_
_
_
_

Barberá modifica su plan en un intento de desbloquear El Cabanyal

La alcaldesa anuncia un acuerdo con el Gobierno para la prolongación de Blasco Ibáñez El Ministerio de Cultura supedita este "principio de acuerdo" a lo que digan los informes técnicos El plan reduce en un 35% las casas afectadas en la zona declarada Bien de Interés Cultural (BIC)

Cristina Vázquez
La lonja de pescadores de El Cabanyal de Valencia, que iba a ser desmontada en el plan municipal.
La lonja de pescadores de El Cabanyal de Valencia, que iba a ser desmontada en el plan municipal.MÒNICA TORRES

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, anunció ayer un pacto con el Gobierno para desbloquear el conflicto urbanístico en El Cabanyal, que no es tan definitivo como dio a entender. “Es un principio de acuerdo, sujeto a lo que digan los informes técnicos internos [del Ministerio de Cultura] y de instituciones externas independientes”, declaró un portavoz oficial, informa Ferran Bono.

Barberá vendió el pacto como cosa hecha después de dos años de negociaciones con el PP gobernando la Moncloa. Una orden del Ministerio de Cultura —dictada por el PSOE— protege desde 2009 el barrio del plan urbanístico aprobado hace 15 años por el PP, que prolongaba la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar a costa de romper en dos el barrio marinero. La propuesta oficial mantiene la prolongación de la avenida, de 48 metros de ancho, respeta la retícula histórica [en cuadrícula] en la zona del barrio declarada Bien de Interés Cultural (BIC), reduce en un 35% los inmuebles afectados por las demoliciones, disminuye las alturas de los edificios previstos de cinco a tres alturas, con un descenso de la edificabilidad del 15%.

La alternativa conserva el ancho de la avenida en 48 metros pero reduce la afección total de 107 a 60 metros, matizó el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo. El bulevar no acabará en el paseo marítimo sino en la Lonja de Pescadores —sacrificada en el plan original del PP—, que el Ministerio de Cultura pide expresamente que se conserve y se declare dotación pública, desalojando a sus actuales residentes.

Cultura habla de un principio de acuerdo, sujeto a informes técnicos

“Se trata de un acuerdo político” a partir del proyecto que el Gobierno local presentó al ministerio el pasado 30 de mayo. “Lo tengo hablado con la vicepresidenta Soraya Sáenz y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal”, remarcó la alcaldesa.

Cultura pedirá informes “que no serán vinculantes”, enfatizó Barberá, a instituciones de prestigio como la Real Academia de San Fernando o el Consejo Superior de Arquitectos.

“A lo largo de este proceso”, agregó la regidora, “se levantará la orden ministerial de 2009”, que rubricó entonces el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y que se dictó para proteger el barrio del expolio. El pacto permite a Barberá retirar el recurso que presentó al Tribunal Supremo contra una orden ministerial que se ha demostrado inapelable y que oposición y vecinos sospechan que iba a perder. La suspensión de licencias —de obras y actividad—, ordenada por el Gobierno local tras una interpretación muy restrictiva de la norma ministerial, continuará en pie. La regidora comunicó su alternativa a la asociación vecinal Sí Volem, favorable al plan oficial.

Unas horas después de que Barberá revelase su propuesta, un portavoz del Ministerio de Cultura redujo el pacto dado por hecho por Barberá a un principio de acuerdo, condicionado a lo que digan los informes técnicos internos y los de instituciones externas independientes. Cultura confirmó que la orden no se revocará y subrayó que los técnicos verán si el proyecto municipal cumple los requisitos establecidos por la orden de protección.

Retira un recurso en el Supremo contra la orden que está a punto de fallarse

El Gobierno local, con mayoría del PP, aprobó hace 15 años el Plan Especial de Protección de Reforma Interior (Pepri) de El Cabanyal. El número de demoliciones que entrañaba —derribaba más de 1.600 casas en el histórico barrio marinero— cosechó pronto la oposición de vecinos de la zona, que se organizaron bajo la plataforma de Salvem El Cabanyal. Ellos han dirigido durante más de una década una cruzada judicial contra el plan, que desembocó en un fallo del Tribunal Supremo que instaba a Cultura a pronunciarse sobre si el plan de Barberá expoliaba el barrio. El ministerio resolvió que sí y dictó la orden hoy en vigor.

