Unos botones bien diseñados
Necesitamos una escuela de estudios superiores en diseño en Euskadi, impulsada por las consejerías de Economía e Industria.
Leo en las páginas de EL PAÍS información de las jornadas organizadas por Jakiunde en las cuales se analizan estrategias para la salida de la crisis de la industria vasca.28.10.14). A la vista de los ponentes, asalta la siguiente pregunta, ¿dónde están los casos de estudio? Se aprende de quienes han sobrevivido, pero y sobre todo de quienes han caído. En las facultades de Medicina no se estudian sólo cuerpos sanos, sino, y sobre todo, los enfermos.
Fagor. Poco antes de la crisis, compré una placa de inducción para mi cocina. Recuerdo que estaban las marcas premium, luego estaban las marcas muy baratas, “se hacen en China”, me aclaró el vendedor, y las marcas intermedias. Me decanté por éstas, tuve que decidir entre una de Fagor y una de AEG. “Son prácticamente iguales, no hay diferencia, son igual de buenas” aclaró el vendedor, pero no era así, la gráfica de los botones para su uso, eran muy diferentes. Los gráficos de AEG, eran claros, bien impresos, sin confusión podía adivinarse qué fuego encender y cómo apagarlo. Los gráficos de Fagor, resultaban confusos, estaban peor impresos, intuí que me llevarían a confundirme cada vez que encendiera un fuego. Compré la placa alemana por sus botones bien diseñados. Ocho años después, he vuelto ha realizar obras en la cocina, ahora he comprado un lavavajillas. Vuelvo a encontrarme los tres sectores de productos, el sector muy económico, el sector alto y el sector medio que ha reducido su oferta y presencia, lo están pasando mal. No he perdido el tiempo, por Internet he comprado un lavavajillas Miele. ¿Por qué? Porque aún siendo una marca cara, es la que mejor diseño ofrece. Su uso, su programación y aspecto resultan impecables, nada le sobra, nada le falta. No reclama atención, ni en el uso, ni en el funcionamiento, es muy silencioso.
Una de las consecuencias de la crisis es que se han acentuado los extremos de las capas sociales, alejando los sectores acomodados de los sectores menos favorecidos. Las clases medias hemos sufrido esta división, bien hacia abajo, por los recortes en salarios y derechos, bien hacia arriba por efecto de lo anterior. Quienes hemos mantenido el mismo poder adquisitivo y derechos, ahora estamos en zonas superiores a las que estábamos antes de la crisis, así nos decantamos por productos de gama alta. Paradójicamente las marcas del sector medio que ofrecen mejor relación precio calidad, se quedan sin clientes.
Los políticos deben decidir qué modelo de producción impulsar. Es complicado, si no imposible aplicar un sistema de producción que genere productos simplemente baratos, pero fabricar productos bien diseñados es algo de lo cual en Euskadi estamos muy cerca, pero requiere una estrategia industrial y educativa que de momento no se atiende. ¿Por qué la placa de Fagor no presentaba una buena gráfica en sus botones? Porque en Euskadi no tenemos una escuela de diseño. Puede invertirse la pregunta, ¿Por qué la placa de AEG sí presenta una buena gráfica? Porque en Alemania tienen buenas escuelas de diseño. El diseño no es un juego para hijos ociosos y distraídos como ilustran las páginas de los semanales, el diseño es un oficio que se aprende en escuelas y universidades y que hacen buenas marcas como: BMW, Mercedes, Bulthaup, Apple, Guggenheim o Metro Bilbao, todas ellas, también las dos últimas, diseñadas fuera de nuestro país. Si queremos mejorar la industria de Euskadi debemos entender que unos botones bien diseñados, no son el capricho de un estilista, sino un factor decisivo para ofrecer en el mercado un producto mejor. Necesitamos una escuela de estudios superiores en diseño en Euskadi, impulsada por las consejerías de Economía e Industria.
Gillermo Zuaznabar. Profesor de teoría de la arquitectura, Universitat Rovira i Virgili.
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