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Mas y Junqueras tratan de prolongar el pulso soberanista más allá del 9-N

Los nacionalistas explorarán listas conjuntas CDC-ERC si hay adelanto electoral

Miquel Noguer

“¿Y qué harán una vez el Gobierno impugne la consulta del 9 de noviembre?”. La pregunta que más están escuchando tras la manifestación de la Diada los representantes de los partidos soberanistas catalanes sigue sin tener respuesta oficial más allá de consignas en defensa de que los catalanes puedan decidir su futuro colectivo a través de las urnas. Sin embargo, y al margen de las evasivas, el presidente Artur Mas y sus socios de Esquerra Republicana están estudiando fórmulas para prolongar el pulso más allá del 9 de noviembre. Las elecciones anticipadas son el escenario más probable según fuentes nacionalistas pero esta salida sigue generando rechazo en amplios sectores de CiU y de ERC, que piden que antes haya una clara apuesta por mantener cierta unidad a favor del “derecho a decidir”.

El calendario de previsiones que el presidente catalán ha desvelado los últimos meses acaba el próximo fin de semana. El próximo viernes, o a más tardar el lunes siguiente, Artur Mas convocará la consulta de autodeterminación amparándose en la ley catalana de consultas que verá la luz el mismo viernes en el Parlamento. El Gobierno impugnará la convocatoria ante el Tribunal Constitucional los días siguientes, de manera que la primera semana de octubre quedará suspendida. Mas y Junqueras han negociado durante todo el verano y siguen haciéndolo estos días para evitar que todo salte por los aires, comenzando por el Gobierno catalán y acabando por la cierta unidad de acción que han tenido hasta ahora los partidos soberanistas.

El secretismo de los dos líderes es absoluto pero tanto dirigentes de ERC como de Convergència insisten en que “todo está pactado”. Lo que todos dan por hecho tras la suspensión es una reunión de los cuatro partidos que en diciembre suscribieron tanto el acuerdo para celebrar la consulta el 9 de noviembre como la doble pregunta. CiU, ERC, Iniciativa y la CUP pondrán en común pues lo que hay que hacer para continuar con su reivindicación. En ERC también son conscientes de que Mas intentará evitar, o como mínimo retrasar, la celebración de unas elecciones anticipadas. Solo sería posible mantener la legislatura si el Gobierno de CiU es capaz de convencer a ERC para que entre al Gobierno y siga apoyando al Ejecutivo catalán.

Pero hay problemas. “Que se olviden de nosotros si Mas da marcha atrás con la consulta”, explican fuentes próximas al líder de ERC, Oriol Junqueras. “Podemos ser el aliado más fiel si la consulta va adelante, pero también podemos ser la oposición más dura”, insisten estas fuentes.

El PP ve mayor violencia

El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, afirmó ayer que agresiones como la que sufrió en Tarragona una militante de Nuevas Generaciones durante la Diada, el pasado jueves, “no pasaban antes” y responsabilizó de la situación al presidente de la Generalitat, Artur Mas, y sus políticas. Según el dirigente del PP cuando las agresiones se producen “al otro lado, se magnifican, y cuando se producen en este lado hay que callar”.

En ERC, sin embargo, dan por hecho el adelanto electoral. También algunos alcaldes de Convergència i Unió, que le han pedido a la cúpula del partido que ni se le ocurra convertir las elecciones municipales del año que viene en una suerte de elecciones plebiscitarias para la independencia. Los alcaldes convergentes quieren que la “cuestión catalana” se dirima en unas elecciones anteriores a las del 31 de mayo. Esto dejaría poco espacio de maniobra a Artur Mas, que tendría que celebrar elecciones a finales de febrero a más tardar.

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Sea cuando sea la convocatoria, el debate ineludible que se abrirá entre CiU y ERC será el de una lista conjunta para dar verdadero carácter plebiscitario a estos comicios. Mas ya buscó, sin éxito, esta lista en las elecciones europeas, pero ERC optó por capitalizar su auge y por captar antiguos votantes socialistas en una operación exitosa que le dio su primera victoria desde la Segunda república. Algunos dirigentes de ERC creen que ahora sí sería el momento de esta lista conjunta, de la que ya descartan Unió Democràtica. De hecho, ni CiU ni ERC están posicionados para lograr sus objetivos en solitario. En las filas de Artur Mas son conscientes de que todas las encuestas les dan como perdedores, mientras que ERC sostiene que sólo le sirve una victoria por mayoría absoluta, algo que ningún sondeo le vaticina. La unión, pues, se apunta como la única salida. Fuentes republicanas apuntan a que Mas y Junqueras ya han hablado de esta eventualidad y que el líder republicano habría pedido que, como paso previo, Convergència garantice que no intentará llevar a las listas ni imputados ni dirigentes salpicados por casos de corrupción. “Mas tiene mucho trabajo que hacer en este punto”, aseguran.

El socio de federación de Convergència, Unió, no encaja en absoluto en estos planes. Ayer mismo su nuevo secretario general, Ramon Espadaler, recordó que la apuesta de los democristianos no es la independencia, sino la confederación. En una carta a la militancia del partido, Espadaler insistió, además, que el conflicto debe resolverse con “legitimidad, diálogo y legalidad”.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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