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XAVIER VENCE / PORTAVOZ NACIONAL DEL BNG

“Hay que galleguizar el debate y con IU hasta ahora no hemos podido”

El líder del Bloque busca "una nueva forma de trabajar y dialogar" con el electorado más crítico después de que el 25-M les relegara a cuarta fuerza

Sonia Vizoso
El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence.
El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence.OSCAR CORRAL

El Bloque busca “una nueva forma de trabajar y dialogar” con la Galicia contestataria después de las elecciones europeas que la relegaron a cuarta fuerza tras Podemos. Su líder, Xavier Vence (Rodeiro, 1961), aboga por unir fuerzas con los partidos que “galleguizan” el debate y las propuestas. Esquerda Unida (EU), subraya, no cumple aún ese requisito. “Veremos lo que da de sí”, afirma sobre Podemos.

Pregunta. Ha dicho estos días que los resultados de las europeas son un “toque de atención” para el BNG. ¿En qué sentido?

Respuesta. Logramos estar en la Eurocámara pero se reflejó una gran desafección ciudadana con las organizaciones políticas convencionales y con las otras. Tenemos que establecer una nueva forma de trabajar y dialogar con la enorme cantidad de gente que está reaccionando frente a las políticas del PP y la troika. Debemos reforzar la colaboración con esos sectores para que vean al BNG como su interlocutor.

P. ¿Y cómo lo van a hacer?

R. Tenemos que trabajar como hasta ahora en los movimientos sociales pero reforzando nuestra presencia y colaboración y buscando cómo incorporar a esa gente a la dinámica de la organización, de canalizarla a la representación institucional como hacemos en los ayuntamientos que gobernamos. Debemos mejorar el uso de las redes sociales como forma de expresión y lucha política. Lo hacemos ya pero hay que profundizar. Hay que conseguir que el BNG se vea como una organización transparente, con paredes de cristal, en la que se puede confiar.

P. Entiendo que perciben que estando en las protestas sociales los ciudadanos no los veían como una organización abierta. ¿Ha estado cerrado el BNG?

R. No es exactamente eso. Llevamos tiempo abriéndonos y participando en movimientos plurales. En el último año reforzamos mucho ese trabajo y muchos de los votos que recibimos en estas elecciones provienen de ahí. Pero además de la gente movilizada hay mucha que también quiere cambiar las cosas pero no tiene vínculo directo con los militantes del BNG. Tenemos que llegar a los que plasman su rechazo a las políticas del PP en una desafección a las organizaciones tradicionales y que votó en estas elecciones y en las anteriores a opciones que considera novedosas.

P. ¿Qué le parece el funcionamiento de Podemos? ¿Pueden aprender algo de ese modelo?

R. Hay que aprender de todo lo que ocurre y de las nuevas formas de comunicarse y organizarse. Pero Podemos está naciendo: nace sin estructuras y ahora da pasos para crearlas. Es una situación completamente diferente al Bloque. Lo que podemos aprender y llevamos un tiempo tratando de hacerlo es a permear y abrir nuestras estructuras a la participación de simpatizantes. Podemos, en sus primeros pasos para crear una organización, empieza a tropezar con los típicos problemas. Era un liderazgo mediático con un discurso atractivo y ahora empiezan a emerger las diferencias entre las distintas líneas que hay ahí. Una cosa es un discurso genérico con diez puntos para unas elecciones y otra es un proyecto político. Veremos lo que da de sí.

P. Lo que está claro es que su éxito electoral envía un mensaje al resto de partidos para que cambien su forma de funcionar.

R. La gente pide cada vez más participación, pero no solo en partidos, también en las instituciones. Podemos es solo un ejemplo de esa corriente de fondo.

