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Botella lanza su “programa de futuro” para ser la candidata del PP en 2015

La alcaldesa anuncia una catarata de promesas en un debate sobre el estado de la ciudad que la oposición ha calificado de mitin electoral

Ana Botellla en el pleno del Ayuntamiento de Madrid.
Ana Botellla en el pleno del Ayuntamiento de Madrid.KIKE PARA

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha presentado esta mañana su "programa de futuro" y el eslogan con el que querría, aunque no lo haya dicho así aún, concurrir a las elecciones municipales del año que viene si las encuestas y el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, se lo permiten. "Menos impuestos, más inversión y mejor calidad de vida", ha prometido, junto a todo su "esfuerzo" "para que el camino que hemos iniciado pueda concluirse con éxito". Botella ha utilizado el debate más importante del año en el Ayuntamiento, el que examina el estado de la ciudad, como trampolín, anunciando una catarata de medidas (llamativas pero baratas y de poca profundidad) de aquí a las elecciones de mayo y más allá (algunas no se harían hasta 2017).

Entre ellas, ha querido destacar un modesto lavado de cara de la Plaza Mayor y, sobre todo, un servicio de comida a domicilio durante el verano para menores sin recursos. Hace tan solo dos días, en un debate plenario, negó esta necesidad al Partido Socialista y a Izquierda Unida, que le requerían la apertura de los comedores escolares en vacaciones. Entonces no era de su competencia, era problema de la Comunidad de Madrid. Esta mañana, en plena arrancada de su carrera electoral, se convirtió en un remache más en su promesa de una política "sencilla pero que se dirija al corazón de los ciudadanos, de sus preocupaciones".

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"Su tiempo se está acabando, ha heredado un proyecto delirante y nos ha legado un proyecto agotado. Confunde el mundo con su mundo. Si quiere presentarse a la alcaldía, ponga esas promesas en su programa", le ha replicado el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky. "Hace falta un gobierno municipal con credibilidad porque el PP la tiene a nivel del mar; usted ha venido a hacer promesas electorales, no a examinar la ciudad sino sus sueños", ha señalado el líder de Izquierda Unida, Ángel Pérez. "Estamos analizando el estado de la ciudad, si quisiera escuchar un mitin del PP me iría a una plaza de toros", ha ironizado el portavoz de Unión, Progreso y Democracia, David Ortega. "Los ciudadanos tienen derecho a que sus gobernantes vengan aquí a rendir cuentas y no a hacer campaña", añadió.

Una alcaldesa "humilde" que ha acabado con la crisis. Botella ha iniciado su discurso culpando a la crisis económica y al expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez (PSOE), de la "situación crítica" del Ayuntamiento de Madrid, que gestiona el PP desde hace casi un cuarto de siglo. Eso sí, reconoció entre sus méritos el haber pagado a los bancos 3.000 millones de euros desde 2012 de la deuda contraída por el exalcalde y ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), de cuyo gobierno ella formó parte destacada entre 2003 y 2011. Pese a estos pagos, Madrid aún debe más de 5.000 millones de euros a los bancos (la deuda media de las capitales de provincia son 722 euros por ciudadano; en Madrid son 2.192 euros, ha recordado Ortega, añadiendo que la crisis empezó en 2008 para todos los Ayuntamientos de España).

Botella ha querido en su discurso ser "humilde" ante unos ciudadanos, "inquietos" aún por el "azote del desempleo" (en 2007, la región tenía pleno empleo; ahora, la tasa de paro supera el 21%). En su opinión, "los momentos más difíciles han pasado, y no es casualidad" sino mérito de su "valiente" gestión y del esfuerzo de los madrileños, que en su opinión "SABEN que eran necesarios" (así, con mayúsculas, estaba escrito en su discurso). "Fue necesario un trabajo ingrato, pero vital. Una tarea que hemos llevado a cabo no sin dificultades. Hemos tenido el coraje de renunciar a ciertos gastos", ha añadido.

