El vuelo de una abeja

Le maraviglie no es una autobiografía, y la directora italiana Alice Rohrwacher, insiste en recordarlo. Lo que sí tiene esta película, que se ha presentado este viernes en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, es un punto muy personal. "Conozco muy bien a los personajes y estoy muy vinculada a ellos. Pero nada de lo que pasa me ha pasado a mí", se empeña Rohrwacher. Este largometraje refleja el conflicto generacional entre padre e hija y el choque entre un modo de vida tradicional y la modernidad.

Es el segundo largometraje de esta cineasta y fue galardonado en la pasada edición del Festival de Cannes con el Gran Premio del Jurado. La historia de una joven que vive en el campo en el seno de una familia productora de miel ha enganchado al público. Una niña a la que da vida la actriz María Alexandra, en un papel protagonista sorprendente, sobre todo porque es la primera vez que esta actriz novel se pone delante de las cámaras.

La directora ha definido a su protagonista con un adjetivo: valiente. "Ha hecho cosas de las que yo no soy capaz y que no he visto hacer a ningún apicultor" ha comentado Rohrwacher en alusión a una escena en la que María Alexandra debía meterse varias abejas en la boca.

El conflicto generacional entre padre e hija está muy presente en la película. "Él me parece un hombre justo que no sabe hacer las cosas", ha explicado la cineasta en su intento de disculpar el comportamiento del progenitor. Un hombre que, "por falta de palabras para comunicarse" acaba resultando violento. "He intentado transmitir este estado sin psicoanalizarlo, porque el cine es el lenguaje de la síntesis, no del análisis", ha matizado la italiana.

Otro papel muy importante en la película lo tienen los medios de comunicación, ya que a esta zona rural que se refleja en el largometraje llega un programa de televisión (con Monica Belluci como presentadora) y esta situación influye mucho en la protagonista. Unos intrusos televisivos que la propia directora describe como "extraterrestres".

"En Italia es muy fácil criticar la televisión porque nuestro país ha vivido 20 o 30 años de genocidio cultural realizado por los medios de comunicación", ha reprochado la directora, aunque asegura que no era su intención reflejar esta crítica en su trabajo.