El rector anuncia “medidas duras” si no se atajan las penurias de Santiago

El acto solemne de apertura de curso en la Universidad de Santiago se celebró hoy con una reivindicación. El rector compostelano, Juan Viaño, exige a la Xunta que en el nuevo plan de financiación del sistema universitario gallego, que se negociará para el periodo 2016-2020, destine a su institución más del 40% de los fondos que se reparten entre las tres universidades, superando así el porcentaje actual. “Representamos el 48% del personal docente e investigador (PDI) más cualificado, el 61% de la producción científica de calidad y el 52% del alumnado graduado” en Galicia, esgrimió Viaño, subrayando que estos porcentajes son “claramente superiores” al 40% reconocido en el plan vigente.

Viaño admite que la economía es el principal problema que arrastra la universidad más antigua y grande de Galicia. La institución acumula una deuda financiera que supera los 50 millones de euros y un déficit que alcanzará a finales de año los 14 millones, según los datos aportados por el rector en su intervención. Viaño anuncia “medidas duras” en “el horizonte próximo” para poder “seguir hablando de grados y de másteres, de laboratorios y de bibliotecas” en Santiago.

Pese a la deuda y el déficit que lastran el futuro de la Universidad de Santiago, Viaño se propone “crecer”. “Tenemos capacidad suficiente para hacerlo y tenemos que posicionarnos de una forma adecuada en el escenario internacional”, afirmó el rector, quien aboga por la “internacionalización” de la docencia, la investigación y el emprendimiento.

El nuevo rector compostelano apuesta por usar las nuevas tecnologías para impartir docencia no presencial e intentar captar alumnado extranjero, especialmente latinoamericano. Actualmente, el 80% de los estudiantes reside en Galicia. Viaño se propone además “participar de forma activa” en todos los debates que en estos tiempos de recortes presupuestarios y cambios afectan a la Universidad. En la institución compostelana, explica, se ha abierto ya un “debate interno” sobre la postura que debe adoptar en las reformas que prepara el Gobierno sobre la duración de los diferentes estudios y los requisitos de acceso y titulación. “Nuestra opinión tiene que ser escuchada”, reivindicó.

La secretaria general de la Universidad, Consuelo Ferreiro, fue la encargada de presentar la memoria del curso, un documento que registra un descenso de alumnos que a la dirigente universitaria no le impide mostrarse “optimista”. El número de matriculados en grados universitarios de la institución a 3 de septiembre alcanzó los 3.633 estudiantes, por detrás de los 4.221 del pasado año. En el campus de Lugo, donde la caída de estudiantes ha propicidado el impulso de un plan de promoción de sus estudios, se han inscrito 532 personas, frente a las 685 del curso anterior.