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Oposición vecinal a la reforma de un parque en Majadahonda

Criticas por el coste de 641.724 euros y la desaparición de pistas de baloncesto

Esther Sánchez
a Gran Vía de Majadahonda, con la plaza de Colón al fondo.
a Gran Vía de Majadahonda, con la plaza de Colón al fondo. ÁLVARO GARCÍA

La remodelación del céntrico Parque de Colón, en Majadahonda, que costará 641.724 euros, se ha iniciado en medio de las críticas de grupos de vecinos y de todas las formaciones políticas de la oposición (PSOE, IU, UPyD y Centristas por Majadahonda). El importe de las obras y su oportunidad, además de la desaparición de las canchas públicas de baloncesto, centran el malestar vecinal.

Bajo el lema “Colón no se toca”, estos ciudadanos exigen al Ayuntamiento, gobernado por el Partido Popular, que paralice la actuación hasta que no exista un consenso “que complazca a la mayoría de los vecinos del municipio”. Una demanda complicada, porque la reforma se ha iniciado ya hace dos semanas. El parque en conflicto se inauguró hace más de 20 años y cuenta con una superficie de 28.600 metros cuadrados.

El alcalde de la localidad, Narciso de Foxá, considera que “era necesario arreglar el espacio, que se encontraba muy deteriorado”. Al mismo tiempo, asegura que respeta la opinión de las personas a las que les parece caro, pero niega que se trate de un despilfarro. “No estamos hablando de obras faraónicas de ningún tipo, sino de reformar el parque más emblemático del municipio”, sostiene. Desde 1993 no se realiza ninguna obra en el parque, lo que ha provocado que estuviera en conjunto muy descuidado, añade. Foxá asegura que, antes de iniciar el proyecto, contactó con diversas asociaciones vecinales: “Con la de comerciantes, de mayores, la de petanca del parque...”. Estas conversaciones, continúa, se tradujeron en cambios en el proyecto.

La propuesta municipal tampoco convence a la oposición, que presentó una moción conjunta en el pleno del pasado mes de febrero en la que pedían su rectificación. En primer lugar, se manifestaron en contra de la ampliación de crédito para acometer las obras, que suponía un incremento del 53% de la primera estimación realizada por el Ayuntamiento.

También cuestionaban su necesidad y oportunidad. “El parque necesita remozar algunas áreas y mejorar su mantenimiento, pero en ningún caso tiene fallos o necesidades imperiosas que justifiquen un desembolso de casi 900.000 euros para una obra que apenas interviene en un 25% de la superficie de dicho parque”, concluía la moción que no prosperó.

El Ayuntamiento continuó adelante y en febrero convocó un concurso público por 849.00 euros. Finalmente, las obras se adjudicaron por un importe menor, 641.724 euros, a la empresa PACSA. A pesar de la rebaja, la remodelación sigue concitando las dudas vecinales y del resto de formaciones políticas.

“¿De verdad es de sentido común enterrar esa cantidad de dinero en este proyecto?”, se pregunta Mercedes Pedreira, portavoz de Centristas por Majadahonda. La concejal tampoco entiende la desaparición de las pistas de baloncesto. “Deben tener algo en contra el deporte gratuito”, concluye.

El alcalde explica que, en su opinión, “para hacer deporte están los polideportivos”. El proyecto incluye unas canchas de baloncesto, pero con un concepto totalmente diferente. “Serán familiares, más pequeñas y rectangulares, unas instalaciones que permitan divertirse y disfrutar del parque”, señala Foxá.

Los vecinos discrepantes le han propuesto la construcción de un rocódromo urbano. Una instalación que tampoco convence al regidor debido a que no es ese el modelo de Majadahonda que propugna su partido, explica. También rechaza la posibilidad de incluir un parque de skate. “Ya tuvimos que quitar uno por el ruido que provocaba”.

El alcalde sostiene que se trata de un grupo muy reducido de personas, “de izquierda radical, que no sé muy bien a quién representan y por qué se quieren arrogar la representación de todos los ciudadanos”.

“Sencillamente somos un movimiento vecinal, que en la primera asamblea que convocamos, el 8 de junio, tuvimos una asistencia de 150 personas”, explica Alejandro, portavoz de los ciudadanos críticos con la reforma. Está de acuerdo en que el parque está muy descuidado, pero rechaza el proyecto “porque destruye lo que está bien y además van a talar árboles”.

“No es cierto”, replica el alcalde, “no se va a tocar ni un solo árbol, en este momento hay en discusión solo sobre dos arizónicas”. “El problema de fondo es político”, concluye Foxá. “Es una política de despilfarro con obras absurdas e innecesarias y sin escuchar a los vecinos”, critica Borja Cabezón, portavoz del PSOE majariego.

El municipio también tiene previsto acometer la reforma del parque del Cerro del Aire y del recinto ferial municipal.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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