La invasión de los indios azules
El ‘street-artist’ brasileño Cranio pinta un mural en Poblenou con sus característicos hombrecillos y expone sus pinturas en Barcelona Culture World
El grafiti en su versión contemporánea, si bien tuvo origen a partir de los años sesenta en Estados Unidos, se puede encontrar ahora en las calles de todo el mundo. En América Latina en particular, los dibujos callejeros que se produjeron en los años sesenta y setenta poseían una tendencia especialmente política y social que se ha prolongado en el tiempo hasta nuestros días. En Brasil, durante los últimos Mundiales, aparecieron en las calles de São Paulo imágenes criticando la enorme cantidad de dinero destinada al acontecimiento futbolístico: niños hambrientos con una pelota de fútbol en el plato, dinero tirado en un váter o Fuleco, la mascota de los mundiales, violentando a los indígenas del país. Todos estos dibujos llevan la firma del brasileño Fabio de Oliveira, más conocido en el mundo del street-art como Cranio, protagonista hasta el próximo 23 de agosto de una exposición individual montada en el espacio del Barcelona Culture World, en Poblenou.
En Brasil criticó la enorme cantidad de dinero gastado en el mundial de fútbol
“Dentro del mundo del grafiti, San Paulo posee muchísima fuerza y Cranio está considerado como el segundo mejor street-artist de Brasil”, afirma Tatiana Tacla, productora y representante en España del brasileño que en ocasión de su desembarco en la ciudad condal ha podido jactarse de la colaboración del artista barcelonés Pez con el cual ha diseñado un mural de diez metros de largo por diez de alto, el más grande de su colección, que se quedará un año en una de las paredes que rodean un solar en la calle Venezuela, esquina con Agricultura, en el barrio de Poblenou. “La idea base de esta obra a cuatro manos es el equilibrio”, declara Cranio a propósito de un mural que pretende ser una compenetración entre los elementos distintivos del estilo de los dos artistas: los peces, típicos de la estética de Pez encuentran los habitantes de las tribus indígenas con antifaz rojo y piel teñida de azul, esos homenzinhos que han llevado al éxito el trabajo del brasileño que “en los últimos tres años ha visto cómo su trabajo se sobrevaloraba un 450%”, refiere Tacla.
Justo para la ocasión de la serie de obras destinadas a la muestra en Barcelona, el artista se ha beneficiado de una técnica de expresión propia de Brasil, la pixação. “Se trata de una caligrafía específica de São Paulo, absolutamente única en el mundo”, asegura el artista a propósito de un grafiti con estilos crípticos distintivos que germinó en los años ochenta en São Paulo y que no tiene casi nada que ver con la corriente de arte callejero que floreció en los sesenta en Nueva York.
Sin embargo, esta práctica de pura denominación de origen brasileña no solo es una forma de llenar las paredes desocupadas de Brasil, sino también el símbolo de una protesta social que se ha convertido en un grito de todos aquellos jóvenes que quieren expresar pacíficamente el descontento y la rabia contra el sistema de un país impregnado de desigualdades.
Los expertos de la pixação suelen realizar sus dibujos en lugares altos e inasequibles, utilizando también técnicas como la escalada libre. Todo para lograr una verticalidad que es formal —ya que los trazados de la pixação se extienden longitudinalmente— e ideológica que además es sinónimo de riesgo y desafío al orden preestablecido.
“Mis influencias son la vida cotidiana de la ciudad de São Paulo de donde soy, los problemas de mi país, el consumismo mundial y el medio ambiente. Mis obras son reflexiones sobre la vida actual”, declara el artista, que añade, que además, entre sus referencias cuenta también con el surrealismo de Salvador Dalí y los dibujos animados. Tras haber exhibido su trabajo en Londres y Berlín y a la espera de dar a conocer su estilo en Estados Unidos y en Catar, Fabio de Oliveira estará de regreso en España en 2015 con nuevos proyectos.
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