Feijóo pide continuismo a su Gobierno tras el relevo en Medio Ambiente

Su padre fue alcalde independiente de Ponteceso. Un tío, concejal del PP en Carballo. Su hermana gemela es subdirectora en la Consellería de Sanidade. Su marido, gerente del Consorcio das Mariñas. Con este historial familiar es difícil encuadrar a Ethel Vázquez, desde ayer conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, en el perfil de una simple técnica llamada a responsabilidades políticas porque su antecesor, Agustín Hernández, lo deja para asumir la alcaldía de Santiago. Lo que sí le supone esa marcha de su superior es un nuevo ascenso en su carrera con el que Feijóo pretende “garantizar la estabilidad”.

Coruñesa de 41 años, Vázquez es ingeniera de Caminos. En 2003 entró en la Empresa Pública de Obras e Servizos Hidráulicos y con la llegada de Feijóo a la Xunta en 2009 asumió la presidencia de Augas de Galicia. En septiembre de 2010 Hernández confió en ella para entregarle la Dirección Xeral de Infraestruturas tras el fiasco que supuso la funcionaria que había elegido un año antes. Vázquez transformó el departamento en la actual Axencia Galega de Infraestruturas, en la que se integraron otros entes paralelos, con lo que siguió acumulando poder. Tanto que funcionarios y empresarios implicados en el caso Campeón le atribuyeron, en conversaciones intervenidas por la policía, la decisión de contratar a dedo a una empresa de la trama, en cuya sede se encontraron documentos con su nombre y el domicilio de una hermana.

Vázquez fue imputada y en su declaración ante la jueza dijo desconocer los hechos. Su departamento también fue incapaz de encontrar el expediente de la obra a la que se referían los implicados en la escucha, pese a que en la empresa en cuestión sí apareció un escrito en el que la Xunta le pedía presupuesto. Levantada su imputación, aquellos hechos no parecen haberle supuesto coste político. Así lo descartaba ayer el vicepresidente, Alfonso Rueda: “El procedimiento fue archivado y esa circunstancia habla por sí sola; poco más que añadir”.

Vázquez asume la consellería cuando el departamento más inversor de la Xunta cuenta con sus presupuestos más bajos. De ahí que ella misma admitiese en su primera intervención pública como conselleira que su objetivo principal será “finalizar las infraestructuras pendientes y conservar las que tenemos”. La oposición ya la ha criticado por “continuista” y “falta de proyectos”.

El nombramiento de Vázquez cuenta con el aval, según reconoció el propio Feijóo, del secretario general de la consellería, José Antonio Fernández, hombre fuerte en la sombra del departamento. Fernández lleva allí desde 1990, 24 años en los que ha sido número 2 de Xosé Cuiña, Feijóo y Hernández. Según el presidente, cuando le preguntó por Vázquez su respuesta fue: “Es como Agustín Hernández cuando empezó”.

Su supuesto perfil técnico le ha permitido hasta ahora esquivar el debate político en sus comparecencias parlamentarias, en las que se ha limitado a leer sus intervenciones obviando preguntas directas de la oposición. Esa displicencia le jugó una mala pasada en octubre de 2009, cuando aún era presidenta de Augas de Galicia. El PSdeG le preguntó por una inversión prevista en Rodeiro, pero ella desvió la cuestión. Cuando iba a finalizar, la socialista Carmen Gallego le hizo ver que no había contestado a la cuestión. “¿Rodeiro?”, se preguntó en alto Vázquez, para responder, al tiempo que apagaba el micrófono y se levantaba: “Bueno, es que no, no digo nada más, yo paso”. La oposición cargó contra ella por su “falta de respeto” hacia el Parlamento.

Vázquez tiene dos hijos y está embarazada, así que en otoño el Gobierno gallego se podría enfrentar a la segunda baja por paternidad o maternidad al más alto nivel desde que en 2006 el entonces vicepresidente Anxo Quintana cogiese una. De momento su nombramiento ya ha convertido a este Ejecutivo en el primero con más mujeres que hombres de la historia de Galicia.