Lamarca lamenta que se hayan cerrado cuatro defensorías en España

El Ararteko, Iñigo Lamarca, que dejará el cargo a finales de año, ha apuntado durante la celebración del 25 aniversario, el "éxito notable" de la institución que representa y ha lamentado que en España se hayan eliminado cuatro defensorías autonómicas. Ha asegurado que se están viviendo "tiempos difíciles" con la "limitación del Estado social y de los derechos sociales" y, ante esta situación, ha planteado que el Ararteko ocupa un "lugar necesario" para "seguir construyendo una democracia que erradique las malas prácticas administrativas".

En el acto, que se ha celebrado en el Parlamento, ha intervenido el lehendakari Iñigo Urkullu. También han asistido alrededor de cien invitados, entre los que se encontraban anteriores defensores del pueblo de Euskadi, como Xabier Markiegi o Merche Agúndez, expresidentes del Parlamento como Juan María Atutxa o Juan José Pujana, así como representantes de distintas instituciones autonómicas.

Según ha enumerado, durante estos años su oficina ha recibido 103.168 quejas, ha prestado 17.873 servicios de atención telefónica, ha emitido 826 recomendaciones generales, ha publicado 93 informes extraordinarios, y ha llevado a cabo 1.350 reuniones o visitas de inspección. Por su parte, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejería, ha calificado al Ararteko como una "pieza clave de las instituciones de este país, que ha sabido salvaguardar a los ciudadanos vascos de los abusos de poder". 

Por su parte, la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha destacado la importancia de las defensorías porque son instituciones que "pueden parar a las administraciones y hacerles pensar lo que están haciendo". "Es una magnífica institución y el gran invento del siglo XX", ha opinado Becerril, quien ha destacado los informes monográficos que ha elaborado el Ararteko, en especial el relativo a las víctimas del terrorismo al destacar "la deuda permanente" con este colectivo.Becerril también ha aprovechado su intervención en este acto para desear a Felipe VI "un reinado fructífero y en paz para todos los españoles".