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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Es una bulería? ¡Qué más da!

La última velada musical del Grec 2014, con Chano Domínguez y Niño Josele, fue una auténtica maravilla

Finalizó ya julio y con él concluyó la parcela musical del Grec 2014. La última velada, como para llevar la contraria a una programación sin sorpresas en lo musical (buenos conciertos, sí, pero que podrían haber sido presentados por cualquier programador privado), fue una auténtica maravilla. Broche de oro para cerrar el certamen veraniego barcelonés.

Sobre el escenario del anfiteatro de Montjuïc dos pequeñas figuras parecían perdidas en la inmensidad; pero, sin mediar palabra, comenzó a sonar la música y desaparecieron las distancias. Ya no eran dos músicos alejados físicamente del público (el Grec tiene el problema del distanciamiento) sino que parecía que le hablaban al oído a cada uno de los asistentes. Y el anfiteatro se convirtió en un pequeño club cargado de esa intensidad que solo se consigue en los pequeños clubes. La magia que supieron crear Chano Domínguez y Niño Josele va más allá de la unión de dos sensibilidades tan distintas como cercanas. Su concierto fue una clara demostración de que las matemáticas también se equivocan y que uno más uno pueden sumar bastante más que dos.

CHANO DOMÍNGUEZ Y NIÑO JOSELE

Teatre Grec

Barcelona, 31 de julio

Esa noche fue un piano y una guitarra sorteando todos los peligros (que son muchos) de intentar acercar el flamenco, el jazz, la bossa nova y esa música a la que todavía llamamos clásica. Chano y Josele han sabido sobreponerse a cualquier etiqueta para crear una música que es esencialmente bella, cargada de una sensualidad que atrapa desde el primer momento.

Juntos recorrieron el camino que va del Django del Modern Jazz Quartet a Paco de Lucía (ambos le deben mucho a Paco de Lucía) pasando por John Lennon, Antonio Carlos Jobim o Michel Legrand. Un aparente batiburrillo estético que no lo fue. Todo sonó cercano, unificado por la sensibilidad de los dos músicos que también incluyeron temas propios de gran enjundia y tuvieron sus momentos en solitario para demostrar su maestría.

Si hablamos de duende, esa noche estaba en el Grec y si hablamos de fronteras, no había ninguna. Chano tocó solo un tema de Josele titulado ¿Es esto una bulería? y podríamos discutir, efectivamente, lo que era, ese tema e, incluso, el resto del concierto, pero ¿qué más da si nos gusta?

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