Un helicóptero rescata a 2 excursionistas “amenazados” por una manada de bueyes

Un helicóptero de los Bomberos de la Generalitat tuvo que acudir el jueves por la tarde al rescate de dos vecinos de Esparraguera porque, según sus propias manifestaciones, se sintieron amenazados por una manada de bueyes y vacas que estaban pastando en un prado de la Vall Fosca, en el municipio de Torre de Capdella (Pallars Jussà).

Los dos excursionistas, padre e hijo, de 58 y 18 años, realizaban una travesía entre la Cabana de Platiu y el Port de Rus y en un momento del camino los dos hombres se vieron rodeados por numerosas reses bovinas. Ante el peligro de ser embestidos por los animales, los dos excursionistas buscaron protección escalando una gran roca y desde allí llamaron al teléfono de emergencias 112 para pedir ayuda, ya que los bueyes y vacas no se marchaban del lugar.

Un helicóptero del Grup de Recolzament d’Actuacions Especials (GRAE) fue a rescatarlos a las 15.12 horas del jueves y los trasladó hasta Torre de Capdella donde habían dejado el vehículo. Tanto el padre como su hijo estaban muy asustados. Miguel, un ganadero que tiene animales en la misma montaña, ha mostrado su extrañeza por la versión dada por los excursionistas. “Aquí no criamos toros bravos y estos animales son muy tranquilos y difícilmente embisten a nadie si no son molestados o se sienten amenazados”.

Este ganadero ha añadido que lo que pudo ocurrir es que los excursionistas llevaran alguna bolsa de plástico blanca y los animales se acercaran a ellos creyendo que llevaban sal, un complemento alimenticio que sus dueños les proporcionan periódicamente cuando pastan en alta montaña.

Fuentes de los Bomberos de la Generalitat han señalado que, como sucede en cada rescate, se estudiará el caso para determinar si estos dos excursionistas cometieron una imprudencia, en cuyo caso se tramitaría un expediente de sanción. Un rescate con helicóptero en la montaña cuesta una media de 3.000 euros por hora.

Cataluña fue la primera comunidad autónoma en aprobar una normativa para sancionar a aquellas personas que tuvieran que ser rescatadas por comportamientos negligentes. Pero desde que entró en vigor, en octubre de 2009, durante el gobierno tripartido, la Generalitat sólo ha aplicado la tasa en tres ocasiones por rescates realizados en marzo de 2011. En uno de los casos, la factura de 18.000 euros fue recurrida.