Botella ha lamentado que el Ayuntamiento haya tenido que renunciar a esos gastos (500 millones al año, gran parte de contenido social) por "la merma de ingresos que la crisis trajo consigo", sin mencionar que el pago de la deuda se llevará sólo este año uno de cada tres euros del presupuesto municipal. Ahora que esos ingresos se están recuperando, la alcaldesa ha prometido una rebaja fiscal (eliminará la tasa de basuras y neutralizará la subida del impuesto sobre bienes inmuebles auspiciada por Gallardón) porque "el dinero está mejor en manos de los ciudadanos".

"Facturas en los cajones" y una gestión "pésima". "No recuerde usted a los desempleados, ¡haga algo! No sé cómo puede decir que lo peor ha pasado. Usted siempre opta a favor de los más poderosos, los bancos, y en contra de los más débiles, con recortes. Esa elección ha generado sufrimiento y debería pedir perdón a los madrileños", le ha criticado Lissavetzky. "El único orden que ha puesto usted en las cuentas municipales ha sido sacar las facturas de Gallardón de los cajones", ha añadido el líder socialista.

"Ahora la gente paga más, recibe menos y debe más", ha censurado Perez. "La tasa de paro en la ciudad está cerca del 18% pero en seis distritos, los más vulnerables, supera el 20%, y en Puente de Vallecas el 27%. De los 900.000 contratos firmados en mayo, casi 350.000 duraron menos de un mes. Y hay 128.667 desempleados sin prestación alguna", ha añadido. "Esto no es casual sino fruto de un modelo", ha concluido, el del PP, que "no nace de la crisis sino que la crisis es su consecuencia".

Ortega ha lanzado dos preguntas retóricas y una conclusión: "¿Si un Ayuntamiento tiene un plan de ajuste es que su gestión es buena, mala o pésima? ¿Si un gobierno municipal no tiene dinero para pagar sus facturas es que ha realizado una gestión buena, mala o pésima? Cuando un Ayuntamiento tiene que ser rescatado, como le pasó a Grecia y Portugal, es que tiene un pésimo gestor". El líder de UPyD ha espetado además a la alcaldesa: "¿Cuál era su programa electoral contra el paro? Bueno, el suyo, no porque usted no era candidata. Prometieron crear 150.000 empleos. ¿Han conseguido alguno? No".

Viviendas públicas para "fondos buitre" y familias numerosas. Para desbloquear los nuevos barrios en el sureste de la ciudad, que el PP planeó durante la burbuja inmobiliaria y que llevan tanto tiempo paralizados que ya ni el Ayuntamiento confía en que algún día de desarrollen, Botella ha prometido una permuta de suelo para que 1.500 familias atrapadas en PAU condenados ("el gran invento para llevar la ciudad adonde no hacía falta", ha ironizado Pérez) muden sus esperanzan a El Cañaveral, que ya está urbanizado.

La alcaldesa ha anunciado además que "estudiará la posibilidad" de que las familias numerosas puedan recibir no una sino dos viviendas de protección oficial, contiguas, para que puedan "unirlas y solucionar sus problemas de espacio". Y ha prometido crear un "fondo de ayuda" para abonar el impuesto de plusvalía de las familias desahuciadas que pierden su casa pero no la obligación de pagar ese tributo, dado que su petición al Ministerio de Hacienda (PP) para que lo elimine en esos casos ha caído en saco roto.

Los tres líderes de la oposición le han afeado al Ayuntamiento la situación de la Empresa Municipal de la Vivienda, que vendió 1.860 pisos sociales "a fondos buitre a mitad de precio (65.000 euros de media) del que se pide a los vecinos (150.000)", según Perez; ahora esos inquilinos están sufriendo desahucios, ha añadido Lissavetzky. El líder de IU recordó además la promesa estrella de Botella en el debate sobre el estado de la ciudad de 2012 fue poner 200 viviendas a disposición de familias desahuciadas; a día de hoy, señaló, sólo se han entregado 77.

