Los empleados de los hospitales cifran en 1.322 las camas cerradas en verano

El hospital de Bellvitge encendió la mecha de las protestas contra el cierre de camas con un motín en la planta 12. A partir de ahí, una retahíla de protestas corrió por los pasillos de los hospitales catalanes mientras sus directivos tildaban de “habitual” la medida de cerrar camas en la época estival. Los amotinados de Bellvitge lograron frenar temporalmente el cierre de tres plantas pero, según las cifras que manejan los sindicatos, los principales hospitales catalanes —los ocho centros públicos del Instituto Catalán de la Salud (ICS), además del Clínic, Sant Pau y el Parc Salut Mar— dejarán sin servicio unas 1.322 camas durante este verano. El cierre progresivo de habitaciones, que ya comenzó el mes pasado, concentrará el mayor número de plazas clausuradas en agosto.

Aunque las direcciones de los hospitales alegan que se cierran las camas “debido a una reducción de la presión asistencial”, los trabajadores denuncian que la medida revierte en un colapso del servicio de urgencias de los centros, ya que “la falta de plazas impide hacer un buen drenaje de pacientes a planta”. Además, advierten, “muchas camas no se reabren en otoño”. La responsable de la Federación de Salud de CC OO, Carme Navarro, argumenta que el estallido social de las protestas se debe a que, “aparte del cabreo generalizado, la gente sabe que se cierran camas que no se vuelven a abrir, mientras aumenta la derivación de actividad a los centros privados”.

El consejero de Salud, Boi Ruiz, saca hierro al asunto y tacha de “mito político” el cierre de camas y las listas de espera y de “demagogia” la alarma creada con las protestas. Ruiz insiste en que el número de camas ya no es un indicador de la actividad del hospital debido al aumento de las intervenciones de cirugía mayor ambulatoria, que no requieren ingreso. Los gerentes de los hospitales también rechazan, en contra de lo que revelan las memorias de actividad de los centros, que se hayan perdido camas en los últimos años y se muestran reacios a dar el número oficial de plazas que dejan sin servicio.

“Cierran por debajo de lo que la prudencia aconseja y, además, siempre perdemos alguna prenda en el lavado”, valora el secretario general de Metges de Catalunya, Francesc Duch. Con todo, pacientes, familiares y trabajadores ya han advertido de un verano turbulento: “No se va a permitir el cierre de más plantas mientras haya personas en urgencias esperando una cama”.

Esta es la relación de camas que se cerrarán este verano:

Hospital de Bellvitge. Quedan dos pacientes parapetados en la planta 12. El resto de camas, 22, ya están vacías y bloqueadas por el hospital. A pesar de las protestas, el centro ha confirmado que seguirán adelante con el plan de cierre previsto. Según los trabajadores, Bellvitge cerrará 220 camas de un total de 620. La gerencia asegura que tienen abiertas 650 plazas y solo clausurará 150. La memoria de actividad de 2010 certifica que entonces el hospital tenía 825.

Vall d'Hebron. Con la resaca de la denuncia de los médicos de urgencias ante el ICS por el colapso del servicio —algunos pacientes permanecieron hasta cinco días esperando una cama en planta—, el hospital insiste en que solo se cerrará un 10% de las 1.100 camas que tienen abiertas. Los sindicatos advierten de que el número real es de 225 plazas menos. En 2010, el centro tenía 1.138 camas disponibles.

Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti). El hospital público de Badalona cerrará 102 camas de 498; en 2010 eran 638. El centro ha declinado cifrar las plazas que clausurará y se limita a especificar que tendrán “más camas que en el verano de 2013”.

Arnau de Vilanova. A falta de la cifra oficial, según los trabajadores del centro leridano, la planificación de verano comportará el cierre de 90 de las 396 camas disponibles. En 2010, el Arnau de Vilanova contaba con 454 plazas.

Hospital Doctor Josep Trueta. El hospital público de Girona se quedará con 60 camas menos de las 400 que tiene abiertas, según los cálculos de la Junta de Personal. En 2010, el hospital tenía 416 plazas disponibles para atender a ls enfermos de su área de influencia.

Hospital Joan XXIII. Aunque el hospital de Tarragona ha declinado también cifrar el número de camas que se cierra temporalmente, la dirección confirmó a los trabajadores que por “la disminución de actividad quirúrgica de los meses de verano", se cerrarán 54 camas. Según la memoria de 2012, el hospital cuenta con 310 plazas, 50 menos que las que tenía en 2008.

Hospital Verge de la Cinta. La dirección del centro sanitario de Tortosa ha confirmado que se cerrarán un total de 48 camas de las 160 que tiene habitualmente abiertas; en 2010 tenía 216. Sin embargo, los trabajadores han elevado a 70 las plazas clausuradas.

Hospital de Viladecans. Ante el mutismo del centro, los trabajadores calculan que se cerrarán 27 de las 95 camas abiertas. En 2010, el número de plazas de Viladecans era de 109.

Hospital Clínic. De las 709 camas que tiene el centro concertado —123 menos que en 2010—, los trabajadores aseguran que el plan es cerrar 189 camas. Un portavoz del hospital ha asegurado, en cambio, que serán 166 las camas clausuradas.

Sant Pau. Este centro concertado tampoco ha querido aclarar cuántas camas cerrará este verano de las 610 totales de que dispone. Los trabajadores cifran el cierre en 88 plazas. En cuatro años, el Sant Pau ha perdido 34 camas hospitalarias.

Parc Salut Mar. Una portavoz del complejo hospitalario, del que forman parte el hospital del Mar y el de la Esperanza, ha asegurado que se cerrarán 113 camas de 492 que tienen el conjunto de los dos centros sanitarios. Los trabajadores, por su parte, han elevado la cifra a 197 camas que este verano van a ser cerradas.