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El PNV se ve ganador en Álava pero contiene el aliento en Vitoria

El EBB busca un discurso propio para superar la dura pugna en la capital

El presidente del PNV de Álava, Xabier Agirre, en el centro, con Ramiro González, a la izquierda, y Gorka Urtaran.
El presidente del PNV de Álava, Xabier Agirre, en el centro, con Ramiro González, a la izquierda, y Gorka Urtaran.L. RICO

Álava, y sobre todo Vitoria, se ha convertido en el epicentro electoral mucho antes de que empiece la campaña. La polémica sobre la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) a pie de acera, la repercusión simétrica en este territorio de la fotografía estatal y, principalmente, las menguadas diferencias en la capital alavesa de un puñado de votos entre quien gana y quien pierde afloran una mayor tensión política por la incógnita que envuelve los pronósticos.

En este escenario, el PNV se propone recuperar el poder perdido en una provincia habituada a cambiar de color político. Pero la irrupción con fuerza de la izquierda abertzale legalizada ha volteado la situación hasta el extremo de convertirse en la primera fuerza alavesa en las últimas elecciones europeas.

El PNV prefiere ni fijarse en la referencia europea. “Nuestro electorado no se moviliza para unas europeas”, vienen a coincidir Ramiro González y Gorka Urtaran, los candidatos jeltzales a la Diputación de Álava y al Ayuntamiento de Vitoria, respectivamente. Urtaran, de hecho, resta importancia a su impulsiva reacción cuando comprobó decepcionado el cuarto puesto de su partido en las europeas. “No se pueden extrapolar los resultados. En anteriores ocasiones, nos doblaban y ahora apenas hay dos mil votos de diferencia”, precisa.

Otros rivales suyos, en cambio, entienden que esta justificación nacionalista es “una disculpa” para “ocultar que ya no ganan ni en la provincia ni en los barrios de la capital”, admite un dirigente socialista.

En realidad, los adversos resultados de las europeas (segundos en Álava, cuartos en Vitoria) preocupan en el EBB. La dirección nacionalista advierte de un fundado riesgo para su suerte electoral “entre el asentamiento de EH Bildu y la fuerza del PP en la capital”, aunque inmediatamente se reconoce que el alcalde, Javier Maroto, “acabará pagando” la política “excluyente” que refleja su posición sobre las prestaciones sociales a los ciudadanos magrebíes. “Cuando empezó con su discurso hay que reconocer que tuvo sus adeptos, pero ahora te paran por la calle para pedirte que hay que acabar con esta polémica”, admite González, convencido de que los populares “van a la baja”.

El candidato foral del PNV transmite más optimismo que Urtaran sobre el posible desenlace electoral. González, actual portavoz en las Juntas Generales, ve a “un PP a la baja, que acabará pagando el tipo de gobierno de De Andrés que no se entiende con nadie y habla mal de todos, y EH Bildu que empieza a remitir”. A su vez, el candidato al Ayuntamiento de Vitoria elude cualquier especulación electoral. Coincide en el “desgaste” del PP porque “ha incumplido su programa, ha sido incapaz de aportar soluciones económicas y le salpican los casos de corrupción”, dice antes de precisar que su objetivo es “seguir trabajando para ganar porque los vitorianos ya están viendo que tenemos una forma distinta de hacer las cosas”. Urtaran, en cambio, no ha conseguido despejar entre sus rivales algunas dudas que su gestión despierta, aunque es una apuesta firme de su partido. “Es más fácil que González sea diputado general que Urtaran, alcalde”, aseguran desde dentro de la Corporación.

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González cree que el PP pagará el “desgaste” y que EH Bildu “no crece”

Precisamente la búsqueda de un mensaje electoral diferenciado es la apuesta que libra la dirección del PNV, desde donde se trabaja con la idea decidida de que el lehendakari, Iñigo Urkullu, volverá a volcarse en la campaña alavesa del partido como ya hizo en las autonómicas. No obstante, González tiene claro el sentido de su discurso: “tenemos que poner en valor que gestionamos bien”.

Enfrente le espera una complicada situación. EH Bildu dispone de un posicionamiento al alza en Vitoria, sustentado por su dominio en barrios como Salburua y Zabalgana, con una población más joven, y de una implantación creciente en el resto del territorio, especialmente en el Valle de Ayala. El PP, a su vez, entiende que sus aspiraciones siguen “intactas” en Vitoria. Así las cosas, “con la escasa diferencia que hay entre todos, cualquier descuido en la campaña puede decidir las elecciones”, admite un exconcejal vitoriano.

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