Las tres opciones de Susana Díaz
Dirigentes andaluces trasladan a la líder socialista los pros y contras de compaginar la presidencia de la Junta y la secretaría federal del PSOE
Desde que Alfredo Pérez Rubalcaba anunció el lunes 26 de mayo la decisión de dimitir en diferido y convocar un congreso federal extraordinario del PSOE, Susana Díaz no ha parado de escuchar de sus compañeros, a todos los niveles, los pros y contras de aspirar al cargo de secretaria general del partido. Pero en este tema, la procedencia territorial sí influye. La opinión de un dirigente o militante de fuera de Andalucía tiene una lógica muy distinta de la de los de esta comunidad. “La ven mucho más potente que a Eduardo Madina. Está haciendo cosas y quieren escoger a la mejor. Es el miembro sano del cuerpo enfermo del PSOE. Es así de simple. Creen sencillamente que le ha tocado esa responsabilidad”, asegura un diputado que entiende el razonamiento “aplastante” de sus compañeros de otras federaciones, pero que ve riesgos en la marcha de la presidenta de la Junta a una dirección federal llena de boquetes y desconchones.
En estas dos semanas, la también secretaria general del PSOE andaluz ha podido rellenar dos largas columnas paralelas de las ventajas e inconvenientes que acarrearía dar ese paso, sin que hasta ahora haya trascendido qué es lo que opina ella.
La decisión de retrasar el congreso federal al 26 al 27 de julio —una demora que dirigentes federales atribuyen a Díaz— le ha dado más tiempo. Pero “lo lógico y normal” es que los aspirantes den la cara la semana próxima, como sostuvo días atrás el número dos del PSOE andaluz, Juan Cornejo. Desde el próximo viernes día 13 hasta el 27 se abre el plazo de recogida de avales, aunque desde el martes día 10 pueden comunicarlo por escrito a la comisión organizadora.
Hasta en este aspecto del cuándo despejar la interrogante, hay visiones distintas en los dirigentes andaluces. Hay quien opina que mañana lunes o el martes debe aclararlo y hay quien sostiene que el mismo viernes. ¿Por qué? Porque el jueves, la presidenta de la Junta se enfrentará a una nueva sesión de control en el Parlamento, en la que ya la semana pasada el PP le pidió “dedicación a tiempo completo” y al 100% a Andalucía. “Usted se dedica a escalar posiciones en su partido. Sólo piensa en Ferraz”, le afeó el portavoz popular Carlos Rojas, quien tildó de “escandalazo” el retraso del debate de la comunidad a septiembre. Izquierda Unida, su socio en el Gobierno de coalición, por ahora no se pronuncia sobre hipótesis.
Desde Andalucía, en la fila de las ventajas para que dé el salto hay dirigentes que señalan varias. Opinan que frente a candidatos que “no han sido ni presidentes de su comunidad de vecinos”, Díaz, que acaba de cumplir nueve meses como presidenta de la Junta, es la única con fuerza para poner orden en la organización. En este grupo están encuadrados los más veteranos del partido, cuya patria se llama PSOE. Creen que si el partido federal continúa en caída, tarde o temprano terminará gangrenando a la federación andaluza.
A esta opinión, otros dirigentes más contemporáneos a la presidenta, contestan que su salida “puede dañar a la columna vertebral del socialismo”, es decir, Andalucía, donde llevan gobernando 32 años. En estos días las metáforas sanitarias abundan mucho en el universo socialista. Aquí va otra en el lado de las desventajas: “El PSOE andaluz es aún un enfermo en rehabilitación”, asegura otro dirigente que cree que los resultados de las elecciones europeas van en buena dirección, pero no están consolidados y que Díaz no se ha presentado a ninguna elección como candidata. Accedió a la presidencia por la dimisión de José Antonio Griñán y su nominación la obtuvo en unas primarias veraniegas fallidas. En esos comicios, el PSOE ganó al PP en Andalucía por nueve puntos, pero perdió 328.000 votos respecto a las europeas de 2009 y 590.000 papeletas respecto a las autonómicas de marzo de 2012. En términos absolutos, es el segundo peor resultado del PSOE en toda su historia.
