
R. Nos ha salpicado, efectivamente, y es mucho más vergonzoso y más vergonzante para IU que para otras fuerzas políticas. No es lo mismo que para organizaciones políticas que sistemáticamente han practicado la corrupción como mecanismo incluso de autofinanciación o por ejemplo para reformar sus sedes, y estoy hablando de los autos del juez Ruz en la Audiencia Nacional respecto a la trama Gürtel y el PP, u otras organizaciones políticas que han establecido redes clientelares para sostener determinadas instituciones de gobierno en otros ámbitos. En IU Madrid hemos tenido un caso [tarjetas opacas de Caja Madrid], pero es suficiente porque nos enorgullece que la sociedad española en su conjunto y la sociedad madrileña en particular a IU le exija mucho más. Porque no nomos lo mismo que el PP y el PSOE, somos otra cosa. En el proceso de los infames que en nombre de IU se beneficiaron personalmente con las tarjetas de Bankia, IU ha reaccionado de manera fulgurante y fulminante. Hay una gran ventaja pero se ha tornado en un inconveniente: IU expulsó hace dos años de la organización al señor Moral Santín. El escándalo de las tarjetas estalló cuando IU presentó una querella contra los 83 consejeros de Bankia, fuimos nosotros los que destapamos la caja de Pandora. Sin embargo, determinado discurso mediático y político está interesado en exigir a IU respuestas de cortar cabezas cuando las cabezas habían sido cortadas hace dos años. Pese a ello IU opera en dos líneas más: ha habido una comisión de investigación con carácter interno que, con luz y taquígrafos, está llamando a declarar a todos aquellos que tuvieron algún tipo de participación en la gestión de la representación institucional de IU en Bankia. Esa Comisión está en fase de elaboración de las conclusiones de esos informes y se ha diferido su respuesta hasta el mes de diciembre. En segundo lugar, y yo soy orgánico, lo que mis órganos de la organización establecen yo lo acato y lo acepto, aquí ha habido una presidencia de IU en la Comunidad de Madrid que decidió que la responsabilidad política institucional era de la persona [Antero Ruiz] que en ese momento coordinaba la acción institucional de IU, que es un diputado de la Asamblea de Madrid al que se ha exigido devolver el acta de diputado. Por tanto, desde el punto de vista interno de IU el asunto está zanjado y en vías de canalización adecuada. Y con luz y taquígrafos. Desde luego no todos los partidos políticos pueden decir lo mismo.
P. ¿Entonces por qué cree que la dirección federal ha exigido la renuncia de los coordinadores regionales de los últimos 20 años?
R. La ha exigido pero luego se ha retractado. Volvemos otra vez al discurso que le decía antes. Al discurso de la precipitación. Respetemos la federalidad en primer lugar. Ha habido otras situaciones de otras federaciones de IU que han sido difíciles de entender por el conjunto de la militancia de IU en todo el Estado e incluso difíciles de aceptar por parte de nuestro electorado, pero las hemos asumido respetando la federalidad de los territorios. Parece que con IU en la Comunidad de Madrid no ha sido así, precisamente porque hay un procedimiento, quizá precipitado, a raíz de necesidad de demostrar transparencia aunque fuese de una manera improvisada. Yo creo que afortunadamente la dirección federal ha valorado convenientemente el proceso. Los compañeros y compañeros del Consejo Político Federal hicieron la labor de demostrar que IU está luchando contra la corrupción. Somos transparentes.
P. Habla de transparencia, pero la dirección regional de IU no ha regulado aspectos de la campaña de las primarias. Por ejemplo, la financiación de las candidaturas.
R. IU Madrid abre un proceso de primarias abiertas con muy buena voluntad y muy buena fe, pero ha dejado muchos escenarios sin definir. Se ha pecado, sin ninguna mala voluntad, de cierta bisoñez. Como candidatura de infantería, humilde, discreta, echamos en falta una normativa más concreta sobre la utilización de los medios de la organización para la promoción de candidaturas, una regulación del mecanismo para hacer actos de candidaturas en los locales de la organización… Y por supuesto se tendría que haber regulado la financiación. Si IU está exigiendo a nivel federal que la financiación de los partidos políticos sea transparente, se tendría que haber exigido que la financiación de las candidaturas que concurren a estas primarias también lo fuese. Si IU federal exige que los partidos tengan un límite de gasto en las campañas electorales para tratar de concurrir en la mayor igualdad de condiciones, en las primarias de IU Madrid se tendría que haber planteado un límite de gasto. Nosotros no hacemos política espectáculo, no participamos en las tertulias y por tanto tenemos menos proyección pública. Tampoco tenemos respaldo institucional: no tenemos eurodiputados ni eurodiputadas que vengan a nuestros actos y les den relumbrón. Nosotros tenemos militantes de base. Afiliados y afiliadas. Y muchas personas voluntarias. La candidatura, presupuestada en 3.000 euros, se financia mediante aportaciones voluntarias. Nuestras cuentas pueden ser expuestas en cualquier momento. Son transparentes. Nadie nos financia nada.
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