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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Jóvenes y política (visión crítica)

Demasiados jóvenes se partirían la cara por lo suyo, no por lo de todos

En esta sociedad tan llena de contradicciones se oye en muchas ocasiones que los políticos actuales tienen que dejar paso a los jóvenes, a las nuevas generaciones. Tanto en el seno de las organizaciones políticas como en las Instituciones Públicas se pide que se deje paso a los jóvenes sin apercibirse de que realmente ellos lo quieran. En realidad se habla de "juventud", que es ese divino tesoro que se va para no volver, pero el poeta que escribió tan nostálgicos versos sabía, como yo lo sé hoy, que no todos los jóvenes son dueños de ese divino tesoro, porque hay jóvenes que son viejos prematuros, que se acomodan a la sombra de herencias copiosas, que se entregan a la desidia de esperar que lleguen tiempos mejores, o simplemente no están dispuestos a responsabilizarse ante el futuro. Lo cierto es que los jóvenes no acuden a la Política para cambiarla sino, en muchísimos casos, a aprovecharse de las influencias.

Sin embargo, hay figuras emergentes en la Política que hacen valer su edad para ascender peldaños. Ya no se da el caso de ir subiendo peldaño a peldaño. Ahora son muchos los líderes estudiantiles que son fichados por las direcciones de los partidos políticos y pasan directamente de un garito mal habilitado con carteles reivindicativos en las paredes a un despacho bien habilitado en la sede de un partido, pertrechado para mantener conversaciones secretas con los militantes. No hay tránsito intermedio en muchos casos, es decir, que no es necesario haber leído textos de Marx, ni de Pablo Iglesias, ni de Indalecio Prieto, ni siquiera pasajes de la Historia del Socialismo, para llegar a ser un líder socialista. Y cabe lo mismo para otras ideologías. Por ejemplo, el líder de Podemos decía en una entrevista: "Yo soy de izquierdas, pero Podemos no es de izquierdas ni de derechas". Con estas premisas, la frase reiterada de que "hay que dejar paso a la juventud", deja de ser infalible, porque son muchos los jóvenes que no portan ahora mismo ese almíbar tosco y ácido que convierte a la juventud en una edad inquieta que genera compromiso en las conciencias y ánimo desatado en el carácter de las personas.

Son demasiados los jóvenes dispuestos a partirse la cara por lo suyo propio, pero no por lo que es de todos. Los estudiantes se manifiestan por los recortes en Educación, pero no salen a la calle para protestar por una reforma laboral hosca y perversa, o por la congelación de las pensiones de los mayores. Los jóvenes, de cualquier condición, tienen la obligación y el deber de protestar y llenar de voces las calles en todas las ocasiones en que algún colectivo social lo requiera porque una decisión política invade y empeora sus condiciones de vida. Si no parecen dispuestos a llenar las calles, aunque sí lo estén para llenar los suntuosos despachos, no sirven para la "revolución" necesaria, que no tiene por qué ser cruenta ni precisar de armas, pero que debe surgir de las voces de protesta, que atruenen las calles y amedrenten a los desalmados poderosos que ejercen su despiadado poder desde sagas abundantes de las que forman parte desde el bisabuelo que porta una encomienda de San Blas en la solapa, hasta el bisnieto que se balancea en una hamaca que pende del magnolio del jardín de la casa solariega, es decir, viejos que se atreven a decir que son jóvenes y jóvenes que se comportan como viejos.

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