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Acoso laboral y corrupción salpican la Casa de los Peces de A Coruña

El ascenso en el Ayuntamiento de una imputada provoca un aluvión de críticas en la oposición

Un empleado trabaja en un tanque de la Casa de los Peces.
Un empleado trabaja en un tanque de la Casa de los Peces. XURXO LOBATO

El ascenso esta semana a jefa de Personal del Ayuntamiento de A Coruña de Mónica Iglesias Prego, hasta ahora directora de los Museos Científicos, no sólo sorprendió por ser una de los altos cargos locales imputados por varios delitos en la Operación Pokémon, la gran trama de corrupción que instruye la magistrada de Lugo Pilar de Lara. El nombramiento causa estupor y aluvión de criticas entre los grupos de la oposición porque contra la nueva responsable de la plantilla municipal también pesa una denuncia por acoso laboral continuado presentada por un testigo considerado por la juez “primordial” en la investigación de la rama coruñesa, Antonio Pérez Cribeiro.

Jefe de Biología Marina del Aquarium de A Coruña, integrado en los museos científicos, lleva ya ocho meses de baja, “destrozado” en palabras de sus abogados, y con graves problemas de salud por culpa de ese supuesto acoso laboral que dice soportar desde hace dos años y que se intensificó tras haber aportado a la juez el relato y documentos sobre el turbio proceso que permitió al grupo Vendex, núcleo de la trama de corrupción, hacerse con la concesión del mantenimiento biológico de la también llamada Casa de los Peces. Múltiples pinchazos telefónicos avalan esa versión de que altos cargos, incluido el primer teniente de alcalde de A Coruña, Julio Flores (PP), imputado igualmente, así como funcionarios municipales amañaron la concesión de ese servicio municipal.

La denuncia por acoso laboral, que no solo va dirigida contra la hasta ahora superior jerárquica de Cribeiro, Mónica Iglesias, forma parte del grueso sumario de la Pokémon y la instructora ya comenzó a practicar diligencias, como pedir que el médico forense evalúe las secuelas y trastornos que sufre el responsable de Biología Marina. Su testimonio no solo llevó, afirman sus abogados, a la imputación de Flores y Mónica Iglesias, sino también de la jefa de Cultura de la que dependen los museos científicos, y varios funcionarios y jefes del acuario.

En las conversaciones intervenidas por orden judicial, queda patente la fuerte enemistad entre Cribeiro y José María Tutor, responsable en Galicia de Vendex y principal imputado en la Pokémon. Una pésima relación que se agrava al denunciar el funcionario incumplimientos graves de la empresa en el servicio que tenía encomendado en el Acuario, su mantenimiento biológico, y al realizar un informe técnico que llevó a entregar ese contrato municipal a un competidor, Bluedisplays. Esta empresa, especializada en la gestión de acuarios a nivel estatal, confirmó ante la juez las múltiples irregularidades que se encontró al sustituir a Vendex, como empleados con sueldos muy elevados, otros en nómina que no acudían jamás a trabajar y otros con plus de exclusividad que realizaban tareas en otras empresas del grupo.

Funcionarios del Acuario, citados como testigos, corroboraron la guerra interna para que la empresa de Tutor recuperase la contrata del servicio. Y cómo se logró a espaldas de Pérez Cribeiro, según se aprecia también en conversaciones pinchadas de cargos imputados como el propio Julio Flores o el director técnico de la Casa de los Peces, Francisco Franco del Amo. El jefe de Biología Marina denunció entonces presiones por parte de trabajadores y cargos municipales afines a Vendex. En las cintas de la Pokémon, le habían dado el apodo despectivo de Monocorroncho.

Pero su calvario a nivel laboral y personal se disparó después de su testimonio clave en el juzgado de Lugo en enero pasado. Dos meses después, y estando ya de baja por un trastorno patológico ansioso-depresivo por el supuesto acoso laboral, entraron a robar documentos en su despacho del Aquarium. De Lara abrió de inmediato diligencias por un delito de robo con fuerza y obstrucción a la justicia dado que Cribeiro es considerado “un testigo primordial” de la Operación Pokémon.

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Mónica Iglesias, nombrada por el gobierno de Negreira y pese a su nula experiencia al frente de los Museos Científicos en septiembre de 2012, fue imputada por varios delitos de corrupción en esa causa a raíz del testimonio de Cribeiro. Y está también en el centro de la denuncia por acoso laboral incorporada a ese abultado sumario.

El PP blinda jefaturas para afines

P. O.

Con una celeridad casi de récord y en pleno verano, el gobierno de Carlos Negreira convocó y adjudicó a dedo siete jefaturas de servicio. Logró además blindar en puestos directivos a personal que había fichado de otras Administraciones, como Mónica Iglesias, ahora nueva jefa de Personal del Ayuntamiento, o la dirigente del PP local Pilar Fernández Maroño, nombrada responsable de Empleo y Empresa.

La adjudicación de esas siete jefaturas se publicó esta semana, justo un día antes de la entrada en vigor de una ley estatal, la de racionalización del sector público, que impide que funcionarios que van a una Administración municipal por libre designación, como es el caso de Maroño, Iglesias o Susana Martínez, jefe de Cultura y también imputada en la Pokémon, puedan quedarse en ese destino una vez destituidos. El equipo de Negreira consiguió blindar el fichaje a dedo de estos y otros funcionarios. “Es más propio de una organización mafiosa que de una entidad pública eficiente, protestó EU. El BNG denunció además de la colocación de afines al PP que se “engrosa la plantilla municipal por la puerta de atrás”. “Negreira es un alumno aventajado de la escuela Baltar”, proclamó el PSOE. Recurrió, al igual que unos 20 funcionarios, el nombramiento de estas jefaturas. Iglesias, como jefa de Personal, deberá poner en marcha un concurso de mérito que centenares de empleados públicos llevan años esperando para consolidar sus plazas.

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