“El PSOE andaluz es aún un enfermo en rehabilitación”, dice un mando del partido
Entre los pros que señalan algunos destacan el conocimiento profundo del partido. Díaz entró a militar en las Juventudes Socialistas con 16 años, de la que fue secretaria de Organización. El mismo puesto —que es la sala de máquinas del partido— lo tuvo en el PSOE de Sevilla, que es con diferencia respecto a cualquier otra, la agrupación con más pureza de sangre PSOE que existe en España. Y después ocupó la secretaría de Organización regional. ¿Qué significa esto? Que Díaz, además de conocer lo que piensan los suyos, sabe de congresos y de censos de militantes más que nadie.
“El partido está echado al monte pidiendo República, necesita orden”
Más ventajas que señalan: “En un momento de zozobra política e institucional, los ciudadanos quieren a gente con credibilidad, que dé estabilidad y que ponga orden en un partido que está echado al monte pidiendo la República. A esos hay que advertirles con montar una gestora”.
Estabilidad es una palabra que ha utilizado mucho Susana Díaz en sus entrevistas con los patrones de las principales empresas del país como Santander, BBVA, La Caixa, Endesa, Iberdrola y Telefónica, con los que ha firmado acuerdos para Andalucía. También de la esfera del poder económico vienen arrumacos para que Díaz dé el salto, aseguran fuentes del círculo de la presidenta. Pero esa estabilidad política de un gobierno de coalición de izquierdas aseguran que se puede tambalear si compatibiliza la presidencia del Gobierno andaluz con el de jefa del principal partido de la oposición sin, además, escaño en el Congreso.
Muchos dirigentes opinan que en caso de dar el salto no será a medias. También aspirará a la candidatura socialista a la presidencia del Gobierno, en unas elecciones generales previstas para noviembre de 2015 si se agota la legislatura. Las andaluzas se celebrarían si no hay adelanto en marzo de 2016. En este sentido, el secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, mostró el lunes cartas que señalan condiciones o pautas que deberían de darse si Díaz decide optar. “Fue como un aviso a navegantes, marcó una hoja de ruta”, interpreta un senador. Tres cosas dijo el número dos: el secretario general debe ser también el cartel electoral “haya primarias, secundarias o terciarias” —lo que provocó un gran enfado en otras federaciones—, desde el minuto uno el aspirante debe recoger los máximos avales posibles y en caso de simultanear los dos cargos, lo más importante serán los equipos de dirección en Ferraz y en la Junta.
“El hecho de ir a Madrid puede implicar un adelanto electoral en Andalucía con otro candidato y sería el cuarto presidente de la Junta en cinco años. Eso es muy feo. Sería un enorme balón de oxígeno para el PP”, advierten algunos. Y añaden: “Y otro congreso regional donde ya votarían todos los militantes. Implicaría trenzar nuevas alianzas internas”.
Madina esgrimirá que Andalucía necesita “a la mejor” para salir de la crisis
Díaz, que ha mantenido esta semana una agenda institucional de baja intensidad en el área de influencia de Sevilla, está hablando con muchos dirigentes de todas las federaciones y con dirigentes de peso del partido al que les ha encargado que pulsen la opinión de los secretarios generales provinciales de toda España. También lo ha hecho con el diputado Pedro Sánchez, uno de los posibles aspirantes a la secretaría general en unas primarias abiertas a los militantes. Este quería saber cuál va a ser la decisión de la andaluza, ya que en el caso de que se presente él no daría ese paso, sino que se integraría en el proyecto que lidere ella, según fuentes conocedoras de la conversación.
Pedro Sánchez está dispuesto a integrarse en el proyecto de Díaz
Pero las mayores dudas en Andalucía se centran en la decisión final que vaya a adoptar Eduardo Madina. Fuentes cercanas al secretario del grupo parlamentario socialista admiten que hay dirigentes que le están presionando para que se retire y pacte con Díaz, con el argumento de que en estas circunstancias el objetivo principal es la unidad y no la división. En el caso de que el vasco dé el paso, su campaña estará en las antípodas del enfrentamiento con la andaluza. Todo lo contrario. Esgrimirá que Andalucía necesita a “la mejor” al frente del Gobierno autónomo para afrontar una crisis económica en una comunidad con un paro del 36%.
“La tesitura es horrible. O se retira Madina o ella va sin Madina o se queda aquí. Las tres opciones están abiertas”, concluye un dirigente.
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