Humedades y desconchados en la Plaza Mayor. Respecto a obras públicas, durante el primer semestre de 2015 (justo antes de las elecciones) se invertirán 3,15 millones de euros en "acabar con humedades, reparar cubiertas y canalones, y limpiar fachadas" en la Plaza Mayor, donde además el Ayuntamiento quiere que "importantes artistas plásticos" pinten el techo de los soportales (tomados por las noches por mendigos).

Se invertirán también 14,3 millones en rehabilitar edificios históricos, entre ellos la Casa de la Villa, en estado de práctico abandono desde que el PP mudó la sede municipal en 2011 al Palacio de Cibeles (que costó 500 millones de euros). "¿Recuperar la Plaza Mayor? ¡Pero si la han abandonado ustedes!", se ha desesperado Ortega. "Los ciudadanos tienen derecho a que se les diga la verdad, llevan tres años oyendo las mismas promesas y están ya hartos", ha concluido.

Botella ha avanzado además que el parque de Valdebebas, que abrirá en abril de 2015 (un mes antes de las elecciones), se bautizará como parque Felipe VI. Y ha prometido wi-fi gratuito en todos los espacios públicos el año que viene.

Comedores infantiles y copago para los mayores. Botella ha anunciado esta mañana que el servicio de teleasistencia será gratuito para aquellos mayores con una pensión inferior a 921 euros (1.228 euros en parejas). Mantiene así el copago que implantó hace justo un año, al obligar entonces a los usuarios que ganaran más de 460 euros a abonar este servicio social. Las condiciones son menos estrictas, pero aún así deberán pagar, por ejemplo, parejas de ancianos cuyas pensiones sumadas no superan los ingresos que cobraría una pareja de trabajadores con el salario mínimo.

La medida estrella del discurso de Botella ha sido el anuncio de un servicio de comida a domicilio durante el verano para los menores en riesgo de exclusión social, cuya cuantía y número de beneficiarios no ha detallado. "Usted acierta cuando rectifica", le ha espetado Lissavetzky, recordando que hace sólo dos días el PP votó en contra de la propuesta de socialistas e Izquierda Unida para alimentar a los menores de familias necesitadas en los comedores infantiles durante el verano. El Ayuntamiento alegó entonces que era competencia de la Comunidad de Madrid (PP), que también se ha negado porque, aduce, es competencia del Ayuntamiento hacerlo (la ley, en este caso, da la razón a Botella).

El "programa de futuro" de Botella para Madrid. Lissavetzky ha resumido así la impresión unánime de la oposición ante las promesas de la alcaldesa: "Creo en su buena fe, pero usted no es consciente de la realidad tras los años de delirio que han vivido. Un nuevo tiempo exige una nueva manera de entender el presente y encarar el futuro, sin hacerse trampas, alejándose del pesimismo de la pésima herencia. El cambio nos está esperando". Pérez no ha acusado a la alcaldesa de mentir pero sí de "estar en un tránsito largó e indefinido para hacer coincidir sus promesas con la realidad". Y Ortega (cuyo discurso "destructivo", según Botella, "contribuye al descrédito de las instituciones") la ha instado a pasar de las palabras y las promesas electorales" a los hechos".

Botella ha cerrado el debate como lo abrió, con una intervención leída (ha mejorado como oradora ma non troppo), en la que, pese a censurar que los políticos pasen mucho tiempo "discutiendo sobre cuestiones que no están entre las prioridades de los ciudadanos" (en alusión al debate sobre quién será el candidato municipal del PP en 2015), ha terminado de presentar sus credenciales electorales: "Este es mi programa de futuro para Madrid, al que quiero dedicar mi esfuerzo para no volver atrás con políticas que se han demostrado equivocadas, para que el camino que hemos iniciado pueda concluirse con éxito".

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