El sufrimiento de sus padres desquició a su hijo policía
“Venía a cuidarlos todos los días”, dice la persona que atendía al matrimonio asesinado en Barakaldo
El policía municipal de Bilbao que se quitó la vida de un disparo después de matar a sus padres con la misma arma reglamentaria en la vivienda donde residían en Barakaldo “vivía obsesionado” por el deterioro en la salud de sus progenitores, según las primeras informaciones de la investigación, en manos de la Ertzaintza.
Mientras continúa el ambiente de conmoción en el bloque y pisos próximos al lugar de los hechos acaecidos el pasado domingo, la persona que atendía tres veces por semana a los padres asesinados, Cristina Fernández, reconoció que el agente, Iñaki Lamas, de 51 años, les visitaba “todos los días” y que “estaba pendiente” de ellos, precisamente por su delicado estado de salud. Según esta cuidadora, el padre, de 79 años, sufría vértigos de los que estaba siendo tratado, mientras que la madre, de 80, había sufrido un ictus, lo que había agravado notablemente su salud. “Nos entendía, pero ella no podía hablar”, dijo esta asistenta entre sollozos, informa Efe.
Fernández añadió que el presunto homicida “siempre se ha portado genial” y que durante el tiempo que ha estado trabajando mantuvo con ellos una relación “muy familiar”. Uno de los vecinos que escuchó ruidos “pero no disparos” en el piso donde fueron hallados los tres cadáveres recordó que “el hijo venía todos los días. Había días que venía a la mañana, otros a la tarde o varias veces al día. Eso era algo que nadie se lo esperaba. Estaba pendiente de ellos todo el día”, añadió. “Se trataba de una familia muy normal, de comportamiento afable”.
El suceso trascendió de Vilasantar (A Coruña), localidad de donde eran oriundos los padres asesinados. El alcalde de esta localidad, Fernando Pérez Fernández, declaró a Efe que la anciana estaba muy enferma y por ello hacía tres o cuatro años que no visitaban su localidad de origen, donde poseían una casa que todavía está en venta en la parroquia de Vilariño.
Fernández recordó que los padres del policía emigraron a finales de los 60 al País Vasco “como mucha gente del rural”. “La gente se pregunta el por qué, nadie lo sabe, quizá estaban mayorcitos y malos, pero nunca lo vamos a saber”, sostuvo el edil. La Ertzaintza continúa la investigación del parricidio a la espera de conocer el resultado de la autopsia de los cadáveres, que se encuentran en el Instituto Vasco de Medicina Legal.
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