Lo que era un conflicto urbanístico local se convirtió en un problema político de ámbito estatal. La Generalitat aprobó un decreto que luego fue ley para desactivar la orden. La Moncloa replicó con un recurso al Tribunal Constitucional, convencido de que el expolio es competencia exclusiva del Estado.

Desde que el PP llegó a la Moncloa en 2011, la alcaldesa Rita Barberá no ha cesado de presionar para desactivar la orden de Cultura, pero el Gobierno, ahora de su mismo partido, concluyó que la orden está blindada por el Consejo de Estado y los dictámenes de instituciones culturales de renombre.

Solo quedaba por deshacer el embrollo judicial creado por la Generalitat y el Ayuntamiento de Rita Barberá en torno al barrio. Y esto se consiguió en un Consejo de Ministros de octubre de 2013, cuando la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría anunció que retiraba el recurso de inconstitucionalidad si la Generalitat derogaba la ley con la que intentó combatir la orden. Se cumplió el trato y esta norma es hoy el único instrumento legal que rige en el barrio, en contra del parecer de la regidora.

“El objetivo es encontrar un cauce técnico que permita la consecución de la protección de El Cabanyal conforme a la Convención de la Unesco y la legislación nacional”, respondió el Ministerio —por escrito— a preguntas de EL PAÍS el pasado mes de abril.

La oposición: “Es una cortina de humo”

C. VÁZQUEZ

Los tres grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Valencia —PSPV, Compromís y Esquerra Unida— recibieron el pacto de Barberá con serias reticencias. Para Joan Calabuig, portavoz municipal socialista, el anuncio de la alcaldesa “no es más que una cortina de humo”. Barberá “ha perdido todo por la vía judicial y solo le quedaba el recurso al Tribunal Supremo, cuya sentencia está a punto de darse a conocer y todo apunta a que el fallo volverá a ser contrario a sus intereses”, opinó.

Calabuig pidió a la alcaldesa que levante la suspensión de licencias “que desde hace cuatro años está causando un perjuicio económico y social irreparable para el barrio y la ciudad”.

Joan Ribó, de Compromís, añadió que la adaptación no respeta la trama urbana del Cabanyal protegida como BIC, e insiste en los mismos errores que el anterior, como es la prolongación de la avenida. Según Ribó, “la inviabilidad de este proyecto supondrá nuevos gastos para el Ayuntamiento y más tiempo para que avance la degradación en un barrio abandonado desde 1991”. Compromís se reunirá con colectivos vecinales y colegios profesionales para preparar acciones contra “esta nueva barbaridad”.

El portavoz de EU, Amadeu Sanchis, indicó que el acuerdo “es de dudosa legalidad” pues mantiene “la cuestión fundamental por la que se paralizó el mismo, es decir, la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez”. La alcaldesa "ha vuelto a confundir su propuesta con el acuerdo", resumió Sanchis.

Salvem El Cabanyal, la plataforma cívica más beligerante con el plan original, achacó el anuncio de la regidora al inminente pronunciamiento del Tribunal Supremo. El alto tribunal tiene que fallar sobre un recurso presentado por el Consistorio de la ciudad contra la orden del Ministerio de Cultura de 2009. De hecho, Barberá aseguró ayer, dado que había pacto en torno al Cabanyal, que desistía de esta vía judicial.

“La alcaldesa ha perdido el recurso que había interpuesto en el Supremo”, conjeturó Salvem y la Asociación de Vecinos del barrio, que rechazaron el proyecto alternativo expuesto por la primera autoridad municipal. La portavoz del Consell, María José Català, expresó su "satisfacción" por el acuerdo para desbloquear el Pepri de El Cabanyal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_