El Gobierno vasco tiene cuatro meses para aprobar 15 proyectos de ley
El PSE duda de que el equipo de Urkullu cumpla con el calendario legislativo
Al Gobierno del PNV le quedan todavía casi dos años para terminar la décima legislatura, pero los retrasos en el calendario legislativo se han convertido ya en fuente de crítica en el Parlamento vasco. A semanas de comenzar el curso político y tras constantes retrasos en un plan que siempre sirve de arma arrojadiza, el PSE, que ha propuesto ampliar los periodos de trabajo de la Cámara, ve “muy improbable” que se vayan a cumplir los plazos. De momento, para los cuatro meses del año se han acumulado 15 proyectos de ley.
El Gobierno presentó en junio de 2013 su calendario legislativo con 29 proyectos de ley. El lehendakari Iñigo Urkullu lo calificó frente al Parlamento como “flexible, abierto y vinculado al crecimiento sostenible y el desarrollo humano”. Se comprometía a cerrar 13 proyectos de ley en el primer semestre de 2014, siete en el segundo y nueve para 2015.
Durante el primer plazo, sin embargo, el Gobierno se vio obligado a retrasar hasta ocho de las leyes que ya tenían que haber llegado al Parlamento. Solo cinco proyectos recalaron en la Cámara, dejando para finales de año proyectos clave como la modificación de la Ley de Cajas.
Ocho de las normas fueron retrasadas del primer al segundo semestre
“Asumieron un compromiso pero no se lo han creído”, asegura el parlamentario José Antonio Pastor, que achaca estos retrasos al “insuficiente trabajo de las Consejerías”. El socialista subraya en particular la Ley Municipal, uno de los grandes estandartes del Gobierno de Patxi López y que Urkullu presentó también como su prioridad. Para Pastor uno de los errores fue “no comenzar a trabajar” a partir de lo “avanzado” durante el Gobierno socialista.
La organización municipal vasca lleva 35 años siendo fuente de fricción entre diputaciones y ayuntamientos, y su regulación llegará ahora “con otro año de retraso”, anticipa Pastor. Hasta entonces, Euskadi seguirá como la única comunidad sin ley municipal.
Durante el primer semestre, entraron en plazo los proyectos del Plan de Estadística, la Ley de Prevención de la Contaminación del Suelo y las modificaciones de las leyes de Gestión de Emergencias y de las Elecciones al Parlamento Vasco. Dentro ya de los meses inhábiles fue presentado el proyecto de Ley de Espectáculos Públicos. Por resolver a partir de septiembre quedan, por ejemplo, la Ley del Empleo Público o la Ley de Fundaciones.
La modificación de la Ley de Cajas y la de Fundaciones quedan pendientes
El proceso puede crear un efecto dominó que retrase, a su vez, las leyes que estaban planeadas para el segundo semestre. “El calendario es inasumible, porque de aquí a diciembre debemos dedicarnos también a los presupuestos”, apunta Pastor. “Han llegado muy tranquilos al Gobierno”, señalan en el PSE. “Lo que no se hace en los primeros años, no da tiempo a hacerlo en el último”.
El portavoz del Gobierno en el Parlamento, Josu Erkoreka, defendió que el calendario es “flexible” y que “no debe ser visto como dogma”. Lo que para la ejecutiva es una manera de “primar la calidad” de las leyes, para la oposición es “una falta de autocrítica”. El Gobierno achaca la demora a causas ajenas a su gestión, como el retraso de la Ley de Cooperativas por petición de las propias empresas.
El grupo socialista propuso al Parlamento hace dos semanas ampliar los días hábiles “a las primeras semanas de julio y enero” para flexibilizar el calendario y que dé tiempo “si no para plenos, para comisiones y reuniones”. Este año, de manera extraordinaria, tuvo que ampliarse el trabajo durante días inhábiles en julio, algo que se ha convertido ya en costumbre a petición de diversos grupos de trabajo. “No entiendo por qué no se ha admitido, más allá de que los diputados tuvieran sus vacaciones cerradas”, puntualiza Pastor.
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