P. ¿Está el bipartidismo tan tocado como reflejaron estos comicios o es un castigo provisional de su electorado?

R. Hay una crisis del sistema político y del modelo territorial. En Cataluña la inmensa mayoría reclama un marco diferente, en el País Vasco pasa tres cuartos de lo mismo y en otros territorios como Valencia también está en alza el movimiento nacionalista. Hay una crisis del régimen y una crisis de los dos partidos que sostuvieron ese régimen. Eso no quiere decir ni mucho menos que PP y PSOE vayan a desaparecer, pero hoy por hoy no representan opción de futuro para la mayoría de la población. Están el alza los nacionalismos y las opciones de izquierda, aunque de una forma fragmentada. En ese marco hay que reforzar en Galicia un polo nacionalista para participar como Cataluña o Euskadi en ese debate sobre el nuevo modelo.

P. ¿Mantienen pues su rechazo a aliarse electoralmente con fuerzas de la izquierda no nacionalista como Esquerda Unida (EU) o Podemos?

R. Es necesario galleguizar el debate político y las propuestas para resolver los problemas. No nos podemos dejar llevar por una agenda marcada a nivel de Estado, por un discurso en parte quimérico sobre la ruptura del régimen estatal o un debate monarquía-república a secas. Eso pone en un segundo plano los problemas de Galicia, que no son los mismos que los de Madrid o Cataluña. Si no lo hacemos, permitiremos que Feijóo siga siendo el mercenario servil del centralismo. La lógica madrileña no puede ser el vector fundamental del debate político en Galicia.

P. EU está asumiendo planteamientos soberanistas desde que se alió con Anova, como la declaración del Día da Patria Galega del año pasado. ¿No se lo creen?

R. El BNG no está preocupado por los movimientos concretos de una fuerza en particular y minoritaria. Si Izquierda Unida (IU) en el futuro comparte esos planteamientos y realmente contribuye a una dinámica que refuerce la galleguización del debate y las alternativas, no habrá ningún problema. Pero hasta el momento no es así. Lo pudimos ver en una reunión hace 15 días promovida por el BNG para establecer una agenda en clave gallega de cara al debate sobre el cambio de régimen y la abdicación del Rey. Hubo una supeditación total a la estrategia, el discurso y las consignas establecidas a nivel de Estado.

P. ¿En qué no hubo entendimiento con EU en esa reunión?

R. Hubo un pronunciamiento del secretario general del Partido Comunista de Galicia [Carlos Portomeñe] donde dijo con claridad que el derecho a decidir y a la autodeterminación resta y que no era una cuestión apropiada para ser introducida en el debate sobre el cambio de régimen. Con ese argumento se desmarcaron de un posible manifiesto de mínimos compartido. Lo que sí hay son convocatorias contra la monarquía con diversas plataformas ciudadanas y en la que participamos ambos cada cual con su discurso y sus eslóganes. Pero no pudimos integrar a IU en un discurso en el que el derecho a decidir y de autodeterminación fuesen la base de un proceso constituyente.

P. ¿Con ese panorama será imposible un frente electoral de izquierdas para las municipales?

R. No sé lo que pasará, pero el BNG tiene claro que la prioridad es un polo nacionalista.

P. ¿Por qué Bildu, su socio el 25-M, se integra en la Eurocámara en el grupo de la Izquierda Europea donde está AGE?

R. En él está el Sinn Féin, con el que Bildu mantiene vínculos históricos muy estrechos.

P. ¿Qué hará su eurodiputada Ana Miranda cuando ocupe su escaño?

R. Nosostros formamos parte de la Alianza Libre Europea y nos integraremos en su grupo. Habrá colaboración con la Izquierda Europea como ya hubo en el pasado.

P. ¿Ve como economista alguna recuperación?

R. Los datos económicos son tercos frente a la propaganda del PP y los poderes financieros. Son positivos solo para las grandes fortunas, los bancos y los fondos especulativos. Se recuperan los mercados y la riqueza financiera por la enorme inyección de dinero del Banco Central Europeo. Eso crea la falsa imagen de recuperación. Pero no hay creación significativa de empleo y el poco que se crea es ultraprecario, los servicios públicos se deterioran y la pobreza alcanza cifras alarmantes.

P. ¿Le preocupa que cale esa “propaganda” o lo ve imposible?

R. La ciudadanía no se lo traga, otra cosa es que la presión de la propaganda mediática acabe creando mundos paralelos. Y eso solo ensancha el foso que separa a ciudadanos e instituciones.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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