El coche perdido de Joe Strummer
El documental ‘I need a Dodge’ cuenta la vida del líder de The Clash en Madrid
Es una situación no tan extraña: salir una noche de fiesta, aparcar el coche y, no recordar dónde. Si además uno es inglés y no está muy familiarizado con las calles de Madrid, la cosa se complica. Y si es una estrella mundial del rock huyendo de su pasado con la cabeza llena de conflictos y tribulaciones, la búsqueda del vehículo se vuelve del todo infructuosa.
Más o menos eso es lo que le pasó a Joe Strummer, líder de The Clash, en 1986. Pero le ocurrieron muchas más cosas durante los meses que vivió en Madrid, relatadas en I need a Dodge, que se presenta este sábado en los cines Golem dentro del festival internacional de cine documental musical In-Edit. “Siempre quise hacer un documental sobre Joe Strummer porque admiro a The Clash, y la anécdota del coche me pareció un enfoque diferente”, cuenta Nick Hall realizador inglés de 42 años en su casa de Barcelona, donde vive desde hace 18.
El punto de partida fue el llamamiento que hizo el británico para recobrarlo, chapurreando español, a través de los micrófonos de RNE desde el festival de Glastonbury en 1997: “Amigos, mujeres, brothers and sisters, me encantaba ese Dodge". Era un Dodge 3700 GT. Joe Strummer murió hace 12 años sin recuperarlo.
El líder de The Clash vino a España después de hundir a The Clash. Acababa de echar a Mick Jones, guitarrista y la otra figura emblemática de una banda que después de aquello perdió su lustre. “Se quedó con el mito y se desprendió de lo musical; ese fue su error”, cuenta Santiago Auserón, cantante de Radio Futura, que compartió muchos días, y noches, con el británico en Madrid. “Joe huyó a Granada porque en Londres se le echaron encima tras su polémica decisión, y tenía allí una amiga que había conocido cuando vivió en una casa okupa en Londres en los setenta, antes de formar el grupo”, cuenta Auserón. En la ciudad andaluza conoció al grupo local 091 y les propuso producirles un disco. Por eso recaló en Madrid, donde se quedó varios meses, conoció a los miembros de Radio Futura y se metió de lleno, sin quererlo, en la noche madrileña. Era 1986.
“Realmente Joe quería demostrar algo al mundo. Pensó que dar proyección internacional a un grupo español era algo importante por el reto que suponía”, cuenta el realizador del documental. No le fue bien. “Él quería hacerlo a la inglesa, con mucho tiempo, medios y dinero, pero la discográfica de aquí le cortó el grifo”, cuenta Auserón. Durante los meses que duró la grabación Joe Strummer salió mucho por Malasaña. “Compartía piso con mi hermano” dice el líder de Radio Futura, “pero siempre estaba por ahí, a veces dormía en el estudio”.
Sea como fuere, los dos músicos compartieron largos paseos, cenas y noches que terminaban en el King Criole, un bar mítico de la movida donde hoy se levanta otro garito de rock, Freeway. “Cuando lo cerraban, pasábamos allí horas hablando de todo y escuchando la música de Nueva Orleans que nos ponía el pincha, Ely Agramunt”, cuenta Auserón. “En muchas ocasiones hablamos de lo que le había pasado con The Clash. A veces se sentía injustamente tratado, pero otras se arrepentía de lo que había hecho. ‘Son mis colegas’, decía”.
Precisamente Agramunt fue la primera pista para encontrar el Dodge. Él fue quien acompañó a Joe Strummer para aparcarlo esa noche. El líder de The Clash tuvo que viajar a Londres inesperadamente poco después, porque su mujer estaba a punto de dar a luz. Llegó 10 minutos antes del alumbramiento, dejando detrás Madrid, un disco sin acabar y su Dodge. “Cuando volvió, al tiempo, no se acordaba de dónde lo había dejado”, dice Hall. El pinchadiscos de Malasaña ya no estaba, y el coche se quedó en algún lugar del subsuelo madrileño.
Seguramente el lector estará preguntándose a estas alturas si Nick Hall encontró el Dodge. Pero no es la intención de este artículo desvelar el final del documental. “Todos coinciden en que Joe era un tipo con un aire de melancolía, como de tristeza. Realmente su historia en Madrid, que nunca se ha contado, fue muy importante en su vida. Un punto de inflexión entre el estrellato de The Clash y el resto de su vida".
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