Las emisiones en el puerto superan las de una calle con mucho tráfico
Ecologistas y vecinos piden medidas urgentes contra la contaminación de los cruceros
Los cruceros son pequeñas ciudades de dos, tres, cuatro, cinco mil o más habitantes. Consumen el equivalente a 12.000 coches, reveló en junio pasado un informe de la organización Oceana, con agravante de que utilizan los combustibles más baratos (el fueloil pesado tiene 3.500 veces más azufre que el diésel) y no están obligados a filtrar lo que emiten, como sí ocurre con coches y camiones. Tiran los residuos vegetales, las aguas grises y las negras en el mar, cuatro millas adentro, y queman el resto de desechos. Además, cuando llegan a puerto, siguen contaminando, porque queman gasoil para mantenerse los motores en marcha y alimentar electricidad, piscinas, discotecas, cines, gimnasios, aire acondicionado, cocinas…
La organización Ecologistas en Acción y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) han aprovechado la celebración del congreso Green Ports en la capital catalana para denunciar la contaminación que causan los cruceros, con los que el año pasado llegaron 2,6 millones de visitantes. Un turismo que han tachado de “insostenible para la ciudad” y han acusado al Ayuntamiento de “irresponsable” por no tomar medidas al respecto. De media, los puertos contaminan cinco veces más que el tráfico de una calle muy transitada, ha advertido el experto en transporte internacional de la organización ecologista alemana NABU, Axel Friederich.
Las organizaciones han denunciado la falta de regulación, evaluación y control ambiental sobre los cruceros en relación, por ejemplo, a las ciudades de costa. Para mostrar el impacto de un buque, las dos organizaciones han realizado hoy varias mediciones del aire coincidiendo con la llegada de cruceros. A primera hora de la mañana, la concentración de partículas ultrafinas por centímetro cúbico era de 428.000, cuando en una calle transitada oscilan entre 20.000 y 30.000. “Esta contaminación no estaría permitida en tierra, las navieras tienen muchos beneficios a costa de la salud de la gente”, ha alertado Maria García, de Ecologistas en Acción.
Una de las cuestiones básicas que las organizaciones vecinales y ecologistas reivindican es que los cruceros dejen de quemar combustible cuando están atracadas en el puerto: que se alimenten de la red, como han comenzado a obligar puertos como los de Rotterdam, Oslo o Amsterdam. El responsable de medio ambiente de la Autoridad Portuaria, Jordi Vila, no ha querido responder a las organizaciones ecologistas y ha explicado que el puerto responderá en breve a los datos de hoy en una convocatoria de prensa. En cualquier caso, ha adelantado que el Puerto de Barcelona tiene prácticamente descartada la posibilidad de que los cruceros se conecten a la red eléctrica; la solución pasaría, en todo caso, por el gas. Vila también ha apuntado que en el puerto los cruceros no queman fuel sino gasóleo. A lo que Friederich, que fue responsable de la agencia ambiental federal del gobierno alemán, han replicado que tiene poca eficiencia por la ausencia de filtros.
María García, de Ecologistas en Acción, ha atribuido “la falta de legislación a la falta de voluntad política”. “El plan de calidad del aire de la Generalitat habla de esperar al consenso internacional, pero son excusas, porque otras ciudades han actuado”, ha dicho. García también ha denunciado la “opacidad” sobre los efectos de la contaminación en los trabajadores del puerto y los vecinos de Barcelona. “Pedimos al puerto que publique datos, que haga un seguimiento sanitario de los trabajadores y a las grandes navieras que utilicen combustibles más limpios, filtros y que se conecten a la red al llegar a puerto”, ha enumerado.
El presidente de la FAVB, Lluís Rabell, ha dicho que el puerto y el ayuntamiento “deberían estar preocupados por el impacto de un sector que promueven y que en términos de contaminación y salud pública no sale gratis”. Rabell ha recordado los “grandes beneficios de las navieras”: “La rentabilidad de determinados negocios tiene que ver también con socializar los prejuicios”, ha dicho.
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