Collboni da por rotas las negociaciones del presupuesto con Trias
El alcalde de Barcelona le invita a aparcar “fines electoralistas” y hablar
El candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni, dio ayer por rotas las negociaciones que mantiene con el alcalde, Xavier Trias (CiU) para apoyar el presupuesto para 2015. Collboni, que hace tres semanas puso como condición para hablar una rebaja en las tarifas del transporte público, mostró su disgusto ante el anuncio de la Generalitat, el viernes, de que congelará el precio en 2015. “Hablar de congelación con un IPC rozando el cero es hacer trampa, se trata de rebajar el precio. Sepa, señor Trias, que anunciar la congelación sin diálogo tiene una consecuencia: que el diálogo está en vía muerta”. Después aclaró que si las negociaciones no están rotas, él sí las da por acabadas, a no ser que haya un gesto del alcalde.
A mediodía, Trias respondió al candidato socialista que está dispuesto a seguir hablando con discreción y fuera del foco mediático, pero que si “quiere utilizar” esta cuestión “con fines electoralistas” no es asunto suyo.
Anunciar la congelación del precio del transporte sin diálogo tiene una consecuencia: que el diálogo está en vía muerta”, dijo el alcaldable
Collboni habló ante 500 personas en el bar de la estación de Francia, el marco del que el PSC calificó de “primer gran acto político” de su candidato al Ayuntamiento de la capital catalana. En presencia del primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta —que no intervino—, y de los actuales concejales del partido —que tampoco—, durante el acto Collboni presentó la nueva imagen de su precampaña, Aire fresco.
Los socialistas han cambiado el tono tremendista y negativo que hasta ahora había marcado sus pasquines por mensajes más limpios de imagen y positivos en el texto. De frases impresas sobre negro como “No queremos un alcalde [Trias] que niega el futuro a Nou Barris”; la campaña salta a enunciados como “Por una ciudad al alcance de todo el mundo”.
Los teloneros de Collboni fueron esta vez uno de sus profesores en el instituto, una compañera de la época universitaria y un amigo de UGT. El alcaldable reivindicó el legado de los socialistas en “la transformación histórica” de la ciudad —“aquí no hay casta”, afirmó— y prometió basar su campaña en el diálogo y en hablar de “lo que a la gente le importa, la educación, la salud o el trabajo” y de una Barcelona que “tiene que ser la capital del bienestar”.
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