Un hermano de Puig admite que falseó datos para una inversión
El exsocio de Jordi Pujol Ferrusola niega al juez que blanqueara capitales
Jordi Puig, exsocio de Jordi Pujol Ferrusola y hermano del consejero catalán Felip Puig, tuvo que admitir ayer ciertas irregularidades ante el juez para sortear la acusación de blanqueo de capitales. En su declaración como imputado, Puig reconoció que falseó documentos para atraer una inversión extranjera que iba a permitirle ganar una comisión en un negocio inmobiliario. Esa falsedad, según su versión, generó unas contradicciones que hicieron que el Banco de España sospechara de él —y de paso de su hermano, Oriol Puig— por blanqueo.
El problema judicial que afrontan los dos hermanos del consejero de Empresa y Ocupación surgió con un informe del Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac), que detectó una serie de transferencias sospechosas recibidas por los dos hermanos en diciembre de 2013. La cantidad total ronda el medio millón, aunque parte del dinero fue bloqueado por los bancos españoles y no llegó a enviarse. Los fondos fueron a parar a cuentas de empresas administradas por Jordi, que hasta 2009 fue socio del primogénito del expresidente catalán en una empresa contratista de la administración.
La primera transferencia, frustrada, se produjo el 4 de diciembre de 2013. Un fondo de inversión de Canadá envió, desde el banco Crédit Suisse de Gibraltar, 250.000 euros a Working Succesfully, inmobiliaria regentada por Puig. Catalunya Banc observó “elementos de riesgo” y devolvió el pago. A finales de mes, se recibieron distintas cantidades; algunas fueron a parar a cuentas de Jordi a través de Viniteca, empresa de su hermano Oriol, que además es director del Servicio Meteorológico de Cataluña.
El Sepblac emitió un informe demoledor sobre esas transferencias; sobre todo, porque ninguno de los hermanos fue capaz entonces de explicar con convicción de dónde procedían los fondos ni para qué iban a usarlos. Uno de los ingresos (80.000 euros) fue pagado por Beach Ibérica, dedicada al turismo y la hostelería, a Jordi Puig por su supuesto “asesoramiento” en la venta de un hotel en Murcia. Otras dos (que suman 75.000 euros) fueron pagadas por Viniteca, la empresa de su hermano, por “un informe sobre la ayuda de un fondo de inversión europeo”, justificó entonces. El dinero fue enviado por Viniteca apenas un día después de recibirlo del extranjero; al ser preguntado por los inspectores, Oriol Puig tampoco ofreció una explicación veraz.
Jordi Puig afirma que fue estafado por un falso inversor ruso
En realidad, Jordi Puig ni asesoró en la venta de un hotel ni elaboró ningún informe sobre vinos. Eso es lo que sostuvo ayer ante el titular del juzgado de instrucción número 6 de Barcelona, Miguel Ángel Tabarés. Puig explicó que esas transferencias solo fueron una vía alternativa para lograr que el dinero del fondo canadiense —bloqueado el 4 de diciembre— llegara a sus manos. El objetivo, añadió, no era otro que lograr una comisión por hacer de intermediario en un negocio inmobiliario. Con los 250.000 euros del fondo inversor, Puig pretendía comprar una vivienda de la cartera de la Sareb (banco malo) en una localidad próxima a Barcelona y revenderla por un precio mayor a una persona que estaba interesada en ella.
El juez también le interrogó sobre otra de las denuncias que contiene el informe del Sepblac: su intervención para hacer llegar a España una transferencia de un millón de euros ordenada desde Rusia. El dinero debía servir, explicó para expandir por Barcelona un negocio de comidas para llevar regentado por su pareja. La pareja pagó un adelante de 12.0000 euros para que un tal Vladimir Dimitri traspasara los fondos. Pero no lo hizo. Puig relató al juez que, sencillamente, fue víctima de una estafa.
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