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El presidente catalán llama a evitar el “conflicto” autorizando la consulta

Mas pide al Gobierno desde EE.UU que se siente a negociar

Marc Bassets

Cuando el presidente de la Generalitat, Artur Mas, viaja al extranjero, no hay momento en que el embajador de España en el país en el que se encuentra le abandone. Lo mismo ocurrió el martes en Clayton (Carolina del Norte), donde Mas acudió para inaugurar una nueva planta de Grífols, la empresa de producción de medicamentos biológicos derivados del plasma con sede en Barcelona y presente en de cien países.

El embajador Ramón Gil-Casares habló en el acto inaugural, poco antes que Mas. Participó en la reunión de Mas con su homólogo de Carolina del Norte, Pat McCrory. Y se encontraba a unos metros del presidente mientras este, en unas apresuradas declaraciones a la prensa, avisaba de que “el conflicto [entre Cataluña y España] puede evitarse” siempre que el Gobierno español “se siente a discutir los términos de las consulta”.

Ni en la reunión con McCrory ni durante el acto inaugural de la planta de Grífols —una inversión de 260 millones de euros, una superificie de 14.400 metros cuadrados, más de doscientos empleados— aprovecharon Mas y Gil-Casares para hablar del conflicto. Además de las declaraciones a la prensa, sólo en su discurso se permitió el presidente de la Generalitat una alusión metafórica al llamado proceso.

Mas explicó el éxito de Grífols —el primer inversor español en EE UU— por tres motivos: por tener un proyecto claro, por estas decididos sus líderes a llevarlo a cabo, y por seguir este camino con la mente abierta y dispuestos a asumir riesgos. Estas cualidades, precisó el presidente, son aplicables a Catalunya en el momento actual.

El pasado abril, en la inauguración de una planta de Grífols en Parets del Vallès, su presidente y consejero delegado, Víctor Grífols, manifestó su apoyo al presidente Mas. “Tire adelante, no se arrugue”, dijo. Grífols se convirtió en el primer gran empresario en destacarse abiertamente a favor del proceso catalán. En Clayton, el martes, rechazó pronunciarse.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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