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La consulta alternativa sobre la independencia divide a los catalanes

El 49% rechaza la nueva fórmula planteada por Artur Mas y el 44% la defiende

El “proceso participativo” en el que se ha convertido la consulta suspendida sobre la independencia de Cataluña no convence a la mayoría de catalanes. El 49% de los ciudadanos de esta comunidad no considera acertada esta iniciativa del Gobierno catalán, frente a un 44% que sí la apoya. Un sondeo de Metroscopia para EL PAÍS revela que solo los votantes de Convergència i Unió, Esquerra Republicana y la CUP apoyan la consulta alternativa.

La hoja de ruta de algunos partidos soberanistas, que pasa por convocar elecciones plebiscitarias para proclamar inmediatamente después la independencia, tampoco convence a la mayoría. En caso de victoria soberanista en esos comicios, dos de cada tres catalanes apuestan por iniciar una negociación similar a la de Escocia y el Gobierno británico que permita la celebración de un referéndum legal sobre la independencia.

El sondeo es el resultado de 1.000 encuestas a residentes en Cataluña y fue realizado los días 21 y el 22 de octubre. Es decir, una semana después de que la Generalitat asumiera que no podía convocar la consulta prevista y decidiera sustituirla por un proceso participativo con menos garantías legales. Esta decisión rompió el consenso que los partidos soberanistas habían mantenido hasta entonces.

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Esa falta de acuerdo político explicaría que el apoyo de los ciudadanos al proceso participativo sea inferior al que tenía la consulta como estaba planteada inicialmente. Los votantes de CiU son los que más defienden el proyecto de Artur Mas (77%), seguidos de los de ERC (67%) y los de la CUP (64%). Los de ICV están totalmente divididos en dos frentes, lo que explica las complicaciones que ha tenido la dirección del partido para marcar distancias con la nueva consulta sin descolgarse completamente del proceso. La votación alternativa, en cambio, genera un elevado nivel de rechazo —más del 78%— entre los votantes potenciales de Ciutadans, PP, PSC y Podemos.

Con esta situación, un 78% de la ciudadanía catalana declara que lo realmente urgente ahora es que el Gobierno central y el de la Generalitat busquen un acuerdo satisfactorio para todos sobre el encaje de Cataluña en España. Los que más confían en esta opción son, por este orden, los potenciales votantes de Ciutadans, PSC, Iniciativa y el PP. Los que menos, los de la CUP, ERC y Convergència i Unió.

Por otro lado, una mayoría de catalanes (53% frente a 38%) opina que, si finamente se convocaran unas elecciones anticipadas, estas deberían rehuir la condición de plebiscito sobre la independencia que buscan los partidos soberanistas. El 53% pide que los comicios sean convencionales, frente a un 38% que apuesta por una unión de los partidos soberanistas para darle carácter plebiscitario a la votación.

De nuevo, los partidarios de esta lista conjunta son ERC, CUP y CiU. El gran apoyo que dan a esa fórmula de candidatura conjunta con Convergència los votantes republicanos (72%) contrasta con el rechazo que la idea genera en la dirección del partido de Oriol Junqueras. Hoy por hoy la cúpula republicana considera que el soberanismo suma más fuerzas presentándose a las elecciones en listas separadas, para sumar fuerzas después en el Parlamento autónomo. Convergència, en cambio, muy castigada en las encuestas y con graves discrepancias con sus socios de Unió, sigue apostando por la lista única independentista.

En caso de que el Parlamento resultante de estas elecciones visualice una mayoría absoluta de los independentistas, la vía deseable para la mayor parte de catalanes (63%) sería la de seguir el modelo escocés y negociar con el Gobierno central la organización de un referéndum plenamente legal sobre la independencia de Cataluña. Solo el 25% apoya la tesis de Esquerra Republicana y de la CUP de que el nuevo Parlamento debería proclamar sin más la independencia y proceder después a negociar con el Gobierno español los detalles de la misma.

Esta correlación de fuerzas entre los partidarios de la declaración unilateral de independencia y los defensores de la negociación es, precisamente, lo que dificulta una lista conjunta entre Convergència y ERC. Ambos partidos defienden la independencia como horizonte final, pero Convergència asegura que la secesión no será posible sin una negociación previa con el Gobierno. ERC, en cambio, quiere declararla de forma unilateral si existe la mayoría parlamentaria para hacerlo.

La secesión pierde si hay tercera vía

Tras la suspensión de la consulta oficial del 9-N y su sustitución por un “proceso participativo” sin censo previo, el independentismo continúa en niveles máximos. Según el sondeo de Metroscopia, la secesión perdería apoyo en caso de que Cataluña quedase fuera de la Unión Europea, pero lo que más fuerza le haría perder sería la existencia de una tercera vía que ofreciera a Cataluña un blindaje competencial.

Ante una pregunta de sí o no a la independencia, un 44% de los catalanes votaría afirmativamente frente al 42% que apostaría por seguir dentro de España. Suman mayoría independentista los electorados potenciales de CiU, ERC, ICV y la CUP.

El apoyo a la independencia baja sensiblemente si, con la secesión, Cataluña quedara fuera de la UE. En este caso sería favorable a la secesión el 37% de los catalanes, frente al 49% que estaría en contra.

El apoyo a la independencia se diluiría todavía más, según la encuesta, si los catalanes pudieran escoger entre tres opciones: mantener la actual situación dentro de España, la independencia o una tercera vía en la que Cataluña tuviera “nuevas y blindadas competencias en exclusiva”. En este caso se impondría la tercera vía (46%), seguida de la opción independentista (29%) y la del actual Estado de las autonomías (17%).

A la pregunta de si la independencia será posible en un futuro más o menos cercano, el 53% cree que no, frente a un 40% que lo ve posible. En esta pregunta resulta especialmente significativa la división del electorado de CiU: frente a un 56% que sí considera factible la independencia hay otro 41% que cree que la secesión tiene escasas o nulas posibilidades.

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