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Los lugares de Enrique Salaberría

Arquitectura y silencio

El empresario teatral propone una ruta por Madrid vertebrada por sus pasiones arquitectónicas

Sergio C. Fanjul
El empresario teatral Enrique Salaberría en la puerta de los Jardines del Príncipe de Anglona.
El empresario teatral Enrique Salaberría en la puerta de los Jardines del Príncipe de Anglona.Álvaro García

1. Jardines del Príncipe de Anglona. Representan la belleza, la tranquilidad, la búsqueda de la soledad y el silencio. La importancia de la reflexión y de los ritmos del hombre, que parece que se han perdido. Es un escondite al que me gusta venir, aunque hoy no hemos podido entrar porque está cerrado, a pesar de estar en horario de apertura. Es una pena que lo público funcione así (Príncipe de Anglona, 1).

2. Calle León. Me gustan las tipografías que pueden verse en esta calle, como en la pescadería León (casi todos los comercios se llaman León aquí) que tiene unos rótulos entre art déco y modernistas.

Contra la vida grotesca

El Grupo Smedia, que preside Enrique Salaberría, ha vendido recientemente su entrada diez millones. Son siete salas de teatro, más de 5.000 butacas y acaban de inaugurar el Teatro Real Coliseo Carlos III en Aranjuez.

3. Templo de Debod. Cuando llegué a los 18 años a Madrid, me sorprendió mucho este trozo de Egipto en medio de la ciudad. Fue como hacer un descubrimiento arqueológico (Ferraz, 1)

4. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ahí están El Carnaval y La Inquisición de Goya, entre otras muchas obras maestras. Lo considero el mejor museo que tiene Madrid, sin lugar a dudas (Alcalá, 13). 

5. Patio del Centro Cultural Galileo. Es uno de los entornos místicos más hermosos de la ciudad. Se disfruta de un silencio húmedo y contundente entre los prunos, la construcción en ladrillo mudéjar también es muy especial. Cuando supe que antes era el tanatorio, comprendí muchas de las cosas que se perciben, la tranquilidad del espíritu. Ahora está lleno de vida (Galileo, 39).

6.Plaza de la Torre Picasso. Está en Azca, un lugar que encumbra una experiencia indefinida, inacabada e intemporal. Esta zona se detuvo en el tiempo, es aquello que quiso ser y no fue. El miedo a convertir la ciudad en otra cosa, al crecimiento, a la modernidad. Ahí está: solitaria, olvidada y perdida.

7. Residencia de la embajada de Francia. Junto con el palacete que tiene enfrente son uno de los grandes hitos arquitectónicos de la ciudad. No se puede entender Madrid sin el desarrollo de Serrano y estos dos palacios reflejan a la perfección su grandeza, en un entorno en el que también encontramos la Residencia de Estudiantes (Serrano, 124).

8. Cine Doré. Esta sede de la Filmoteca Nacional es como un coche de época, un juguetito que uno tiene en su aparador. Y todo lo que representa, porque los continentes tienen que concordar con los contenidos. Simboliza la historia del cine en España (Santa Isabel, 3).

9. Jardín tropical de la Estación de Atocha. Es de una exquisitez brutal. Refleja el momento más importante de crecimiento de España. Convertir una estación en un jardín tropical parece una locura, pero representa la ilusión que generaba la democracia y el nuevo modelo de convivencia (Glorieta del Emperador Carlos V).

10. Plaza de Canalejas. Es una plaza que irradia en todas las direcciones como un pequeño sol que te comunica con todo y te lanza al mundo. Está cargada de historia y arquitectura. En este sentido, también me gusta la antigua estación de Príncipe Pío, que permanece cerrada, muda y olvidada, y es el último reducto fabril en el centro de la ciudad. Si quiere ver algo verdadero del s XIX, lo tiene ahí, sin tocar, lleno de polvo y basura.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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