Juicio a cuatro policías locales por la muerte de un joven en Terrassa
El fiscal pide cuatro años para un agente que dio una “fuerte bofetada” al chico
Jonathan Carrillo murió el 15 de septiembre de 2009 en Terrassa (Vallès Occidental) tras recibir una bofetada de un agente de la policía local que le hizo cae al suelo y le dejó semiinconsciente. A partir de mañana, cuando se cumplen cinco años exactos de su fallecimiento, ese policía y otros tres que estaban junto a él se sentarán en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Barcelona como presuntos responsables del suceso. La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para el agente que propinó el golpe y otros dos años y medio para sus compañeros por un delito de omisión de perseguir delitos. También están acusados, por homicidio imprudente, tres médicos que no atendieron debidamente a Jonathan cuando llegó al hospital.
La muerte de Jonathan a los 26 años llevó a su familia a una infatigable lucha que, cinco años después, se ve en parte compensada. Su padre, Francisco, lleva en la parte trasera de su furgoneta de trabajo una gran foto del chico y una pancarta en la que pide “justicia” por lo ocurrido aquella noche. Jonathan regresaba a casa de un bar, donde había visto el Barça-Real Madrid. El joven, que había tomado unas cuantas cervezas, intervino en una actuación de la policía contra unos chicos que circulaban en ciclomotor y les insultó con expresiones como “monillos de mierda” y “detenedme”.
Jonathan murió en el hospital sin ser sometido a pruebas clave para salvarle
La situación degeneró y uno de los agentes, “guiado por el claro propósito de menoscabar su integridad física”, según el fiscal, le propinó “una fuerte bofetada en la cara”. El guantazo le hizo caer de espaldas al suelo. Jonathan se golpeó en la nuca contra un parterre y quedó semiinconsciente. La Fiscalía considera que el agente es responsable de un delito de lesiones. Los tres compañeros que estaban junto al policía están acusados porque no hicieron nada por evitar la agresión.
Pese al fuerte golpe, Jonathan podría haber salvado la vida. Los policías avisaron a la ambulancia e informaron a los médicos que había bebido y se había desplomado junto a un árbol. Omitieron, sin embargo, que le habían golpeado. Tampoco tuvo fortuna cuando llegó al hospital Mutua de Terrassa. Los médicos le sometieron a una exploración básica y obviaron practicarle otras pruebas neurológicas de mayor calado.
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