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opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Podemos estar satisfechos

Si queremos que la Obra Social siga manteniendo la importancia que ha tenido es imprescindible que Kutxabank obtenga beneficios con su actividad financiera

mari carmen gallastegui

Durante estos últimos años, desde que comenzó la crisis económica, el sistema financiero ha estado en boca de todos y ha ocupado muchas páginas de periódicos y noticias. Nada de extrañar teniendo en cuenta su importancia para los resultados económicos y dado que se ha ido descubriendo que no todos los Bancos ni todas las Cajas, sobre todo éstas, tuvieron el comportamiento que debían y el que de ellos se esperaba.

Las consecuencias se hicieron sentir sobre muchos y el rescate, que significó la inyección de liquidez, con dinero público, a aquellas Cajas que no habían actuado con solvencia y profesionalidad sigue siendo recordado como un hecho que perjudicó a muchos ciudadanos. El comportamiento que algunos responsables de Cajas mantuvieron durante demasiados años ha hecho mucho daño a la reputación del sector y no siempre se ha sabido distinguir con claridad a los que lo hicieron mal de los que cumplieron con sus obligaciones.

Probablemente no apetezca mucho revolver el pasado pero hay ciertas cosas que no se entienden a no ser que se conozca la cronología de hechos importantes. Así se hace imprescindible recordar, para poder juzgar el presente con precisión, que el 10/12/2012, cuando el Gobierno Español firmó el MoU (Memoramdum de Entendimiento) con la Comisión Europea, documento que especificaba las condiciones bajo las cuales Europa estaba dispuesta a conceder un importante crédito al gobierno que evitaría males mayores, se aceptó cumplir con la nueva regulación que iba a ser dictada por los órganos comunitarios así como cumplir con requisitos como el que obligó al Gobierno Central a presentar en el Congreso el proyecto de Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias que fue aprobada en Diciembre de 2013.

En relación con esta Ley me gustaría destacar dos aspectos. En primer lugar que en la misma se precisaba que las antiguas Cajas de Ahorro tenían que ser convertidas en Fundaciones Bancarias dejando, por tanto, de ser entidades de crédito. Su ocupación en adelante iba a ser la de velar por los intereses sociales en el ámbito de su demarcación, la Obra Social.

Para la financiación de la misma la Ley dictaba que era posible la utilización de dos fuentes: el dividendo a repartir por el Banco creado como heredero de la actividad financiera, en nuestro caso Kutxabank, y los rendimientos que pudieran obtenerse como consecuencia de la actividad inversora realizada por la Fundación.

Esto quiere decir que si queremos que la Obra Social en la CAE siga manteniendo la importancia que ha tenido hasta la fecha es imprescindible que Kutxabank obtenga beneficios con su actividad financiera y crediticia. Lo que, a su vez, exige que la entidad se gestione con profesionalidad y que su solvencia esté garantizada.

Pues bien, los resultados que hemos conocido el domingo 26 de octubre, de los test de stress llevados a cabo por EBA (Autoridad Bancaria Europea) y por el ECB (Banco Central Europeo) han sido espectaculares y constituyen una magnífica noticia. Significan, en un análisis general, que la entidad está en condiciones de poder cumplir con su función como integrante del sector financiero, y que la Obra Social podrá contar con financiación para su continuidad y mejora si Kutxabank persigue y logra la obtención de beneficios.

Si acercamos el foco a los resultados obtenidos nos damos cuenta, además, de otros aspectos importantes que están implícitos en los mismos y que revelan que el trabajo que se está llevando es una gestión profesional al margen de las consideraciones políticas; una gestión seria y eficaz que ha mantenido no sólo su continuidad sino su mejora en momentos muy críticos; en momentos de crisis, de incertidumbre y de una definición de la regulación europea que ha ido tomando cuerpo a lo largo de estos últimos años.

No es difícil comprobar que los resultados obtenidos por Kutxabank, que la sitúan como la entidad más solvente del sistema financiero español, no se corresponden con una gestión puntual y rápida en este último año sino a una secuencia de actuaciones profesionales y ajustadas que han sido demostradas en dos ocasiones anteriores además de ahora.

En 2011, cuando tuvo lugar el primer ejercicio denominado “stress test” por parte del BCE (Banco Central Europeo) se demostró que Kutxabank tenía un excelente nivel de solvencia. En 2012 cuando se realizaron las pruebas llevadas a cabo por O&W (Oliver & Wyman) para comprobar la resistencia de los bancos españoles ante situaciones económicas adversas Kutxabank volvió a ser calificada con una excelente nota. El último control es el que ha tenido lugar a lo largo de 2014 y que ha sido responsabilidad de la EBA y el BCE.

Este último examen, realizado a 130 entidades de crédito europeas, ha sido diseñado como el más exigente y el más riguroso. Han sido necesarios seis meses de trabajo para poder ejecutar el análisis de la calidad de los activos, el denominado AQR (Asset Quality Review) en el que han participado, sólo en Kutxabank, treinta auditores y donde la exigencia de las pruebas ha sido máxima.

Si en los dos ejercicios previos el banco obtuvo excelentes calificaciones la que acabamos de conocer es mejor que excelente. Estar situado con un ratio de “capital de la máxima calidad” del 11, 8 en 2016, en un escenario económico negativo, es algo que debiéramos valorar como se merece al ser consecuencia de un serio trabajo profesional que ha tenido lugar en momentos económicos muy complejos.

Esta evidencia deja también claro que los resultados no se corresponden con lo que podría ser una foto fija de la situación sino con una actuación continuada que se ha ido midiendo y evaluando por agentes externos desde el año 2011. Y esto quiere decir dos cosas: que podemos confiar en el resultado y podemos confiar en Kutxabank. No me cabe ninguna duda de que nos interesa hacerlo porque ello influirá en su nivel de actividad, sus beneficios, los beneficios para la economía vasca y cómo no, la Obra Social.

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