Barcelona crea una cooperativa para emplear a 30 chatarreros inmigrantes
Ofrece contratos de un año y pagará el sueldo mínimo interprofesional
Barcelona creará una cooperativa para dar trabajo a las personas que tratan de sobrevivir recogiendo chatarra por las calles de la ciudad para venderla a los chatarreros. La mayoría de estas personas son de origen africano aunque también hay también un importante colectivo galaico-portugués. La cooperativa empezará como una prueba piloto en septiembre y, de momento, solo ocupará a 12 trabajadores aunque el Ayuntamiento confía que en poco tiempo pueda llegar a dar trabajo a 30 personas. Si la experiencia funciona, esta cifra podría crecer.
Las condiciones laborales que ofrecerá la nueva cooperativa son contratos de un año y pagará el sueldo mínimo interprofesional, que son 645,30 euros al mes. Los empleados podrán renunciar a una parte de su salario (nunca más del 30% del total) para obtener una vivienda municipal. La cooperativa le costará al Ayuntamiento 274.855 euros en un principio aunque, en realidad, “se trata de un ahorro”, ya que se dejarán de destinar otros recursos a otras partidas sociales, según destacó ayer Jordi Portabella, concejal de ERC en el Ayuntamiento. Portabella está actualmente en la oposición municipal pero participó en la presentación de la nueva cooperativa junto al alcalde, ya que la idea surgió de una propuesta suya.
Los contratados por la nueva cooperativa se dedicarán a recoger chatarra de los contenedores de la ciudad —empezarán por Sant Martí— para llevarlos a los puntos verdes o a los chatarreros mayoristas. La cooperativa, que todavía no tiene nombre, solo contratará a personas en situación administrativa regular o regularizable. Para estos últimos, el empleo les podrá comportar también regularizar su situación. La presentación de la cooperativa se hizo justo un año después del desalojo de la nave de la calle Puigcerdà, donde vivían más de un centenar de chatarreros y a lo largo del día se juntaban más de 300 personas.
La Asamblea Solidaria Contra los Desalojos valoró ayer el paso pero lamentó que fuera “insuficiente”, ya que solo empleará a 30 trabajadores y, según sus cálculos, hay cerca de un millar de personas recogiendo chatarra en las calles de la ciudad.
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