“Prestamos un servicio a la sociedad, garantizando que pueda ir a votar”
Los tres hermanos de la familia Abad ven en la consulta una promesa de prosperidad
La familia Abad se reunió este sábado en el piso de uno de sus miembros, Josep Lluís, en Cornellà de Llobregat (Barcelona). Él y sus dos hermanos, Francesc y Joan, participan este domingo como voluntarios en la celebración de la consulta alternativa del 9-N. Están orgullosos de ello, e ilusionados por el resultado de la votación. Francesc, de 48 años, ve en ello un “servicio a la sociedad”. Joan, ataviado en una camiseta independentista, define jornada como un acto de “radicalidad democrática”.
La familia Abad cree que ayudar a la celebración de la consulta es un acto de servicio público. Francesc, el mayor de ellos, es funcionario público. No le asusta caer en la ilegalidad, pese a la suspensión de la consulta por parte del Tribunal Constitucional. “Somos voluntarios. Actuamos prestando un servicio a la sociedad, que es garantizar que pueda ir a votar. No tengo miedo de lo que pueda pasar”, asegura Abad. “No ayudo a la organización de las votaciones porque Mas diga que hay que estar. Lo hago por voluntad propia, porque quiero”.
Creen que la ruptura de la negociación sobre el Estatuto y el encaje de Cataluña en España ha facilitado el éxito del independentismo, y les motiva a participar. “¿Qué diálogo se puede lograr de alguien que te dice que no puedes votar?”, apunta Josep Lluís, de 44 años. Para Joan, de 40 años, la consulta es una promesa de futuro. De prosperidad: “Es un proceso ilusionante, la oportunidad de empezar un país nuevo, sin hipotecas”.
Cada uno de los hermanos, todos ellos miembros de la Asamblea Nacional Catalana, colaborará de forma diferente en el 9-N. Josep Lluís es gestor de mesas en el Instituto Miquel Martí Pol del municipio. Francesc es coordinador del proceso en el Maria Aurèlia Capmany. “Superviso que todo esté apunto. Me aseguro de que los voluntarios titulares estén presentes [cuando abra el colegio], y si alguno falla se llama a los suplentes”. Debe asegurarse de que todo el material de votación esté a punto. Supervisa el proceso de principio a fin. Joan, por su parte, ejercerá de vocal en una de las mesas, verificando la identidad de las personas que acudan a esta.
“¿Qué diálogo se puede lograr de alguien que te dice que no puedes votar?”, sostiene Josep Lluís, el mayor de los hermanos
Aunque la participación en la consulta de estos hermanos parezca intensa, ya viene de lejos. Su padre, Francisco Abad, les inculcó la pasión por el mundo asociativo. “Él fue uno de los fundadores del sindicato USTEC”, recuerda Francesc. “A él lo metieron en prisión allá por 1974, por repartir octavillas contra Franco”, cuenta nostálgica Teresa Esteve, madre de la familia, quien añade que ella y su marido militaron en PSUC.
Los hijos crecieron en un ambiente marcado por el debate político y la implicación en el mundo asociativo y estuvieron vinculados al independentismo desde su adolescencia. “Influyó muchísimo lo que vivimos en casa. Yo empecé con un grupo de JOBAC, la Juventud Obrera de Barrios y Ambientes Cristianos. Después de esto salté a la Crida a la Solidaritat, cuando hubo una campaña de recogida de alimentos por unas hambrunas en Etiopia y Eritrea”, recuerda Francesc. A su currículo también se suma la militancia en la Federació Nacional d’Estudiants de Catalunya, un sindicato estudiantil de corte nacionalista.
Los tres hermanos vincularon la participación asociativa al independentismo desde la adolescencia
Los primeros recuerdos políticos de Josep Lluís se remontan también a la adolescencia: “Recuerdo ir al Fosar de las Moreres con 13 años”. En 1984 empezó a militar con sus hermanos en un casal independentista. “Allí organizábamos actividades independentistas con independencia del partido político del que formábamos parte. Se presentaban libros, se organizaban charlas y campañas informativas. También hacíamos actos para recordar a Lluís Companys en el aniversario de su muerte”, explica Josep Lluís Abad.
Todos ellos, además, formaron parte de la plataforma Cornellà Decideix, que en 2010 convocó una consulta por la independencia en Cornellà, siguiendo la estela de la iniciativa de Arenys de Munt. “Fue un éxito. Logramos que hubiera un 20% de votos del 'no' con una participación del 12%”, recuerda Josep Lluís.
Los hermanos Abad reclaman una tradición de protesta que une la reivindicación social con la nacional, que cree que la independencia será positiva para la sociedad. Destacan que 40 asociaciones participan en la Taula pel Dret a Decidir de Cornellà, frente a las 15 entidades que ayudaron a la celebración de la consulta de Cornellà Decideix en 2010. “Dentro de la Asamblea Nacional Catalana hay personas que se han incorporado hace poco, como un exconcejal socialista de la época en que José Montilla era alcalde, Jordi Cuesta, que se hizo independentista después de la rebaja del Estatuto y de ver el maltrato sistemático de Cataluña por parte del Estado”, explica Josep Lluís. “Ha hecho fortuna la cita de Gandhi. Él solía decir que 'primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, y entonces ganas'. Esto es lo que está pasando aquí”, concluye Joan.
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