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Romanos bajo el mercado

La reforma de Sant Antoni recupera unos 30 metros de la Vía Augusta del siglo I y cien metros del baluarte del siglo XVII de Barcelona que serán musealizados y visitables.

José Ángel Montañés
Parte de los 30 metros de Vía Augusta romana localizados bajo el mercado de Sant Antoni.
Parte de los 30 metros de Vía Augusta romana localizados bajo el mercado de Sant Antoni.consuelo bautista

Los mercados de Barcelona se han convertido en aliados inesperados de la arqueología de la ciudad. Tras descubrirse bajo el Mercat del Born los restos de la Barcelona asediada y destruida en 1714, la estructura del mercado de Sant Antoni se convierte también en guardiana de restos arqueológicos de primer orden para conocer el pasado de esta ciudad milenaria. En concreto de un trozo de la Vía Augusta, la auténtica romana, que no había sido localizada hasta ahora en ningún otro lado de la ciudad; restos de una necrópolis romana, pero también de un enorme lienzo de 117 metros de largo y seis de alto de la contraescarpa y casi cien del baluarte de Sant Antoni que defendieron la ciudad a partir de del siglo XVII.

Las posibilidades de encontrar restos arqueológicos bajo una estructura que ocupa toda una manzana del Eixample son grandes. Lo que ha ocurrido al excavar bajo el mercado de Sant Antoni, durante los trabajos de restauración de esta estructura metálica construida por Antoni Rovira en 1882 ha superado todas las expectativas.

La gran losa de hormigón que se ha construido para poder ampliar bajo tierra la superficie útil del mercado ha sacado a la luz, en orden cronológico: restos de unos 30 metros de Vía Augusta, la original creada en el siglo I, cuando se fundó la colonia, única en toda la ciudad; descubrir una nueva necrópolis romana, situadas siempre a los dos lados de las vías de acceso a la ciudad para que los viajeros leyeran el nombre de los difuntos y así no murieran del todo, en la que se han localizado varios mausoleos de los primeros habitantes de la Colonia Julia Augusta Faventia Paterna Barcelona, en la que están incinerados e inhumados, al menos, seis individuos, además de restos de sus ajuares funerarios. Entre todo lo recuperado, destaca una exquisita cabeza de mármol de un adolescente (de algo más de un kilogramo de peso) que tiene todos los visos de convertirse en el icono de este mercado que está en proceso de total remodelación. Ayer, durante la presentación de los hallazgos, ya se barajaban nombres para esta nueva figura. En uno de los mausoleos ha aparecido restos de la cama funeraria realizada en madera, hueso y marfil.

Junto a la vía también se ha localizado un testigo excepcional y casi único: uno de los mojones utilizado para marcar los ejes en la centuriación de todo el territorio que rodeaba la colonia romana y que ayudará a explicar la trama viaria que desde hace años estudia Josep Maria Palet, subdirector del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC).

Pero las excavaciones que ha realizado la empresa CODEX, coordinadas por los arqueólogos municipales Carme Miró y Josep Pujades, han comportado más hallazgos. Desde la calle Urgell se puede ver un enorme muro de piedra de Montjuïc y cal de más de seis metros de altura (de los 12 que tenía originalmente) que continúa bajo el mercado. Es parte de los 117 metros de la contraescarpa defensiva de la ciudad que se levantó en el siglo XVII a la vez que el baluarte de Sant Antoni, del que también se han recuperado 90 metros. Un impresionante espacio que, cuando sea musealizado, según anunció el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona Jaume Ciurana, será accesible y visitable por todos los barceloneses.

Está claro que la aparición de los restos ha complicado los trabajos de los arquitectos contratados por el Instituto Municipal de Mercats de Barcelona. De hecho han tenido que modificar el proyecto conforme iban apareciendo los restos y se ha acabado perdiendo metros para la actividad comercial, aunque se ganará un nuevo espacio cultural de primer orden en Barcelona.

La suerte ha sido que el nivel de la primera planta del subsuelo (de las cuatro que tendrá el mercado) ha coincidido con el nivel del muro del siglo XVII. El proyecto tiene un presupuesto global de 60 millones, y según se aseguró ayer, está previsto que el nuevo mercado abra sus puertas en el segundo semestre de 2016, con unos 250 puestos de venta y 400 plazas de aparcamiento.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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