Los españoles son los que más ayudas solicitan para trabajar fuera

En lo que va de año, los ciudadanos catalanes son los que más ayuda han solicitado en la búsqueda de empleo fuera de España. Así lo asegura un informe del Centro de Información de Trabajadores Extranjeros (CITE) presentado ayer por CC OO. Desde la crisis, el centro atiende también a ciudadanos españoles. El informe de 2014 refleja que, de las consultas recibidas sobre ayudas para encontrar trabajo fuera de España, el 16,7% corresponde a personas con nacionalidad española —porque han nacido en el país o porque la han obtenido posteriormente— y con un perfil concreto: edades entre los 30 y 50 años, parados de larga duración y con poca capacitación lingüística y académica.

Por detrás de los españoles se sitúan marroquíes (15%), ecuatorianos (3,4%) y senegaleses (3,4%). Carles Beltran, responsable de migraciones del sindicato, considera que los datos se explican por un contexto de crisis económica, que en cinco años ha cambiado los modelos de migración. “Se están produciendo a la vez procesos de llegada de nueva población extranjera, con otros de retorno o reemigración, pero también de emigración de población española, nacionalizada o de origen”, aseguró Beltran en la presentación del informe.

Familias ‘sin papeles’

Entre las 14.000 consultas que han recibido las oficinas de CITE en lo que va de año, destacan también las relacionadas con la tramitación de ayudas como el subsidio del paro (15%), la renovación del permiso de residencia (15%) y la renovación de permisos de trabajo (14,8%). Beltran aseguró que las consultas sobre renovación del permiso de residencia y trabajo aumentaron en relación con 2013, ya que los efectos de la crisis dificultan el proceso en caso de no haber cotizado el mínimo requerido o no disponer del contrato de trabajo necesario.

El informe también recoge que, en el primer semestre de este año, se ha registrado un aumento del número de extranjeros en situación irregular: ha pasado del 33,9% al 37,6%. La reagrupación familiar es el supuesto en el que más se nota el aumento de sin papeles. “Muchas familias inmigrantes”, señaló Beltran, no pueden renovar la autorización de todos los miembros de su familia porque no disponen de los requisitos mínimos —vivienda, empleo, recursos económicos—, lo que acaba afectando, añadió, a los derechos de los menores, que no pueden ser escolarizados.