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Audasa anuncia beneficios entre las críticas generales por su servicio

La AP-9 ganó 9,8 millones de euros hasta junio pero sigue recortando empleo

Autopista del Atlántico a la entrada de A Coruña
Autopista del Atlántico a la entrada de A Coruñagabriel tizón

Desde que comenzó la crisis económica, Audasa, la empresa concesionaria de la autopista AP-9, no ha dejado de mantener beneficios. Cada vez menos, a medida que ha ido cayendo el tráfico por la menor actividad económica, pero sin llegar nunca a números rojos. Ayer, tras varias semanas de críticas generalizadas de usuarios y políticos de todo signo por los atascos que produce el mal servicio que presta, la empresa anunció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que en la primera mitad de este año ha ganado 9,8 millones de euros, cantidad similar a la del mismo periodo de 2013, con lo que estabiliza sus resultados por primera vez en cinco años.

 La cifra de negocio de la autopista, lo que cobra a sus usuarios, fue muy superior, de 59,1 millones de euros, un 1,2% más que el año anterior, pese a que el tráfico cayó un 0,29%, lo que la propia empresa explica por el incremento de los peajes una media del 1,92%. Audasa informa a la CNMV que lo reducido de sus beneficios en relación a su cifra de negocio se debe a las amortizaciones realizadas y al coste financiero de la emisión de bonos con los que pagará la anunciada ampliación de la autopista en el puente de Rande y al paso por Santiago. De hecho, si en todo 2013 sus costes financieros fueron de 26 millones, en lo que va de 2014 ascienden ya a 17 millones. Aun así, la empresa espera mejorar en la segunda mitad del año gracias al incremento habitual de ingresos de los meses de verano. En 2013, con similar beneficio en el primer semestre, finalizó el ejercicio con una ganancia neta de 29,3 millones.

Las cifras están muy lejos de los 68 millones de beneficios que llegó a registrar Audasa en 2010, un año después de que Itínere, su matriz, fuese adquirida por el fondo de inversión estadounidense Citigroup. Pero la empresa destaca que su evolución, “en muchos de los ejercicios precedentes”, ha sido superior a la de la economía gallega, a la que se declara ligada. Por eso, de cara al futuro, y aunque “las expectativas de crecimiento resultan pesimisas en el corto plazo”, la concesionaria confía en “seguir manteniendo niveles de tráfico suficientes para que los niveles de ingresos no se vean significativamente afectados”. La única amenaza a esa esperanza, confiesa la empresa, sería “el desarrollo futuro de otras redes o medios alternativos de transporte”, en velada referencia al Eje Atlántico de AVE entre A Coruña y Vigo, que debería estar en servicio dentro de un año, pero que “hoy no resultan ser competencia”. En ningún momento la empresa menciona como un riesgo que Fomento le pueda retirar la concesión, como ha amenazado públicamente la ministra, Ana Pastor, si no mejora su servicio.

Sobre las ampliaciones previstas en Rande y Santiago para paliar sus colapsos, la empresa se limita a dar cuenta de las diversas emisiones de deuda con las que financiará el proyecto, gasto que luego recuperará con el incremento de los peajes en toda la vía un 1% más de lo normal cada año, según el acuerdo que alcanzó con Fomento. Entre este año y el próximo prevé realizar la última emisión.

En cuanto a la situación laboral, Audasa confirma a la CNMV que, pese a sus beneficios, ha seguido reduciendo plantilla. Tiene ahora 226 trabajadores, frente a los 233 de hace un año o los 256 de 2011. La empresa lleva tiempo prescindiendo de empleados y apostando por sistemas automáticos de cobro, como el telepeaje, que ya se emplea para el pago del 49% de los viajes, o las máquinas en las que los propios conductores abonan ellos mismos el trayecto con tarjetas de crédito o en efectivo, que se usan, según sus datos, en el 18% de los pagos. Audasa destaca que ya dispone de 34 de esas máquinas, cifra similar a la de empleados despedidos desde 2011. La escasez de operarios en las áreas de peaje o la lentitud y problemas del nuevo sistema de cobro están, según los usuarios y la Xunta, detrás de los atascos que se han vuelto a producir este verano.

Transferencia posible

Mientras Audasa presume ante posibles inversores de la buena marcha de su negocio, el debate político sobre sus servicios se ha centrado en la consideración de la Xunta de que sería más fácil fiscalizarlos desde Galicia que desde Madrid. La petición del presidente Alberto Núñez Feijóo de que Fomento transfiera la titularidad de la vía a la Xunta fue respondida el miércoles por la tarde por la propia ministra, Ana Pastor, quien aseguró que son los técnicos de su departamento los que consideran que es una infraestructura de conexión internacional y por lo tanto debe seguir siendo del Estado.

Por el contrario, la Xunta replica que la AP-9 no llega hasta Portugal sino que es la A-55 Vigo-Tui la que lo hace. Con ese argumento, ayer el alcalde de Santiago y exconselleiro de Infraestruturas, Agustín Hernández, discrepó de la ministra y consideró “legalmente posible” la transferencia. El número tres del PP gallego recordó que la propuesta “figura en el programa electoral” de su partido porque la gestión de la infraestructura por parte de la Xunta “mejoraría la prestación del servicio”.

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