El Consejo de Doñana conjura el riesgo del dragado del Guadalquivir
Las Administraciones central y andaluza insisten en que el proyecto del puerto de Sevilla es inviable
El proyecto del dragado del río Guadalquivir se aleja cada vez más. El informe elaborado por la Unesco sobre Doñana, en el que recomienda eliminar y reducir los riesgos para mantener a salvo un espacio natural declarado Patrimonio Mundial, contó este viernes con el apoyo del pleno del Consejo de Participación de Doñana.
La Unesco tiene dos grandes preocupaciones que comparten también los gestores del parque: el dragado del Guadalquivir para permitir que barcos de mayor calado lleguen al puerto de Sevilla, cuyo proyecto desaconseja y el uso del agua subterránea, que lastra el Acuífero 27, del que se nutre Doñana.
El puerto de Sevilla lleva una década detrás del proyecto de ampliación de calado del río Guadalquivir. No es la primera vez que Doñana se presenta como un obstáculo. La última vez que recibió un dictamen negativo fue en marzo pasado, cuando las comisiones de aguas y biodiversidad del Consejo de Participación de Doñana emitieron un pronunciamiento en contra de la iniciativa. Ni para la Junta de Andalucía ni para el Gobierno central el dragado es viable. “No será posible en tanto el proyecto no cumpla con los condicionantes establecidos en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de 2003 emitida por el Gobierno central, competente para autorizar la actuación, y los requisitos del comité de expertos que incidían en su afectación a Doñana”, dijo este viernes la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano.
A mayor profundidad en el río, mayor movimiento de agua y aumento del riesgo de que se pierda tierra en los márgenes del río. Sobre este aspecto, Serrano instó al puerto de Sevilla a que presente un proyecto “más solvente” de acuerdo con lo que dicen los expertos. “Si esos requisitos se dieran, que según los científicos son difíciles que se den, el proyecto seguirá adelante pero no somos nosotros quienes tenemos que decirlo sino es el puerto de Sevilla el que tendrá que estudiar si puede presentar un proyecto que cumpla con esos requisitos y el Estado tendrá que autorizarlo”, remarcó la consejera.
En la misma línea se pronunció el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, quien aseguró que el proyecto de dragado no tendrá el visto bueno hasta que no cumpla las condiciones de la DIA. Ramos indicó que las condiciones recogidas en este documento “imponían una serie de garantías y sólo con ellas el proyecto podrá salir adelante”.
El informe de la Unesco recoge que “la situación ecológica del estuario del Guadalquivir es lamentable” y desaprueba la iniciativa “hasta que no se restauren las condiciones del mismo”, según explicó el presidente del Consejo de Participación, Miguel Delibes. Este remarcó que la tarea es “complicada” porque intervenir en el estuario puede “modificar la salinidad, afectar a las aves acuáticas y a la cantidad de agua que llega al río así como a los márgenes de este”. Delibes instó a los expertos a que concreten cuáles son “los pasos para esa regeneración”, aunque advirtió: “Me parece una condición muy general y muy difícil porque afecta al río desde Alcalá del Río hacia abajo”.
Para los ecologistas ya no es tiempo de más informes sino de actuaciones porque la Administración actúa muy lenta a la hora de dar soluciones a aspectos que inciden en la vida del parque. “En el caso del dragado del Guadalquivir es necesario ya que el Ministerio de Medio Ambiente ponga fin a esta iniciativa y es igualmente vital que se cierren los pozos para evitar la captación ilegal del agua”, indicó Juan José Carmona, responsable de WWF en Doñana. Sin embargo, los ritmos de la Junta son otros. Serrano aplazó hasta final de año una solución para las extracciones ilegales de agua.
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