Un artista entre cacharros
Xosé Vizoso, diseñador de Sargadelos, expone en Mondoñedo sus carteles
Posiblemente haya tomado café en alguna de sus obras, o ha regalado otras. Porque la obra de Xosé Vizoso (Mondoñedo, 1950), no toda pero la más amplia, forma parte de las señas de identidad de la Galicia de la segunda mitad del siglo XX: la cerámica de Sargadelos. Él fue uno de los diseñadores de aquella industria cultural que levantaron Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane. No solo de las vajillas o las piezas cerámicas, sino de cientos de portadas de libros y de carteles. Una muestra de la cartelería creada por Vizoso entre 1970 y 2014 (el anuncio de las fiestas de As San Lucas de este año), más de medio centenar de obras, se puede ver hasta este jueves en el Centro Comarcal de Mondoñedo.
Xosé Vizoso no era –ni es- únicamente un artesano aplicado. “Yo nací con un lápiz en la mano. Con tres o cuatro años, en las paredes caleadas que había antes, arrancaba capas y las figuras que se formaban las completaba dibujando. En el instituto, el profesor de dibujo, el escultor Juan Puchades, me fue formando”, recuerda. No debía ser mal profesor, ni Vizoso mal alumno, porque en 1968, con 18 años, ganó un premio nacional de escultura. Pero aquel mismo año, su profesor vio un anuncio en el que buscaban a un dibujante para una fábrica de cerámica. “Me tenía que presentar en Osedo, Sada, que ni sabía dónde estaba. Me daban dinero para el viaje y 5.000 pesetas [unos 30 euros], que era una enormidad de dinero. Me examinó Isaac Díaz Pardo, y me dijo que era la persona idónea para el puesto. Le dije que sí, pero que antes tenía que aprobar la reválida”.
Así fue como un Xosé Vizoso de 18 años formó parte de la media docena de personas que comenzaron a forjar quizá la mayor industria cultural de Galicia en el siglo XX. Su primera pieza fue la mítica vajilla toxo color. “Isaac me pasó unas imágenes del libro ‘La decoración mural de Bello Piñeiro en el Casino Ferrolano’ de José Leyra Domínguez, y de ahí saqué la abstracción geométrica. Díaz Pardo siempre me daba referencias, y yo las interpretaba. Y nunca me las echó atrás”. Viendo los carteles de Xosé Vizoso, está claro que Díaz Pardo logró crear una iconografía propia y común, empezando –pero no solo- por la tipografía. ¿Cómo se combina eso con un talento artístico?
“La verdad es que estuve tres o cuatro años algo amargado, pero tuve la suerte de estar con un creador como Isaac, y de contribuir a crear una iconografía propia de Galicia, con muchas piezas que son completamente mías”, reflexiona Vizoso, que pasó sus últimos años en el grupo Sargadelos en el Instituto Galego da Información (IGI), también el último bastión de Isaac Díaz Pardo. “Lo que pasa ahora es una tristeza, la verdad”, comenta en referencia a la delicada situación económica y a los enfrentamientos accionariales. “Ya no eran los buenos tiempos, y encima vino la crisis,… ojalá logren levantar las orejas. Yo cuando voy por Cervo, veo que la gente sigue yendo allí, y si van algo comprarán, supongo”.
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