La promotora del rascacielos más alto de Europa, a concurso de acreedores
La Sareb demanda a la empresa Olga Urbana por ser incapaz de acabar la obra
La Sociedad de Gestión de Activos Prodecentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb, popularmente conocido como el banco malo) ha denunciado ante un juzgado de lo Mercantil en Alicante a la promotora Olga Urbana, sociedad afincada en la Marina Baixa. La entidad, que se quedó con el stock sobrante de vivienda de las entidades bancarias tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, pide el concurso de acreedores de Olga Urbana debido a la situación de insolvencia de la compañía y su incapacidad de finalizar un edificio que estaba llamado a ser la torre residencial más alta de la Unión Europea.
Coronando el cielo de Benidorm (Alicante), los 200 metros de altura del Intempo son un símbolo de la exuberancia de una época que estalló con la burbuja inmobiliaria. Este coloso inacabado comenzó a construirse en el 2006 y arrastra una historia plagada de irregularidades. La Sareb se hizo con él en 2012 tras la reestructuración bancaria con el objetivo de darle salida. Pero nadie ha venido a comprarlo, ni empresas chinas, ni jeques árabes, como en más de una ocasión publicitó Olga Urbana, incapaz de acabar un monstruo de hormigón al que solo le faltaba un 7% de su obra cuando entró la Sareb.
La entidad bancaria ha pedido al juzgado de instrucción número uno de lo Mercantil de Alicante que declare un concurso de acreedores tras los “impagos generalizados” y la “incapacidad de Olga Urbana de hacer frente con sus propios medios a la construcción del edificio In Tempo”. El concurso, considera la Sareb, dotará de control judicial al proceso de valoración de la situación patrimonial de la compañía, su viabilidad y, en particular, la del propio proyecto.
Olga Urbana no presenta cuentas desde hace años. La Sareb adquirió por mandato legal el crédito concedido por NCG Banco (antigua Nova Caixa Galicia) a Olga Urbana para la construcción del edificio In Tempo el 31 de diciembre de 2012. Desde entonces, la deuda que ha acumulado con la Sareb es de 100 millones de euros.
Contra la sociedad promotora existen diversas denuncias por impagos de empresas que intervinieron en la construcción del edificio, incluyendo la que lo forjó y hormigonó, Kono Estructuras. Un juez incluso ha llegado a emitir una orden de detención a su administrador, José Ignacio de la Serna, por no presentarse en sala judicial conforme se le pidió. El promotor siempre alegó problemas de salud.
La medida de la Sareb, principal acreedor de Olga Urbana, no busca otra cosa que proteger “sus intereses, los de los posibles compradores, proveedores y los de otros eventuales acreedores”. Con el concurso de acreedores pretende conseguir el control de un administrador concursal que facilite información real sobre sobre el proyecto: control de ingresos y gastos, la plena protección de los derechos de los acreedores así como de los compradores y proveedores del proyecto.
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