La oposición reprocha a Trias que no dedique el superávit a políticas sociales
CiU se compromete a no ampliar horarios comerciales sin el consenso del sector
Los grupos municipales del PSC, PP e ICV han votado hoy en contra de la aprobación de las cuentas del ejercicio 2013 del Ayuntamiento de Barcelona, mientras que ERC se ha abstenido: por responsabilidad, han argumentado. De forma unánime, todos los grupos, también ERC, han reprochado al Ayuntamiento que lleve dos ejercicios seguidos cerrando –y presumiendo de hacerlo—con un superávit que en 2012 fue de 60 millones y en 2013 ascendió a casi 140 millones de euros, cuando, argumentan, la ciudad tiene necesidades sociales acuciantes
Durante el pleno, y como ya ocurrió la semana pasada en la comisión de Presidencia, la mayoría que suman PSC, ICV y PP han rechazado el convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Generalitat sobre equipamientos penitenciarios que incluye la compra y traslado de la cárcel Modelo. Una operación que se basa en que Barcelona compra a la Generalitat los terrenos y construye una nueva prisión en la Zona Franca a cambio de reducir la deuda del Gobierno autonómico con el consistorio. También como ocurrió la votación, no vinculante, el rechazo de hoy supone un revés político para el Gobierno municipal pero el acuerdo entre las dos administraciones sigue adelante.
Durante la sesión plenaria ICV ha presentado un Plan de Rescate Social dotado con 150 millones para 2015, entre aumento de gasto en servicios e inversiones a largo plazo. Pese al apoyo del PSC y ERC, el plan ha sido rechazado con los votos de CiU y PP. ERC ha pedido que se descarte cualquier ampliación de horarios comerciales si no es con el consenso del sector, una proposición a la que se ha comprometido CiU.
Sobre las cuentas de 2013 y el superávit, la teniente de alcalde de Economía, Sònia Recasens, ha defendido unas cifras “que mantienen las inversiones y dan respuesta a las necesidades sociales ahí donde hace falta” y ha recordado que el superávit permitirá afrontar cuestiones como el retorno sin problemas de los 51 millones que corresponden al PIE (Previsión de Ingresos del Estado). “El retorno no será un problema porque tenemos superávit”, ha afirmado. El remanente de tesorería supera los 400 millones de euros. Unas cuentas, en su opinión, que muestran la “sostenibilidad, solvencia y fiabilidad” del ayuntamiento de Barcelona.
Por parte del PSC, el concejal Joan Trullén ha reprochado al Gobierno municipal que “en un contexto de cumplimiento de los parámetros de sostenibilidad, no se haya destinado el superávit a los barrios, impulsar políticas de vivienda o mantener la gestión de los aparcamientos del centro como eran [antes de su privatización], sin perder capacidad de maniobra”.
El remanente de tesorería supera los 400 millones de euros
Desde el PP, el concejal Javier Mulleras, además de reprochar el superávit “con las necesidades que hay”, ha rechazado las cuentas con argumentos como “el exceso de contratación directa, las subvenciones ideológicas, concursos resueltos con subjetividad, el mantenimiento de superestructuras en empresas municipales o la sumisión política y financiera a la Generalitat”. Bajando al detalle, Mulleras ha criticado partidas como un curso de coaching en el circuito de Montmeló pagado a directivos por valor de 21.000 euros o el hecho de que el mantenimiento de algunos vehículos municipales se haga en el municipio de Begues, en el Baix Llobregat.
ICV, a través del concejal Quim Mestre ha tachado el superávit multimillonario de “inaceptable cuando la situación social es mucho peor que antes de la crisis”. “No avalamos una gestión presupuestaria orientada a hacer superávit”.
Por su parte, Jordi Portabella (ERC) ha argumentado su opción de abstenerse por la ausencia de irregularidades y “para no debilitar la imagen del Ayuntamiento, porque las cuentas tienen una consecuencia directa sobre las posibilidades de inversión y creación de empleo en Barcelona”. Con todo, ha manifestado que el superávit “no es gratis: es dinero que se deja de invertir en momentos en que son necesarios, es una opción ideológica que no es la nuestra”. “La economía está ara servir a las personas; el dinero en la ciudad y no en la banca”, ha zanjado.
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