La ‘play’ también la pagaba el Palau
Ocho empresarios admiten que cobraron a la entidad trabajos hechos en casa de Millet y Montull
El 26 de junio de 2007, un técnico visitó la casa de Jordi Montull en Teià (Maresme) para instalarse una consola de videojuegos. La factura entregada al ex número dos del Palau de la Música para montar una Play Station ascendió a 101,93 euros. El coste se distribuye casi a partes iguales entre el cable euroconector, una base con tres enchufes, la mano de obra y el desplazamiento. Aunque la familia Montull disfrutó de la play, fue el Palau quien cargó con los gastos: debidamente inspirado por Montull, la empresa modificó el concepto de la factura e indicó que había sustituido el cableado de la institución musical.
Con esa imaginativa fórmula, Montull y Fèlix Millet se costearon obras de reforma en sus viviendas particulares a costa del Palau por un importe cercano a los 1,5 millones de euros. Ocho de los empresarios que realizaron esos trabajos declararon ayer, como imputados, ante el juez que investiga el caso Palau. La mayoría de ellos reconocieron que aceptaron modificar los conceptos de sus facturas a petición de Montull. Como argumento, éste les explicó que las obras en casa eran una forma para “complementar” el sueldo que percibían del Palau, y que tanto él como Millet consideraban insuficientes. Según los empresarios, Montull, que era su interlocutor, también les llegó a decir que el cambio de conceptos obedecía a razones fiscales.
La documentación que consta en la causa muestra cómo existe una factura inicial —en la que se indica el trabajo hecho en las casas de Millet o Montull— y otra, posterior, en la que aparecen los mismos importes cargados tanto al Orfeó como al Consorcio, que se nutre de fondos públicos. Algunos empresarios explicaron al juez que sabían que estaban cobrando por sus trabajos con fondos públicos, según fuentes judiciales.
Las obras y servicios son de todo tipo: la instalación de sistemas de alarma, el cambio de los filtros de la piscina, la supervisión de los contratos con televisiones de pago, o el montaje de un sistema de vídeo Betamax, de una red de riego automático o de un spa con jacuzzi. Millet fue el beneficiario de la mayor parte de esos trabajos. Los que recibía Montull fueron más modestos: la consola de videojuegos, la instalación de unas cortinas nuevas...
La instrucción del caso Palau se dio por cerrada hace un año. La acusación popular, que ejerce la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, presentó un recurso y exigió que se tomase declaración como imputados a nueve empresarios. La Audiencia de Barcelona le dio la razón, lo que obligó a reabrir la causa.
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