Los Mossos estudian el uso de drones para controlar manifestaciones
La policía catalana cuenta con robots de control remoto para investigación
Los Mossos estudian la posibilidad de utilizar drones —vehículos aéreos no tripulados— para el orden público, una de las materias más complicadas de abordar para la policía catalana. La Brigada Móvil (Brimo, antidisturbios) está sopesando si valerse de este tipo de tecnología para poder controlar lo que ocurre durante el recorrido de algunas manifestaciones, sobre todo aquellas más conflictivas y que en muchas ocasiones ni siquiera están comunicadas, según fuentes policiales. En la actualidad, Mossos utiliza un helicóptero con un potente foco que sirve para monitorizar las marchas. El objetivo del uso de drones sería seguirlas de una forma discreta, en el lugar, e incluso sin la necesidad de tantos agentes en la calle. Este tipo de robots, dirigidos de manera remota, permiten grabar, tomar fotografías e incluso en versiones muy avanzadas tienen mecanismos de reconocimiento facial o de tomas de imágenes térmicas.
En el caso de que finalmente se optase por adquirir esta tecnología, Interior debería evaluar cuántos aparatos necesitaría y el coste de los mismos. Algo que por ahora no se ha hecho porque el proyecto está en una fase muy embrionaria, según fuentes policiales. El Departamento declinó ofrecer cualquier información al respecto, bajo el argumento de que no facilitan detalles sobres las herramientas que utiliza la Brimo.
A pesar de eso, los drones no son desconocidos para la policía catalana. La Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos cuenta con al menos dos aparatos que utilizan las unidades de investigación, pero requieren conocimientos específicos para pilotarlos.
Pero no son los únicos. La Guardia Civil los ha probado para controlar el Mediterráneo. En los Juegos Olímpicos de Londres se utilizaron para garantizar la seguridad. La policía portuguesa usó dos drones, con cámaras incrustadas, para vigilar a las hinchadas radicales, los desplazamientos de vehículos y las áreas de concentración de aficionados en final de la Champions entre Real Madrid y Atlético, el pasado mes de mayo. En Alemania, incluso se utilizan para controlar las pintadas de graffiteros en los ferrocarriles.
En España se aprobó en abril un marco regulatorio temporal para su uso civil a la espera de una legislación definitiva (su uso militar ya estaba contemplado). La polémica del manejo de estos robots se centra en la posible vulneración de la privacidad.
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