Vida más allá del Bread & Butter

La decisión del salón de moda urbana Bread & Butter (B&B) de no regresar a Barcelona cayó hace una semana como un jarro de agua fría no solo en las Administraciones y Fira de Barcelona sino también en el ecosistema catalán de la moda. Si bien se seguirán las conversaciones para que la feria regrese, lo cierto es que otras voces piden que la ciudad busque su propio camino. A pesar del talento, el diseño y las marcas (y su marca), a Barcelona le sigue costando hallar su sitio en este competitivo campo.

Más allá de la pérdida de la vitrina que significaba el evento (en la última edición barcelonesa, en 2009, atrajo a 80.000 visitantes y 800 expositores), el impacto económico (unos 100 millones de euros) o el renombre, el principal malestar radica en las razones que esgrime el presidente del B&B, Karl-Heinz Müller, para el plantón. “En las conversaciones con el sector ha quedado claro que, en la actual situación del mercado, prefieren que se mantenga el formato actual. Los exhibidores tienen como prioridad la salud y seguridad del mercado alemán”, aseguró la organización. Sin embargo, B&B sí mantiene el evento paralelo en Seúl, programado para septiembre.

“Es poco ético jugar con una ciudad y hacer creer a la gente que las firmas no quieren venir a Barcelona. Hay que ser legal y explicar que las condiciones que ofrecía Berlín eran más favorables”, critica Pilar Pasamontes, vicepresidenta de Moda-FAD. “Aunque es verdad que las ferias no pasan por su mejor momento, el golpe es más psicológico. A los pequeños creadores estas citas les ayudan a ser más visibles”, agrega la representante de la plataforma sin ánimo de lucro que busca promover nuevos talentos.

Los expertos piden que Barcelona aproveche segmentos de moda poco explotados

Varias publicaciones especializadas alemanes aseguran que la decisión de B&B tiene que ver con compromisos contractuales. “Nuestros responsables políticos no pueden regalar las cosas pero no deben dejar que las ferias se vayan. B&B nunca se debió haber marchado”, critica Juan Gratacós, director de la reconocida empresa de tejidos. “Veo poca profesionalidad en B&B”, apunta Alessandro Manetti, director de la escuela IED Barcelona, que sin embargo subraya el hecho de que la cita de Seúl no se cancele. “Puede ser que el mercado del sur de Europa no sea lo suficientemente atractivo. También es verdad que logísticamente sale caro para algunas marcas hacer montajes en diferentes ciudades, por lo que pudo haber presiones. Pero no anuncias que vienes a Barcelona y después cancelas”, agrega.

“Barcelona es una ciudad que gusta. El primer afectado por no venir aquí es el expositor, que en realidad lo único que busca es el negocio y la buena organización. Y la ciudad tiene esa capacidad”, dice Gratacós, cuya empresa es asidua de ferias de proveedores textiles como Primère Vision.

Manetti cree que Barcelona tiene que dejar de mirar a París o Nueva York y buscar su lugar en los países emegentes. “Milán hace una feria del automóvil diferente a la de Fráncfort. Allí se habla de movilidad inteligente, de carsharing. Barcelona tiene que hacer algo similar en términos de moda”, asegura. Salones como el de las novias o el que reunió a la industria del denim muestran otras posibilidades, dice Gratacós. “B&B es una feria simpática, pero hay otras más interesantes que seguro que querrían venir a Barcelona”, puntualiza Pasamontes.